Capítulo 35

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Capítulo 35

Sintiendo un fuerte jalón en la parte baja de la cabeza, Emily despertó de la transcripción de recuerdos. Se sentía débil y con la vista nublada; lo único que lograba ver era una luz de alarma roja que iluminaba todo el lugar.

—Casi nos matan —escuchó la voz de Kate un tanto lejana, pero al poco tiempo comprendió que eso solo era parte del aturdimiento, pues se encontraba frente a ella. —Bébete esto —le dijo al darle el contenido de una botella.

—¿Qué es?

—Te devolverá las energías —habló la mujer con desgano reclinándose en una pared. Deslizó los dedos por su muñeca, observando que el reloj marcaba 50 minutos. —No terminamos, pero lo que has visto es suficiente. Se cortó la electricidad y no creo que haya sido un accidente.

Emily tomó de la bebida rápidamente y sus sentidos volvieron al tope, dándole una mayor observación a la situación y lo que acababa de descubrir. —Es... usted... ellos—murmuró.

—Lo sé, pero con el tiempo te acostumbrarás a la información. Ahora la tienes acumulada, pero no debes fijarte en los hechos, sino en toda la información científica y la mente de cada uno.

—Pero...

—Ya luego tendrás tiempo de reflexionarlo todo —dijo al salir.—Las puertas están abiertas, hackearon el sistema de seguridad —concluyó antes de girar la combinación de una caja escondida entre la paredes y sacar dos pistolas de criptoplasma. —No son difíciles de usar, pero ten cuidado, que te pueden devolver el golpe —dijo al darle una a la chica.

—Kate, no, ¿qué vamos a hacer? No sabemos quién nos ataca.

—¿Después de todo lo que viste no te llega a la mente quién pudo ser? ¡Despierta! Deja de ser tan inocente —dijo con frustración. —Tenemos menos de 50 minutos para arreglar todo—comenzó a caminar por los pasillos manteniendo la pistola firme al frente. Sin embargo, bajó totalmente la guardia al encontrarse con dos de los chicos que por tantos años había mantenido ocultos.

— ¡Joel, Ángela! —gritó Emily alarmada al ver el aspecto de ambos.

— ¡No te les acerques! —la detuvo rápidamente Kate. —Están infectados.

—Por eso mismo tenemos que ayudarlos.

—No, te puedes morir si tocas ese veneno. Ellos lo resisten, tú no —habló con seriedad.

Al ver el estado en el que se encontraban ambos, Kate no pudo evitar sentir cierta culpabilidad, pero , casi de manera automática, no mostró ninguna expresión de tristeza ni tampoco de enojo; simplemente, se mantuvo neutral ante ellos.

Ambos chicos miraron a la mujer con cautela. No sabían qué estado de ánimo podía tener ante todo lo que habían hecho, pero en ese momento lo único que necesitaban era ser curados y Joel no se lo cuestionó dos veces antes de pedirle ayuda. —Los experimentos de la Zona Restringida están atacando a todos, luchamos con unas plantas, pero son demasiados.

—Llévalos a la sala 14 y cúrales todo eso —le indicó a Emily. —Recuerda, los datos científicos que hay en tu memoria ahora son lo más importante. Desinféctalos y sácalos de aquí.

— ¿Nos... nos está dejando salir? —preguntó Ángela con cierta dificultad.

—Estoy haciendo lo que debí hacer en su debido momento. ¿Dónde están los demás?

—En la sala de mando —contestó Joel; sin embargo, en ese momento se percató de algo que lo lleno dolor—, pero... Amara y Nick entraron en la Zona Restringida y no sabemos nada de ellos... Yo, no... no la siento. —murmuró, mientras sus piernas flaqueaban y caía al suelo. —Ya no la siento.

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