Capítulo 1

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Justin se arreglaba su típica corbata y una camisa dos tallas mas grandes que no debería usar. Su cabello lo peinaba hacia atrás como siempre y sus típicos lentes de cristal transparente. 

Iba directo a la cocina donde se encontró con su padrastro Michael.

 — ¿En serio vas a desayunar conmigo, hijo? Es realmente extraño esto. Espero no estés tramando alguna travesura. No estoy para juegos acá. — Posó su dedo acusador a Justin mientras éste le colocaba una mirada de enojo.

 —No soy tu hijo.

Justin tomó un poco de pan tostado mientras trabaja de ignorar lo mas posible a su padrastro. 

Odiaba escuchar de sus labios la palabra « hijo » sin duda, lo hacia sentir repulsivo.

¿A donde vas, jovencito? — Michael alzó la ceja  viendo a Justin y esperando una respuesta de su parte. Normalmente, cuando se sentaba a desayunar con él a tan tempranas horas, significaba una sola cosa: Necesitaba salir a algún lado. 

Desde que ellos vivían solos en esa gran casa, Justin no salía mucho. Michael jamás le preocupaba semejante cosa. Era fanático del orden y le parecía más que perfecto que su hijastro no fuera tan revoltoso y alocado. 

Justin no creía lo mismo. No se sentía muy a gusto ser tan reservado y poco sociable. A pesar de gustarle la tranquilidad que le brindaba la lectura y el completo silencio. Quería cambiar un poco. Enamorarse quizá. Encontrar a una chica a la cual enfocarse. 

Su mente siempre estaba llena de aquellos pensamientos pero los apartaba rápidamente. Nadie querría salir con alguien tan principiante. Lo que más a logrado llegar con el sexo opuesto es un simple beso en los labios. Tan sencillo como eso.

—  Una entrevista de trabajo. —dijo sin dejar de mirar su plato de comida y tratando de ponerle la menor atención posible a Michael. Solo comía con él cuando era sumamente necesario.

*  *  *

Llegó a la lujosa mansión Richards. Donde, sin duda, esperaba conseguir ese gran puesto de trabajo de la que todo el mundo hablaba. 

La familia Richards eran de ese tipo de familias en donde el dinero llega solamente con alzar un dedo. El señor Richards había logrado una respetable reputación y nadie entendía muy bien el cómo. Era un gran empresario, es cierto. Pero nadie se explicaba la fortuna que obtenía. 

Espero y realmente sea un señor respetable, pensó Justin. Odiaría tener que trabajar con alguien que está involucrado con la mafia. Quiero que mi vida sea un tanto interesante pero no hay que exagerar.

Hizo ruido con los nudillos esperando que alguien le atendiera. Miró su reloj asegurándose de no haber llegado tan tarde. Había oído que éste señor odiaba a los retrasados. Y él también.

La puerta de madera oscura se abrió dejando mostrar a una mujer. Justin tuvo que parpadear varías veces antes de mirarla detenidamente.

Cabello oscuro, largo. Ojos grises como el propio humo causado por un increíble fuego. Unos labios carnosos que tenían cierta capa de brillo en ellos. Y Justin avergonzado, se detuvo a mirar cierto escote que mostraba. Tragó en seco. Ya estaba comenzando a sentir los nervios.

— Disculpe, señor. — La mujer sonrió. —Déjeme adivinar, ¿puesto de trabajo?

Asintió incapaz de articular una palabra. 

Por aquí. 

Justin la seguía tratando de no mirarla tan detenidamente esta vez. Se arrepintió de haber llevado una camisa tan gruesa. Comenzaba a sentir como ciertas gotas de sudor se resbalaban por su cuello. Trata de respirar, se dijo, no puedes arruinar esta gran oportunidad.

Finalmente llegaron a una puerta apartada de casi toda la lujosidad que ofrecía la mansión. Justin volvió a respirar y por ningún momento posó su mirada otra vez en aquella mujer.

— Aquí es.

Gracias. — dijo con un hilo de voz y espero que de verdad lo oyera. Tampoco quería parecer tan grosero. La miró está vez y le sonrió. Los lindos ojos grises lo miraban a él y realmente deseó que ella le dijera su nombre. Que se presentara. Pero sabía que no lo iba a hacer. 

Por Dios, bastaba con mirarse él y luego a ella.

La mujer misteriosa lo sorprendió acercándose peligrosamente a él. Rozando esos dulces labios por el lóbulo de su oreja. Justin se congeló y sintió su boca terriblemente cerca al escuchar las palabras que susurró ella.

— Soy ____  ____ Richards.

El Nerd [Editando] [Justin Bieber]  [Hot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora