II

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El fuerte aire frío rozaba la piel de los 4 hombres que caminaban sobre aquellas penumbras cubierta de pura neblina; solo se podía ver sus sombra sobre el suelo rocoso, Balthazar observaba el libro gris con cautela, hasta que se detuvo en seco poniendo en alerta a los demás. Damián hizo aparecer entre un humo negro una gran ballesta en sus manos. Balthazar hojeo el hechizo el cual haría aparecer la entrada a donde estaban los guardianes.

-" Que el objeto de objeción aparezca haciendo visible lo invisible" - conjuró en voz alta, un resplandor salió al frente de el dispersando la neblina a su alrededor; haciendo visible un lugar más claro, se podía observar las grandes nubes, donde al final se veía la punta de un precipicio y en él dos figuras, una vestida de negro y otra de blanco se encontraban de pie preparados para el ataque, en un movimiento el Ángel blanco hizo aparecer grandes cristales transparente que comenzaron a caer en dirección a los cuatro hombres, Damián desplegó sus alas y se puso de espalda creando un potente campo de color gris donde los cristales comenzaban a chocar.

- Será mejor que empieces a actuar hechicero -dijo soportando el campo, los demonios y el hechicero comenzaron a levitar cuando cesó el choque de los cristales, justamente el demonio que custodiaba el sello había comenzado a fracturar el suelo y un par de Alas parecidas a las de un murciélago aparecieron en su espalda.

- Protege el sello - se pudo escuchar su voz en dirección al ángel, el otro asintió y sacó un gran báculo donde comenzó a lanzar fuertes oleadas de su poder pegándole en el blanco a uno de los demonios que estaban con el otro grupo fuertemente, el impacto se vio como estruendoso esparciendo los restos de la criatura; volvió a hacer el mismo movimiento preparado para atacar de nuevo.

- El ángel es mio - siseo con sed Damián y salió volando en dirección al ángel con una gran espada, donde pronto se empezaron a escuchar los choques entre los dos oponentes. Balthazar estiró sus manos en dirección al demonio guardián que se encontraba decapitando en ese momento a su compañero.

- Será mejor que se vayan - advirtió el demonio guardián justo cuando Balthazar comenzaba a recitar un hechizo en latín, de su mano un humo negro comenzó a brotar rodeando al demonio que poco a poco comenzó a debilitarlo. el Ángel blanco chocó contra el suelo debilitado, miró a su compañero y ambos estiraron sus manos formando un  fuerte resplandor que fue desvanecido por el aire.

- Jamás obtendrán nuestros poderes - dijo con una sonrisa de triunfo el Ángel- los nuevos guardianes se encargarán de ustedes.

- Es una lastima que no podré tener tu poder - dijo damián tomándole la cara y pasando su lengua por la mejilla del ángel derrotado - pero ustedes son los que menos nos interesa - dijo al momento que le clavó una flecha en pleno corazón con su ballesta, las plumas blancas caían desapareciendo al chocar contra el suelo, el demonio guardián ya hacia inmóvil en el suelo por el hechizo de Balthazar, Damián arrancaba la flecha del pecho del ángel y se dirigió hasta donde Balthazar.

— Que gran ayuda fueron estos inútiles —dijo mientras pateaba la cabeza de uno de los demonios que los habían acompañado.

— Solo les prometí falsas riquezas — respondió Balthazar — igual iban a morir solo me ahorraron el trabajo — comenzó a mover las manos haciendo movimientos en dirección al sello el cual este comenzó a salirle signos de runas brillando en forma de fuego, poco a poco fuertes sombras comenzaron a salir rodeando el cuerpo de Balthazar quien concentrado no ponía atención para no romper la conexión. Una silueta comenzó a formarse poco a poco con una gran túnica negra dando un fuerte suspiro de triunfo.

— Cuántos siglos han pasado? — Preguntó una gruesa voz.

— Más de 500 años mi señor — Respondió Balthazar mirando para el suelo.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora