VEINTISEIS

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El pelinegro estaba en su recámara, seguía pensando lo que Alan le había dicho, bufó por la desesperación y colocó una almohada sobre su cara, ahogo un grito y tomó su celular. Segundos de tener el aparato en sus manos comenzó a teclear varios dígitos, pero al no estar seguro, los borró y tiró su celular por alguna parte de la habitación, fijó su mirar en el lugar donde había caído y se levantó a recogerlo. Tecleo y borró varias veces, sin saber que hacer, hasta que se decidió y marcó el número, sintiendo los nervios a flor de piel.

—¿Hola?

—H-hola Jos...

—Qué pasó Alon...

—Quiero hablar contigo

—Puedes venir, si quieres... Estoy libre.

—Sí... Llego en unos minutos—. Suspiró y colgó, cómo iba a verlo después de haberse portado como un patán.


















(...)













El timbre sonó y el rubio abrió la puerta...

—Oye, no debes tocar la puerta... Literalmente esta es tu casa.

—Perdón...

—No tienes que pedir perdón por ésto, sabes, es algo tonto pero cualquiera se confunde cuando está en el cuerpo de otra persona... Aunque no creo que el cambio de cuerpos pase muy segui...—. Habló pero un cuerpo se aferró a él en un abrazo, que por incercia correspondió.

—No te pido perdón por eso, te pido p-perdón por ignorarte y-y perdón por tratarte mal jossy, pero es-esque no sé qué me pasó... Sólo quería tener una familia de nuevo, pe-pero me siento muy mal—. Sollozó

—A-alon... No tienes que llorar... Y tampoco tienes que pedir perdón... Sólo olvidemos eso ¿Si?

—Está bien, le voy a decir a Alan que nos ayude a regresar a nuestros cuerpos...

—Gracias, Alon—. El rubio agradeció mientras reforzaba un poco más el abrazo.







(...)










—Bueno, Jos, sólo encuentro el reloj y reresamos a mi casa, tu casa, bueno, tú me entiendes—. Habló rebuscando entre algunos libros, en donde según él había dejado el reloj.

—¿Por qué no lo hacemos aquí?

—¿Estás loco?—. Lo miró —Si tu madre llega y nos ve haciendo medio ritual o lo que sea que necesitemos hacer para regresar a nuestros cuerpos, se volvería loca—. Levantó las manos golpeando accidentalmente un libro que al caer se abrió.

El impacto del libro contra el suelo hizo que el rubio volteara.
Se acercó para levantarlo pero otra mano ya lo había tomado.

—J-Jos... ¿Qué es ésto?—. Sus mejillas se sonrojaron pero aún así enseñó una foto suya que tenía escrito en la parte de atrás una carta.

—N-nada—. Arrebató la foto de las manos del pelinegro mientras se sonrojaba.

—Está bien... Oh mira... Aquí está el reloj.

—Bueno, vamos a tu casa y llamemos a Alan.

—Todo volverá a la normalidad...







(...)







—Chicos, llegué—. Tocó la puerta, esperando a que abrieran

—Alan, existe un timbre—. Dijo Jos.

—Lo sé, pero quería que supieran que soy yo—. Alan encogió los hombros y entró.

—¿Están listos?

Ambos asintieron.

—Qué aburridos chicos, necesitan decir "Sí, capitán, estamos listos"

—No seas infantil, Alan—. El rubio rodó los ojos.

—¡Que lo digan!

—Sí, capitán, estamos listos—. Dijeron ambos con todo el ánimo del mundo-sarcasmo-

—Aguados.

—Infantil—. El rubio contesto

—enano.

—Desnalgado.

—Oye, ¡tengo nalgas!

—Claro, y la mamá de alon está viva.

—¡Oye!—. Respondió el ojimiel con un puchero.

—Perdón, bebé.

Siguieron insultándose hasta que el ruido de un teléfono sonó.

—Contesta, Jos, es mi teléfono.

—Exactamente, es tuyo contesta tú.

—Tú estás en mi cuerpo, así que contesta.

—Lo tienes registrado como "bruja malvada".

El rostro del pelinegro palideció.

—P-ponlo en altavoz.

Se hizo lo pedido y momentos después sonó una voz algo irritante.

—¿Hola?

—Hola.

—¿Quién es?—. El rubio preguntó pero recibió un sape por parte de su novio, quien tapó el micrófono y susurro un "es mi tía"

—Tú tía favorita, cariño—. Jos rodó los ojos.

—¿Que se le ofrece?

—Seré directa e iré al grano, me enteré de la muerte de tu madre y en dos días iré por ti, vendrás a vivir conmigo—. La señora colgó y todos se encontraban confundidos.

—¿Qué dijo?

—¡Ella no puede hacerme ésto!

—¿Quién es?—. Alan preguntó.

—Es la hermana de mi madre, la que pagaba todos los gastos del hospital, pero nunca me quiso, me maltraba y cuando se enteró que era gay no me quería ver ni en pintura, no sé qué pretende con llevarme con ella, ¡Simplemente no lo puede hacer! Sólo quiere arruinarme la vida—. Cayó de rodillas en el suelo.

—No puede ser posible...—. Susurraron ambos a la par y fueron a abrazar a Alonso que estaba en el suelo.





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¡Hola!

No haré un especial de navidad aquí :c pero probablemente haga uno en mi nuevo "libro" de One shots.

Y enserio perdón por las actualizaciones taaan lentas :')

Adiós, les amo. ♡♡

Cambio De Cuerpos~ Jalonso Villanela ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora