Allí me encontraba yo, de pie, observando a aquella oscuridad, en la que cada cierto tiempo se podía ver un pequeño brillo de luz. En aquellos pequeños destellos de luz pude distinguir criaturas de aspecto horripilante que provocaban terror.
La primera de ellas era un ser sin oídos ni ojos, todo lo que le rodeaba no le importaba, solo le importaba él mismo, todo lo demás era solo silencio y oscuridad para él. La segunda era un ser sin rostro, ni siquiera manos tenía. Sus sentimientos estaban ocultos tras capas en las que se cubría y que nunca mostraba. La tercera criatura simplementa era una pequeña criatura, insignificante que con finísimas cuerdas manejaba un gran monstruo. La cuarta criatura que pude ver allí fue cuando empezó a llover y vi en un charco mi rostro. El observador de aquellas criaturas, viendo como aterrorizaban a personas como yo, sensibles. Hubo muchas criaturas aquella noche, pero nunca olvidaré que yo un día fui una de ellas.
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La luz de las estrellas
PoesíaLa luz de las estrellas, pensamos en su perpetualidad, su constancia y su belleza, pero nunca pensamos en lo que hay detrás de aquellas luces que iluminan el cielo nocturno. Aquellas estrellas que hoy vemos brillar podrían estar a lejanías de nosotr...
