Capitulo 7

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—No podemos volver al laboratorio en este estado. —Ryan puso los ojos blanco hacia su hermano, el amo de los eufemismos. Habían dejado atrás Mikayla, con la esperanza de conseguir mantener su libido bajo control, y las cosas parecían haber empeorado. Sólo habían estado fuera de la base una noche, pero había tenido más sueños húmedos de los que podía recordar incluso desde sus años de adolescencia. Estaba casi convencido de que si se masturbaba una vez más iba a terminar con la capa superior de piel de su pene—. Entonces, ¿qué debemos hacer? —preguntó Ty. Se sentía completamente exasperado, pero lo de regresar al laboratorio y a Mikayla no sonaba como una idea muy buena. Ty sacudió la cabeza, obviamente al no tener respuesta a su pregunta—. ¿Crees que los demás se ven afectados también? —Ryan sintió como la sangre le hervía con la pregunta de Ty. ¿Y si los otros se habían convertido también en penes andantes? Ryan estaba seguro de sentirse como si su polla pensara por él.

—No lo sé —dijo, tratando de mantener el miedo por Mikayla bajo control. En ese momento Ty y él probablemente representaban un problema mayor que cualquiera de los otros. No podía imaginar aLachlan, Brock, o incluso Matt sin ponerse en contacto con ellos si tenían un problema tan grave—. Pero tal vez deberíamos llamar y explicárselo todo a Matt. Que mirea si puede encontrar una razón para lo que está pasando.

Ty asintió y cogió el equipo de comunicación.

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John parecía tan aliviado como Peter. Era pueril y patético, pero estaba muy contento de no ser el único afectado por todo lo que estaba pasando. Matt les llevó al laboratorio, reunió las cosas que tendría que usar para tomar muestras de sangre, y se puso a trabajar.

Una vez que hubo recogido y etiquetado sus muestras, cogió una aguja nueva y la usó consigo mismo. Maldijo hasta por los codos mientras trataba de recoger su propia sangre. Peter tardó unos momentos en darse cuenta de que las manos de Matt estaban temblando. Había estado muy bien cuando se aventuraban en el laboratorio.

—¿Está en el laboratorio? —preguntó Peter a Matt.

John hizo un ruido de sorpresa, pero Matt parecía estar rechinando los dientes mientras asentía.

—Llama a Lachlan. Dile que mantenga a todos fuera del laboratorio. Hasta que no sepamos lo que nos está afectando, nadie más entra en juego ¿Está claro? —Peter asintió con la cabeza y se dirigió hacia el sistema de intercomunicación.

Dudó cuando John le preguntó: —Si lo que nos está afectando a nosotros está aquí, ¿no sería mejor salir?

—Tal vez —dijo Matt lentamente—. ¿Cuándo fue la última vez que estuviste en el laboratorio?

—Ayer —respondió John rápidamente.

—¿Y sientes el efecto disminuye con el tiempo?

Peter miró a John y luego se encogió de hombros.

—Tal vez un poco.

—¿Lo sentiste de nuevo cuando entramos antes?

—Sí —respondió John—, pero estaba pensando en Mikayla.

Peter asintió con la cabeza. También él había estado pensando en su encantadora esposa, un tema que había tenido en su mente mucho tiempo el último día más o menos.

—Está bien, lo que está haciendo esto está: A, en la sala; B, tiene efectos duraderos que tal vez se reduzcan lentamente con el tiempo; y C, parece infectar con la exposición adicional. Mi mejor opción es quedarme aquí en el laboratorio, analizarlo todo, y tratar de compararlo con los contaminantes que encontremos en nuestro análisis de sangre. —Matt se pasó las manos por la cara, claramente sintiéndose abrumado—. Asumiendo, por supuesto, que en realidad aparezca en nuestro análisis de sangre —agregó.

Los hombres de Mik 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora