Capítulo X

9 5 0
                                    


Mientras conducía no paraba de pensar en mis padres, Wilhem, Dandelion y Jack ni de quien había sido el grito que escuché antes de alejarme de allí. No tenia ni idea de cuantas horas llevaba conduciendo pero lo que si sabia es que estaba cerca de la frontera con Canadá y que pronto amanecería.

"Huye, huye, huye, huye...", se repetía en mi cabeza. No sabia de quien debía huir y eso era lo que me preocupaba pero no podía hacer nada por el momento ya que la dirección en el gps estaba lejos de la frontera de Alaska con Canadá por lo que no tenia idea de nada.

Conduje hasta que el sol comenzó a salir y fue cuando me detuve a cargar combustible y desayunar algo en la cafetería que allí estaba.

Revisé mi teléfono y nada, ni mensajes de mis padres ni de Wilhem, me preocupaba pero no podía regresar.

∞∞∞∞

Cuando terminé mi desayuno pedí un té de manzanilla y un poco de miel y también pregunté por flores de trinitaria pero al parecer no las conocían.

Mi teléfono vibró y fue como luz en medio de densas tinieblas pues había pasado la última hora mirándolo por si algo aparecía.

Era un mensaje de Wilhem: "¿Estás bien?", respondí "Si". Y su respuesta fue: "Perfecto, todos estamos bien por acá, tus padres también."

No respondí más, leer lo último me hizo respirar con normalidad pues eso era lo que me preocupaba más.

Terminé mi té y dejé el dinero del desayuno en la mesa, junto con la propina. Tomé mi mochila junto con las llaves del jeep y emprendí camino.

El paisaje se veía absolutamente genial y me habría tomado el tiempo de admirarlo pero en otras circunstancias.

∞∞∞∞

Cuando me acercaba a la dirección que en el gps aparecía comencé a ponerme nerviosa, conocía a mi profesora de filosofía como eso, mi profesora pero ahora sería diferente, saber que era alguien más que eso era distinto. Ella conocía cosas en las cuales yo era ignorante y eso era demasiado, al menos para mí.

Me detuve en la siguiente gasolinera que vi para rellenar el tanque del combustible, no era muy necesario pero por si las dudas algo me decía que debía hacerlo.

Mientras iba a pagar revisé mi teléfono y no tenia ni una sola notificación, entonces recordé algo, el teléfono que Wilhem me había dicho estaba en la mochila y lo más probable era que allí estuvieran mensajes o llamadas, no lo sabia pero no era algo que dudaba por lo que cuando salí del establecimiento, subí al jeep y manejé en rumbo a la dirección en el gps.

Cuando llegué, una cabaña me esperaba en medio de mucho pinos y estaba muy alejada de la pequeña ciudad por la que tuve que pasar para llegar allí. Cuando bajé con mi mochila, mis sandalias se enterraron en la nieve que cubría el suelo, no tenia frío porque trata una sudadera encima pero aún así podía sentir que el clima estaba muy frío y aún no pasaba de las once de la mañana.

Fuera de la cabaña estaban estacionados dos autos por lo que me aproxime y toqué la puerta, mi profesora salió unos segundo después y me hizo pasar rápidamente.

Adentró noté lo cálido que estaba el lugar y lo pequeño que era, me senté frente a la chimenea y eso solo hizo que recordara la última noche que había pasado con Wilhem, comenzaba a extrañarlo. Mi profesora se sentó a mi lado y entonces la miré, me sonrió y comenzó a hablar...

—Cora, se que esto puede resultarte extraño pero soy una guardiana, tu madre no te habló de mi porque quería que tuvieras una normal vida universitaria hasta que llegara tu cumpleaños número veinte...

En cada estación © (Bilogía Estaciones #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora