7. Jet privado.

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-Ropa común para despistar al personal y estudiantes jóvenes. -dijo con plumilla en mano.

-Difícilmente lista. -dije mirando de reojo a la maleta ya preparada reposada en la puerta principal.
Connor por su parte puso un diplosoma en la lista que tenía en manos la cual estaba adjunta en una tabla de madera de oficina.

-Uniforme especial de la agencia para alguna ocasión fuera de lo normal. -dijo esperando una confirmación mirando su hoja.

-5 de ellos. -afirmé nuevamente.

-Tienes armas de todo tipo -señaló el maletín grande que reposaba en la mesilla frente a mí la cual estaba levemente inclinada a mi persona para ver con más detalle el elegante conjunto de la agencia de color negro mate con bordeados plateados-. Nos encargamos de poner todo lo que necesitabas y nunca te quedarás sin recargas. De eso también nos encargamos.
Toma tu comprobación para la portación secreta de armas firmada por la máxima autoridad por si alguna vez la requieres -rápidamente me dio 4 hojas de puro papeleo. Después de darmelas una vez más palomeó en su lista-. Lo demás ha sido entregado a autoridades secretas especiales que recurrirán a ti cuando ocupemos algo de tu parte, fuera de eso...

-Estoy completamente sola. Entiendo. -completé intentando recordar lo que acababan de instruirme.

-No te preocupes por los gastos domésticos de tu vivienda y alimentos al igual que la misma vivienda, pues el gobierno lo cubre gracias a tu esfuerzo ganado en campo como una de las mejores en servicio anterior militar y ahora agente especial joven. Es tú recompensa.
Cada mes te traeremos un gran paquete con despensa, pero si requieres dinero extra para cualquier actividad extraculicular fuera de la misión tendrás que ganarlo con tus propios méritos. -explicó dando un golpe con su bolígrafo en la tabla dando a entender que finalizó las instrucciones los cuales dejó en el escritorio de la máxima autoridad, dónde nos encontrábamos ambos.

-¿Ganar con mis propios méritos?

-Como una adolescente común, tendrás que trabajar. -dramáticamente dijo susurrando las última palabras como si fueran un delito. Sin consentirlo entre suspiros añadí un "seguro".

-¿Sería todo? -pregunté refiriendome a las instrucciones. Connor asintió lentamente.

-¿Alguna pregunta que responder para aclararla en este instante? -se cruzó de brazos mirándome fijo.

-¿Cuánto tiempo estaré ahí? -pregunté.

-Es un tiempo indefinido. Nosotros decidiremos y te avisaremos en ese mismo instante y sin retraso. Si no hay otra pregunta, estás lista para marcharte a tu misión. -dijo esperando una respuesta.

Asentí con la cabeza lentamente.

-Te odio -dijo de la nada-. Eres una maldita suertuda.

-¿Por qué? ¿Por librarme de Homero? -dije y asintió.

Oh, claro. A Connor le toca con él martes y hoy jueves. Me tocaría mañana pero mi misión empieza en unas pocas horas así que adiós Homero.
Lo siento chicos, no pudieron ver a el grandioso Homero haciendo su espectáculo de el viernes. Es mejor que el del martes.

-Disculpen agentes, pero la máxima autoridad indica que la agente Jhonson tiene que aproximarse de inmediato a el aeropuerto de la zona norte a iniciar su misión. -la ojalata azul interrumpió por la puerta diciendo con el máximo respeto posible, esperándome para escoltarme.

-Agente Jhonson, el mayor éxito posible en su primera misión fuera de el país. Esperemos todos que, como siempre, haga su máximo esfuerzo y que de frutos su trabajo -despiediendose mencionó ante mi por última vez.
Con un movimiento lento colocó su mano con una despedida militar como siempre al igual que yo-. Suerte.

Hasta que me marché junto con el androide hasta la zona de aeropuerto en nuestra misma instalación.

Subo a el avión de la agencia, junto con mi azul acompañante, disfrazado de jet privado común.

Y así fue como despegamos y yo ya estaba en camino a otro estado lejano a lo acostumbrado.

Era la primera vez en la que yo viajo a mi primera misión. Era la primera vez que me voy a el exterior de la agencia e iba a otro estado a una vida de doble cara.

-Señor, ¿le ofrezco un café, té o...? -un pobre tipo ofreció a un peculiar hombre.

-Nada de esa porquería, muchacho. Vete por ahí a limpiar este desastre de Jet que deseo que mi vuelo sea placentero. -interrumpió de mala gana modulando al menos su tono de voz al no alzarla.

-Pero señor...

-Vete. -le recalcó con pesadez y "asco" en su voz y, de la nada, sacó un billete de 20 dolares de otros tantos y se la colocó al tipo en su bolsillo de la chaqueta delantera de la que llevaba color carmesí, los cuales llevan los empleados, y le dio unas palmaditas en donde mismo.

Sin decir nada y con un poco de vergüenza aquel hombre se marchó.
Se sentó frente a mi en el asiento que quedaba libre y me habló:

-Hombres que solo hacen perder el tiempo, sin estudios y sin propositos en la vida. ¿Fatal, no? Solo limpiando la basura que nosotros dejamos. Que desesperación. -negó refiriendose en "nosotros", supongo, a la clase alta.
Su cabello que, aunque ya pintaba color plateado, era largo y peinado hacia atrás como si de un hombre de 20 años fuera. Su barba era del mismo color y la llevaba como si un leñador se tratase: abundante, frondosa y muy por debajo de su barbilla. Llevaba traje elegante color carbón y por su bolsillo de la parte izquierda de su chaleco sobresalía un pulcro pañuelo color carmesí. Con la mano izquierda sostenía su sombrero del mismo color del traje y con la derecha una pipa de madera oscura reluciente grabada con dorado algún palabra en el francés.

Un hombre que aparenta "clase", pero no debemos juzgar a los libros por su portada.

-Ahora. Las indicaciones fueron ya indicadas hacia su persona hace algunos momentos por el agente Connor supongo. -el hombre supuso como recién dijo.
Al ver que esperaba una respuesta de mi parte asentí lentamente con la cabeza sin perder la cordura.

-Excelente. -respondió llevandose la pipa a la boca, aspirandola llentamente y poco a poco soltando el humo.

Ese iba a ser un viaje largo.

¡Cuidado! espía encubierta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora