Dreams's castle✨k.s.j #Liars

Epilogue

Estaba frente al espejo, la escena era conocida para mí, tantas veces me puse un traje y jamás he podido hacer bien el nudo de la corbata. Abrí la puerta de aquella habitación, en busca de la señora Park, mi futura suegra, para que me ayudará con el traje que utilizaría.

Volví a la recámara, pero un sobre que descansaba en una pequeña mesa llamó mi atención, no recordaba haberlo visto antes de salir. El sobre era color azul celeste, con letras doradas rezaba mi nombre, mis dedos acariciaban las letras suavemente, ¿quién lo había puesto ahí?

Lentamente abrí el pequeño sobre, la hoja era color lila y las letras eran negras, dentro de este se encontraba unas flores, eran unas hortensias azules, poca gente sabía que son mis favoritas.

Me animé a leer la carta, tal vez era de alguno de los chicos, tal vez era de Aerin, sin importar el remitente, la emoción que sentía era mucha.

Extendí con delicadeza aquella hoja color lila, mis ojos vagaban entre las líneas escritas, sentía mi corazón bombear con fuerza, la fecha era de hace unos años, pero eso no me hacia sentir mejor.

Un sollozo se escapó de mis labios a la mitad de la carta, no podía llorar, no hoy, no me permitiría llorar por algo que no fue, por un amor que no floreció, no cuando estaba a punto de entregarle mi corazón a la persona que lo dio todo para hacerme feliz, y yo daría todo para hacerla feliz.

Al terminar de leer la carta, la arrugue y la arrojé contra el espejo que colgaba en una de las paredes. Las palabras de esta se habían quedado impregnadas en mi mente, corrí, buscaría a Soyeon, ella me dijo que estaría aquí. Se escuchaba nerviosa cuando me habló para confirmar su asistencia, qué pasaba con Namjoon?

-Hey, YoonGi, has visto a Soyeon, necesito hablar con ella- mis manos temblaban, apenas podía respirar, tenía miedo.

-Nam esta en el hospital, lo tienen cedado, en el último ataque maniático rompió parte de la alacena y se lastimó las piernas con los platos rotos, él lo necesita- Soyeon lloraba, Aerin no sabía que hacer, quería ayudarlos, pero no le podía decir a Jin así como así, no sabía como decirle, pero el ya lo sabia.

-Nam...- murmuró Jin antes de abrazar a Soyeon, haciéndole saber que estaría ahí y no la dejaría...