Prólogo

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La mujer acostaba a dormir a sus hijos en esa fría noche,  puesto a que no les gustaba dormir solos; les pedían acostarse con ella en aquella amplia cama.
La mujer los terminaba de acomodar, cuando la mayor de las hembras le pide que le cuenten una historia.

— A ver ¿Qué historia quieren que les cuente hoy?— preguntó con curiosidad la madre.

—La de magia — respondió la pequeña niña,  la mujer sonrió y se levantó para buscar un curioso libro de color esmeralda, los niños con emoción se acomodaron en la cama para escuchar la historia.
La mujer comenzó a relatar la historia:

"Hace muchos siglos atrás,  existieron unos seres sabios y poderosos llamados los iluminados, eran seres que vivían en los cielos; encargados de crear la vida que nos rodea,  la naturaleza crecía en armonía junto con sus habitantes, felices de ver cómo prosperaba su raza, decidieron brindarles un poco más de su conocimiento, pero uno de sus hermanos ambicioso de querer más poder los traicionó. Con fines de crear una raza más fuerte que las de sus hermanos se ocultó en la más remota cueva del infierno, su avaricia, era más grande que su bondad creó así a sus primera razas mágicas , el cual los llamó demonios,  con un solo fin de corromper las razas que crearon sus hermanos. Los demonios subían a la tierra para armar revuelos donde los iluminados al ver tal acción le dieron un poco de su poder a algunas de sus razas, los hombres se llamaron hechiceros y las mujeres brujas y así comenzó la cacería de los demonios. El iluminado desde las penumbras del inframundo veía como derrotaban a su creación recurrió a fuerzas más oscura llamándose a sí mismo como "la sombra". Corrompido por la oscuridad, el mismo comenzó a cazar a los hechiceros y brujas dando inicio a la primera guerra mágica.  Liderados por "la sombra" en la batalla, los demonios, hechiceros y brujas que se pasaron al lado oscuro eran más poderosos, el lado de la luz se vio casi derrotado, sin embargo los iluminados observando sin poder intervenir usaron casi todo su poder creando nuevos seres celestiales que bajaron de los cielos llamados ángeles. Aterrizaron con un fuerte estruendo, tenían grandes alas de color blanco que sobresalían de su espalda, algunos portaban grandes espadas cargada con su poder dándoles grandes embestidas a los demonios, los pocos hechiceros y brujas de la luz usaron la poca magia que les quedaban; sacrificándose algunos para crear la balanza del bien y del mal. En lo último un valiente hechicero se enfrenta cuerpo a cuerpo a la sombra,  casi siendo derrotado; le lanzó un fuerte hechizo donde lo selló en un lugar donde no pudiese salir nunca. La guerra había acabado dejando grandes pérdidas en ambos lados, hicieron un acuerdo de paz entre ambas partes y llevaron el sello a un lugar entre el cielo y el infierno donde un demonio y un ángel custodian a la sombra para que no volviese a salir jamás.”

La madre terminó de contar la historia y pudo notar que sus hijos ya se habían dormido,  cerró con delicadeza el libro y se levantó en dirección a la puerta abriéndola con cuidado para no despertarlos y con un ligero sonido salió de la habitación en dirección a la sala. Tomó una pequeña tiza, y comenzó a trazar una puerta en la pared formando un portal de color plateado, la mujer entró en él dejando atrás la sala para dar vista a otra habitación no más pequeña que la anterior,  había repisas con frascos en la pared que contenían líquidos de diferentes colores. Caminó hasta el caldero que había al fondo a fuego lento; tomó cuatro frascos y movió el líquido de color lila que estaba al fondo del caldero, y lo sirvió en cada recipiente. Su cabello comenzó a ondear por la formación de otro portal que se formó dejando ver a una silueta femenina, la mujer sonrió mientras tapaba los frascos y los dejaba a un lado.

—  Sabía que no tardarías en llegar madre - dijo cruzando los brazos,  mientras el portal se desvanecía y su madre se acercaba a la joven.

— ¿Estas segura que quieres borrar la memoria de todos Teresa?  — Le preguntó con sus penetrantes ojos de color verde, la hija miró hacia el suelo y se llevó su cabello rubio para atrás de la oreja.

—Solo quiero el bienestar para ellos — Soltó con una lágrima bajándole por la mejilla — mientras más estén alejados de este mundo mejor.

—No podrás ocultar esto para siempre — observó la mujer mientras su hija comenzaba a escribir en un pedazo de hoja —he tenido grandes visiones — continuó hablando — vienen tiempos oscuros y difíciles los he visto luchar — la joven se detuvo a lo ultimo que dijo su madre,  arrugó el papel y lo guardó en su bolsillo para luego tomar los frascos y se encaminó a la pared donde se formó el portal que daba a su casa de nuevo.

— Si algo llegara a pasarme prométeme que los guiaras madre - soltó la hija mientras guardaba los frascos en la despensa.

— Sabes que cuentas conmigo hija —  y se despidió de su hija con un abrazo.

El portal se había cerrado a su espalda y caminó hacia la habitación donde dormían sus hijos,  abrió con cuidado el pasamano dejando ver a sus cuatro hijos durmiendo, soltó un pequeño suspiro y saco la hoja arrugada del bolsillo y en un susurro lanzó el hechizo “ De donde vinieron regresalos ahora - hizo una pausa y lanzó una mirada rápida hacia sus hijos que se movían - esfuma las palabras,  esfuma las memorias, esfuma los poderes”—  un brillo floto por encima de sus cabezas, la mujer salió de la habitación con lágrimas en sus ojos, miró hacia la despensa donde reposaban los frascos con la poción ya que no haría ningún efecto completo si no bebieran de ella,  se acostó en el sofá quedándose profundamente dormida.

Notas:

Hola chicos aquí les dejo una pequeña introducción de esta historia, por favor necesito su opinión sobre el proyecto que comenzaré un comentario y un voto son necesarios muchas gracias.

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Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora