Carta 17

7 4 0
                                    

Querido y a la vez estúpido destino:

No me acordé que el mundo es redondo y que tarde o temprano volvería a encontrarlo.

Pasaron alrededor de tres días y ¿qué pasó? Nada, absolutamente nada y eso me dolía.

Salvador no lo había visto en todo este tiempo. Para mí ya era normal, porque estaba dicho que lo nuestro no tenía sentido y que tarde o temprano terminaría así como con Mateo. Él chico que se fue y hasta ahora no he vuelto a saber nada de él.

Señorita Sotomayor, Señorita Sotomayor- ahora me encontraba frente al profesor de historia. En toda la clase no había presentado atención alguna.

Señorita Sotomayor ¿se encuentra bien?- Yo perdida completamente asentí con la cabeza.
Pues entonces responda mi pregunta
Me podría volver a repetirla- respondí
El profesor me miró amargo o como con cara de "otra pendeja que se quiere hacer la muy viva conmigo"
Se me va a dirección ahorita mismo- soltó el viejo energúmeno que me enseñaba.
¿Por qué?- pregunté
Por no prestar atención a clase- gritó
Como a mi prácticamente me valió igual, me paré no sin antes levantar el dedo medido al profesor frente a todos los presentes en la clase. Generando que todos mi compañeros gritaran: Uyyyy.
Y el profesor se pusiera rojo de lo furioso que estaba.

Salí del salón y comencé a caminar hasta llegar a las escaleras y comenzar a bajar hasta llegar a la oficina del director.

Bajé a paso lento, ¡total! ya sólo faltaban unos minutos para que fuera el receso.
Comencé a tararear la canción mercy de Shawn Mendes un poco de depresión vendría mejor conmigo me dije. Seguí bajando los escalones cuando por detrás alguien me siguió el tarareo me quedé parada y giré.
¿Salvador? No te cansas de perseguirme- respondí al joven que estaba a mis espaldas.
Tú no te cansas de ignorarme- dijo Salvador
¿Ignorarte? tienes novia o ¿estas loco?
Tiinis nivii i Istis lici- me remedó
Deja de remedarme- crucé mis brazos
Okey. Comenzó a acercarse
Noo. Lo detuve con mi mano poniéndole un alto-No te acerques más.
¿Por qué?- él me preguntó
¿Qué acaso no te das cuenta? Me estás destruyendo por dentro. Todo lo que haces me lastima. Si sigo así solo terminaré odiándote y no quiero hacerlo.
Quiero alejarme de ti, olvidarte y ya no sufrir más.
Pero...- quiso detenerme.
No, ya no. Me di la vuelta y corrí dejándolo ahí parado en las escaleras.
Mientras que yo bajaba los escalones otra vez las lágrimas estaban en mi rostro y un fuerte dolor en el pecho me invadía de nuevo.
Atentamente: Alma Sotomayor
11/06/18

Escritos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora