Elementos

Capítulo 1

Muchas personas corrían de un lugar a otro, gritaban y lloraban con desesperación.

Mientras corría descalza por el pasto mojado, una mujer chocó conmigo. Miré su rostro y pude ver el miedo en ellos, en sus brazos contenía una pequeña criatura con un signo en su brazo.

Giré hacía mi derecha y pude ver en los cielos como bolas de fuego se dirían hacia nosotras.
Miré asustada a la mujer que se encontraba a mi lado y vi como se alejaba.

-¡Espera!- grité con desesperación.- Debemos salir de aquí antes de que...- fui interrumpida cuando un cuerpo caliente chocaba contra el mío y me tiraba al suelo.

Miré a la persona que se encontraba arriba de mi cuerpo, inmovilizadolo con fuerza.
Era borroso, toda su figura era borrosa, sólo podía sentir como me sacudía con desesperación.

-Despierta- Habló lejano- Dije que despiertes.- su voz se acercaba cada vez más a la realidad. -¡Despierta!

Abrí los ojos.

Solté todo el aire que se encontraban en mis pulmones. Puse una mano en mi pecho y lo sostuve ahí hasta que sentí como éste latía de manera rápida.

¿Dónde estaba?

Miré a mi alrededor de manera rápida y pude visualizar que todo era extraño y ajeno a mi conocimiento.
Sin dudas no conocía el lugar.

- Por fin despertaste- una voz masculina me hizo mirar hacia todos lados de manera asustada. - Aquí estoy.

De la nada una figura masculina apareció de entre las sombras.
Era alto, su cabello era dorado y tenía varios rulos en el. Sus ojos eran verdes esmeraldas y me miraban fijamente.
Miré más abajo y pude ver como su uniforme era blanco, tenía un chaleco grueso y un pantalón que se apretaba a sus piernas muy bien trabajadas.
Un pequeño cartel amarillo en el lado derecho de su amplio pecho brillaba bajo la tenue luz que se encontraba en la habitación.

"Titán" pude visualizar que decía en letra cursiva.

Desvié la mirada de manera rápida hacía su rostro.
Aquellos ojos me miraba con curiosidad.

-Debemos irnos- Habló cortésmente y se dispuso a caminar hacia la única puerta que se encontraba en la habitacion.  Como vió que yo seguía en el suelo, se detuvo al girar el picaporte -¿Quieres una invitación?

Seguía estática en mi lugar.
No sabía que hacer, quería pararme y seguirle y a la vez  quedarme en suelo en el cual me encontraba. Volví a mirar hacia todos lados buscando algo que pueda reconocer.

Volví mi vista al frente cuando unos pasos se acercaron a mí.  Miré como el apuesto chico se arrodillaba frente a mi, justo a mi altura y sin quitarme la mirada de enfrente habló. 

-Debes estar confundida- su mirada cayó justo en mi antebrazo- y estás lastimada- su voz fue de verdadera confusión.

Miré mi brazo y vi como no había mentido. En mi antebrazo había un corte salvaje y casi profundo sobre él.  Pero no me dolía tanto, era mi cabeza que no paraba de palpitar lo que me hacía olvidarme de esa marca.

Salté en mi sitio cuando unas suaves manos se posaron en mis hombros y me elevaron, dejándome de pie. Mis piernas temblaron un poco pero se mantuvieron en su puesto.

Titan suspiró y volvió a hablar.

-Mira, debemos irnos- Habló suavemente- Tienes que hablar con Daniel.- vió como lo miré con con fusión y decidió aclarar- Él es el líder de APE... el te, te ayudará.- Habló más para el mismo que para mi.

Asentí con la cabeza y lo tomó como algo positivo, pues me soltó de los hombros y se dirigió a la puerta y esta vez, lo seguí por detrás.

Salimos de la pequeña habitacion y nos dirigimos a Dios sabe dónde.  Bueno, el de seguro sabía a donde se dirigía, pues su andar era seguro.
Yo a la vez, miraba hacía todos lados de manera asombrada, y no porque sea un lugar agradable, sino porque todo era nuevo para mi.

Un quejido salió de mi garganta cuando un puntazo se sintió en la parte trasera de mi cabeza.
Me detuve en medio del oscuro pasillo y con ambas manos me sostuve la cabeza.

-¿Qué tienes?- Titan habló rápidamente mientras se acercaba a mi- Te duele la cabeza.- fue más una aclaración que una pregunta.

Suspiré profundamente y el dolor disminuyó. Cuando mire hacía arriba, un confundido y preocupado Titan se encontraba frente a mi.
Me asusté a ver lo cerca que estaba, dando dos pasos hacia atrás.

-¿Puedes continuar?- Preguntó. Asentí  otra vez con la cabeza.

No muy seguro me miró fijamente unos segundos antes de girarse y seguir andando. Sentía como su mirada caía en mi de vez en cuando, quizá controlando de que esté bien.

Miré a donde nos dirigiamos y era en si, una puerta gigante de color marrón oscuro. A sus dos costados se encontraban hombres armados. Me sorprendí ante aquello.

Titan se detuvo enfrente de la gran puerta de madera. Los hombres al verlo solamente inclinaron la cabeza en forma de saludo y abrieron a la par la puerta.

Me sorprendí cuando ingresé a ese gran salón, donde muchas personas, en respectivos asientos de diferentes colores hablaban y reían entre ellos.

Titan se detuvo de golpe, haciéndome chocar con su espalda sin intención alguna.

-Ten cuidado- murmuró.  Se giró a mi dirección y habló nuevamente- Veo que no hablas mucho, pero en frente de Daniel deberás hacerlo... sino no podrá ayudarte.

Yo lo miré realmente perdida. No entendía nada de lo que sucedía en éste lugar.
Simplemente me dispuse a asentír una vez más no muy covensida.

El me miró una última vez antes de apuntar al centro de la pista.
Me quedé quita, una vez más mis sentidos no reaccionaban. Estaba aterrada, no comprendía nada y ni siquiera sabía como había llegado a ese lugar.

-Debes ponerte en el centro- Habló Titan, mientras se acercaba a mi oido. Un escalofrío se sentó en mi nuca- No mires a nadie si no quieres.- Se alejó de mi unos sentimientos y volvió a susurrar- Tranquila.

Me dio una pequeña sonrisa y se dispuso a caminar hacia una tribuna de color blanco.
Al ver aquello, quise seguirle, pero me contuve.
Miré una vez más el centro de la pista y me encaminé hacia el, con la cabeza baja y con pasos rápidos.
Quería que todo esto terminara.

Cuando apenas puse un pie en el centro, todo el piso se iluminó, haciéndome abrir los ojos a más no poder.

-Tu nombre- una voz masculina resonó en todo el lugar.

T

odas las personas que se encontraban guardaron silencio, y sus diversas miradas se pusieron en mi.

        Dios, si existes, hazme invisible.