Capítulo final

5 3 0
                                    

Hoy me siento a escribir, recapacitando todo lo que ha pasado en todo este tiempo. Pensar en todas las cosas buenas y malas que he vivido.

¿Se acuerdan de la nota que encontré?  Pues esta era de Mateo, ¿qué como me entere?

Bueno, contaré exactamente que pasó:

Era un día miércoles 24 de noviembre que al salir de mi casa me  encontré a Mateo en la puerta de esta, parado con un ramo de rosas rojas. Me tomó por sorpresa verlo ahí  frente mio con una sonrisa de oreja a  oreja. De pronto en mi mente aparecen varios  recuerdos  que pasé con él  de poco en poco. 

Recordé cuando lo conocí, cuando él estaba ahí apoyándome y ayudándome. Cuando me defendió ante todas esas críticas que habían de  mí. El primer beso que nos dimos al salir de esa fiesta de a fin de año. Cuando estuvimos horas platicando sobre lo que los dos queríamos en la vida. Y cuando lo bote de mi casa porque me estaba causando daño todo lo que él hacia. 

Y verlo ahí solo me hizo recordar lo mucho que lo odiaba por haberme dejado así como si nada.

De pronto apareció Salvador detrás de él, este  miraba furioso a Mateo puesto que sabía quien era él. Ya que en algún momento me atreví a hablarle de Mateo, mi primer amor.

Me cuesta mucho aceptarlo pero me alegró verlo ahí. Al igual que Mateo mi mente se centro en todos los momentos vividos con Salvador. 

Cuando me pidió que fuera su novia, cuando tocaba su guitarra y cantaba a viva voz bajo las estrella y yo a su lado observándolo como si fuera lo más hermoso de todo el mundo. Luego cuando él me tomó de las manos frente a varias personas. Y demostrarle a varias personas que lo logré. Logré la meta que me había propuesto aún cuando muchas personas no creyeron en mí. Estuvo conmigo. Cuando Mateo nos vio yo sentí que Salvador me defendería de el y así fue. Pero también recuerdo las lágrimas que boté hace unos días por todo aquello que vi. Cuando él estaba besando a Priscila y como mi corazón se quebranto ya no podía más. Mis lágrimas sin querer ya estaban en mi rostro.

Ambos lo notaron y se acercaron a preguntarme qué me pasaba ¿Qué acaso no se daban cuenta del dolor que ambos me causaron?

Ya no aguanté y exploté: Mire primero a Mateo y le dije: ¿Qué crees que regresando como un caballero, cosa que no eres piensas que yo caeré rendida  a tus pies? 

No señor. No te equivoques. Cambié y mucho y no, ya no te quiero, no te quiero ver y mucho menos te quiero en mi vida. Así que ¡lárgate!- grité

Mateo dijo: Alma yo...

No, entiéndelo Mateo ya no. Tú te fuiste, y te importó muy poco el amor que sentía, amor que yo sola sentí porque si tú hubieses sentido amor por mí. Nunca, ¡ESCÚCHAME CTM! NUNCA te hubieras ido y más bien te habrías quedado a  luchar pero  te fuiste como un cobarde, eso es lo que eres.- le dije en su cara, sin importarme que a él le dolieran mis palabras.

Él solo me observaba con furia, no compasión como hace unos instantes me miró y lo que salió de sus labios fue lo siguiente: Bien, quédate con él, y señaló a Salvador. Que sean muy felices, imbéciles. 

Y esa vez fue la despedida oficial de Mateo de mi vida.

Salvador al ver todo eso dió una sonrisa de victoria pero se le desvaneció al escuchar lo que dije: Tú, lo señalé. Ni sonrias, que  es peor hacia ti mi odio, te aborresco, y te deseo todo el mal del mundo- le dije sin titubear y mirándolo a los ojos.
A comparación de Mateo, él no dijo nada solo avanzó, me miró cautelosamente tratando de buscar una respuesta, la cual no encontró porque preguntó ¿ya no me amas?

Y al final de todo yo entendí algo si el me hubiese amado como lo dijo me hubiera buscado, me hubiera llamado y finalmente hubiera tratado de encontar una manera de conversar para arreglar las cosas. Pero no fue así.
Tomé fuertemnte mis manos formando puños y los pegue a mi cuerpo y entonces pude responder con toda firmeza: No, ya no te amo. Me gustas, sí. Pero ya no eres a algo que me aferre.
Salvador fue mas consciente y se fue. Se fue para nunca más volver.

Atentamente: Una adolescente decidida a ser feliz

Escritos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora