8. Hogar dulce hogar.

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Una de las cosas más raras de visitar por primera vez la ciudad es ver a otras personas sin uniforme.
Podías ver la personalidad de cada persona a través de su vestimenta.
Las chicas con el cabello recogido en una coleta de caballo alta o baja, un moño pulcro o hecho un desastre solo para recogerlo, con ropa suelta de diferentes colores. Algunas traían faldas cortas y largas, otras traían pantalones de negro a blanco y algunas con zapatillas, tacones o tenis deportivos.

Mientras los hombres siempre vestían de una camisa holgada, tenis y aveces pantalones o bermudas de tela. Nunca había visto a tantos caballeros sin vestir elegante. Ni los jóvenes de mi edad vestían tan holgado en la agencia.

Iba en una camioneta disfrazada de una agencia de servicio de agua. Después de muchas advertencias e información ya me sentía lista.

—Tus cosas ya están en tu establecimiento temporal. Buena suerte. —fue lo último que oí de un agente cuando llegué.

Vivía en un departamento frente a el parque. No era la gran cosa, pero no llamaba la atención de todos justo como la agencia lo requiere.
El portero me dio la bienvenida y me entregó la llave que correspondía en mi apartamento el cual marcaba el número "205".

Era un hombre de edad, con gafas en forma de círculo, mostacho bien definido y cortado con cabellos plateados, con un uniforme pulcro y planchado color carmesí de toques dorados y un olor sin igual a café negro y chocolate.
Un agradable sujeto.

—Su departamento lo puede encontrar en la planta más alta a su izquierda. —indicó con amabilidad.

Agradeciéndole tomé el elevador y, como había dicho, presioné el botón a la parte más alta de el edificio.

Tal y como de sencillo se ve el edificio por fuera, sus departamentos también lo eran.

La sala era lo primero que se observaba al entrar lo que se conformaba por 3 sillones (uno mas grande que otro) color azabache y una pulida mesa de mármol blanca en el centro y sobre este reposaba un florero con rosas blancas. Todo esto encima de una alfombra del mismo tono de el de los sillones resaltando en el piso de madera.

Si seguías caminando derecho las paredes de tono gris te guiaban hasta la cocina. Sencilla, pero contenía lo esencial.
A la derecha de donde se hallaba la cocina, se encontraba la habitación principal.

maletines estaban reposando en la que sería mi cama. Dentro estaban los archivos e información necesaria. Cada uno en un folio negro mate.
Me senté en mi cama y comencé a hojear algunos de los que se encontraban en esta.

Al parecer estoy en Queens (la parte no muy interesante de Nueva York), las direcciones de la escuela estaban marcadas y también otras que me podrían servir de ayuda que no se me permiten compartir con otros.
Cosas que ya me habían dicho.

Estaba demasiado cansada como para revisar los demas folios debido al maravilloso "jet-lag".

Algo muy curioso es que cada una de las instalaciones tiene prohibido revelar el lugar exacto de su posición a los menores de edad hasta que se convierten en agentes de profesión y, como hay agentes de todos los países, no es fácil adivinar dónde te encuentras. Razón por la que cuando marchas a otra misión fuera del país no sabes si el horario de tu destino te va a perdonar la existencia o te dará un golpe en la cara.

Además que no es muy sencillo Hackear las computadoras del gobierno y solo para saber tu posición. Solo retrasaría tu valioso tiempo.

Mis ojos comenzaron a pesar, cada vez parpadeaba más lento. Me ardían demasiado.
No dormí nada en el jet ni en la molesta camioneta por escuchar indicaciones, leer archivos sobre la dichosa escuela, quién era la directora, familia, amigos (lo mismo con cada subdirector y gerentes) y sobre las noticias del mismísimo Payne.

Suspiré profundo y con ambas manos froté mi rostro. No podía dormir aún.

Con todo el pesar del mundo tomé un folio dorado con un recado:

Nombre: Cara Elizabeth Jhonson.
Sexo: Femenino.
Edad: 16 años.
Fecha de nacimiento: 23/08/02
Lugar de nacimiento: ???
Fecha de ingreso: 11/04/06
Posición actual: Agente de gobierno.
Posición en la misión: ordinaria estudiante de preparatoria.

Misión:
Investigar posibles cambios, pistas, personas, etc. en la escuela preparatoria asignada o en el ambiente que la rodea empezando el siguiente lunes a primera hora. Se requiere discreción.


Precaución: este papel se autodestruirá 10 segundos luego de ser tocado.

Vaya... Siempre les gustó el dramatismo.

Arrugué el recado haciéndolo bolita y, al momento de lanzarlo al aire, explotó en mil pedazos haciendo no tanto ruido como yo esperaba y cuando tocó el piso ya no era papel sino tristes cenizas.

Me dejé caer en mi cama, mirando hacia el blanco techo.
¿El siguiente lunes? Vaya. Empezaría mañana entonces.

Estúpido domingo neoyorkino.

¡Cuidado! espía encubierta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora