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Salí del baño con el chándal gris que JiSung me había dejado para andar por su casa, porque, a pesar de tener una pequeña mochila con algo de ropa conmigo no había sido lo suficientemente inteligente como para guardar un pijama o ropa más cómoda.

- No te queda tan grande como esperaba.- su voz desde el marco de la cocina logra sorprenderme- Ven, he hecho cereales, no es la gran cosa, pero es muy tarde como para cocinar.- asentí con una pequeña sonrisa y empecé a caminar hacia la habitación donde se encontraba.

Los muebles de puertas azul marino adornaban casi toda la sala, aunque lo que más llamó mi atención fue la mesa de cristal para seis personas que se encontraba en el centro. Un tazón negro y otro rojo se encontraban sobre la mesa, con los cereales y la leche ya en su interior.

- Muchas gracias.- cogí sitio delante del bol rojo, el cual quedaba más cerca de la puerta.

- No es nada, pero quiero que me expliques todo, se que es algo repentino, pero debes tener más o menos mi edad y quiero saber tus razones para huír de casa.- él toma asiento delante mío para empezar a comer sin apartar su mirada de mí.

- Bueno…- solté un largo suspiro antes de empezar a hablar, era lo menos que podía hacer tras ser aceptada en su casa- Tengo un pequeño problema que cada día a ido yendo a peor, no se si llamarlo ansiedad social o timidez extrema, hay muchas historias detrás de ello, pero no tengo el valor suficiente para hablar de ello, o al menos, no por ahora.- admití mientras sentía mis mejillas arder de la vergüenza.

- Está bien, entiendo, pero mira el lado positivo, puedes hablar sin problema alguno con un tío atractivo como yo.

- Es extraño, nunca había estado tan tranquila con alguien, es como si fueras especial para mí.

- Me alegra escuchar eso, nunca me lo habían dicho.

- Tu soulmate será muy afortunada o afortunado, eres un chico increíble.- JiSung asiente y señala mi tazón aún sin tocar.

- Ahora come y luego seguimos hablando, la leche se va a enfriar.

Tal y como pidió seguimos comiendo en silencio y al acabar le ayudé a recoger y lavar lo poco que habíamos ensuciado.

- JiSung.- tras secar el tazón y guardarlo en su sitio correspondiente miré al chico de cabello castaño claro que se encontraba secando sus manos.

- Dime.

- ¿Cómo estás conectado a tu alma gemela?

- Es extraño, pero existen momentos donde puedo ver donde está, lo que ella está viendo, aunque mayormente es cuando necesita ayudar.

- ¿Y nunca has pensado en ir en su búsqueda? ¿En ayudarla?- JiSung eleva sus hombros quitándole importancia al tema.

- Sí y no, quiero encontrarla y ayudarla, pero sigo siendo joven, quiero disfrutar antes de pasar la vida junto a alguien, pero, ¿y tú? Tienes miedos, pero, ¿lo que te conecta a tu alma gemela no te tranquiliza?- negué caminando detrás de él.

No hablé hasta llegar al salón, sentarnos en el sofá y tener las noticias de fondo.

- Nunca he tenido nada que me diga si esa persona está cerca o lejos, de si existe o no, puede incluso que esté destinada a estar sola.

- No digas tonterías tiene que haber alguien, si yo tengo, ¡tú también tienes que tener!- reí ante su exclamación y sonreí.

- Quien sabe, puede que algún día aparezca y lo sepa.

- Eso es, nunca pierdas la esperanza.

- Lo tendré en cuenta.

Tras la pequeña conversación nos mantuvimos en silencio, ninguna decía nada y solo nos centrabamos en las noticias que hablaban de un reciente escándalo que parecía ser tan importante que ocupó casi una hora de noticias donde se habló de los acusados, las víctimas y las pruebas que la policía había estado consiguiendo.

- ¿Tienes sueño?- asentí tras dejar escapar un corto bostezo.

- Un poco, ha sido un día algo especial.

- ¿Quieres ir a dormir?- asentí- Tendremos que compartir habitación, aunque si quieres puedo dormir en el sofá.

- No hace falta,ya duermo yo aquí, es cómodo.

- No, eres la invitada, y aunque ame mi cama no puedo dejarte dormir en el sofá.

- Lo digo en serio, tampoco quiero que duermas todos los días en el sofá.

- Entonces durmamos juntos, es una cama matrimonial, así que, con una almohada entre nosotros todo será más seguro.

- Lo dices como si algo fuera a pasar.- él muerde su labio inferior mientras me dirige una mirada pícara y eleva sus cejas- Vale, mejor pongamos dos almohadas o inclusive tres.- su risa suena por todo el lugar mientras sigue con su mirada fija en mí.

- Me miras demasiado…- susurré avergonzada mientras tapaba mi rostro.

- Lo siento.- sus ojos van directos al mando para apagar la televisión- Ahora vayamos a descansar, mañana será un largo día, o al menos para ti.

- ¿Para mí?

- Te puedes quedar hasta cuando quieras, pero no pienses que te vas a liberar de tareas domésticas o incluso de buscar algún trabajo, debes superar tu timidez, así que, eso también lo empezaremos mañana, te haré conocer a ChangBin y Chan.

- ¿Quienes?

- Los dos más feos, así no te enamoras.- reí ante su comentario y lo seguí hasta llegar a su habitación.

Nos tumbamos espalda contra espalda, el ambiente que reinaba en la habitación no era incómodo, estaba tranquila a pesar de sentir su espalda contra la mía y solo poder oír nuestras respiraciones; era raro, la cama era grande pero su cercanía me hacía sentir más segura.

Sonreí inconscientemente abrazando con fuerza la almohada que le había pedido antes de tumbarnos, estaba emocionada y asustada por lo que estaba por venir, estaba feliz por saber que todo cambiaría, que ya nada seria como antes e igual, al mismo tiempo, ese era mi mayor temor.

Fears ( Han Jisung )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora