Carta 16

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Querido destino:

¿Por qué hiciste eso?

Caminaba rápidamente durante los pasillos de la academia. Esto era el colmo osea, ya bastaba con que mi vida fuera una mierda como para que ahora llegue tarde a clases.
¡Llegué!- me dije cuando recién empezaban las escaleras. Es decir me faltaban todavía tres pisos.
Sí, mi salón estaba en el tercer piso. Corría por las escaleras para llegar lo más rápido posible. Cuando en eso crucé miradas con Salvador. Él bajaba mientras que yo subía. Pensé que él seguiría su camino. Pero no fue así.

En todo este tiempo no habíamos entablado plática alguna, así que supuse que seguiría igual. Pero me equivoqué.

Luego de unos cuantos minutos él se acerco más a mí. Yo estaba tan nerviosa que me quedé como una estatua. Sin moverme.

Estaba tan cerca mío que la piel se me puso de gallina. Cuando en eso él preguntó: ¿Por qué Alma? ¿Por qué me dejaste?
Me tomé de valor y le respondí: Por idiota, él se sorprendió y lo que hizo a continuación seria el fin de mi vida (literal).
Me besó¿Qué? Sí, me besó y yo como babosa se lo correspondí.
Pero... espera. ¿Qué estaba haciendo? Esto no puede suceder. Nooo.
Lo alejé de mí. Él mostraba una mirada triste-¿qué pasó amiguito? ¿habría terminado con su novia?
¿Qué haces?- le pregunté.
Lo que ambos queremos hacer desde hace tiempo ¡Querernos!- respondió
No, tú, no. Tienes novia, no puedes hacerle esto-dije
¿Qué no puedo? Alejarme de alguien a quien de verdad amo- exclamó
¿Cómo que de verdad?- mi corazón ya se estaba acelerando más de lo normal, que alguien me despierte de este sueño, por favor. Había esperado esta conversación hace mucho.
Se quedó en silencio y luego respondió: Te mentí Alma o bueno le mentí a casi todos. Yo, nunca estuve enamorado de Priscila, (Priscila era su novia). Siempre estuve enamorado de ti, solo comencé a andar con ella para darte celos- ¿celos?¿ enserio?. Pero bueno entre celosos se entienden.
¿Qué? ¿Tú qué?- las lágrimas comenzaban a emanar de mis ojos.
Lo siento, pero es lo único que se me ocurrió. ¡Andaba desesperado!
Mi mundo se quedó en ese momento en shock.
Salvador estaba ahí junto a mi diciéndome que durante todo este tiempo él me seguía queriendo y yo estuve llorando por una infinidad de cosas que pensé que él ya no sentía lo mismo.
Lo abrasé no podía evitarlo, pero yo estaba conciente de lo que hacía y solo pude decirle: Te quise, te quiero y te seguiré queriendo un millón de años más. Pero tú estás con Priscila y ella te quiere, no puedes hacerle esto tenía que dejarlo no podía abrazarlo cuando sabía que a los alrededores podían haber personas que nos conocían a ambos o hasta a su novia.

Lo solté y me fui pero él me impidió jalándome de la mano. Algún día- dijo, podrá triunfar nuestro amor, pero por el momento no podemos estar juntos. Lo quedé mirando y le pregunté: ¿De quién son esos ojitos? Y él como tantas veces lo había echo antes contestó: Tuyos- No digo, así de cursi me había vuelto.

Y se alejó, ambos tomamos diferentes direcciones y seguimos nuestro rumbo.
Lloré, lloré porque sabía que él ya no regresaría pero también sabía que esos pocos minutos habían bastado para hacerme feliz.

Atentamente: Alma

Escritos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora