- ¡Oye hombre! Esto es una fiesta no un velorio. Vamos a bailar. - anuncié tomando un trago de mi segundo mojito.
- Bebimos una botella de Champán casi entera ¿Cómo diablos me voy a parar?
Reí.
- Vamos, tienes que bailar - lo jalé del brazo.
Llevé a Tom hacia la pista de baile, de fondo sonaba una especie de música electronica, mi favorita. Jalé a Tom un poco más cerca de mi.
- ¡Mueve lo que tienes niño! - grité entre la música.
Saltaba al ritmo de la música, siempre había disfrutado bailar, era uno de mis pasatiempos favoritos, y supongo que, pasada de copas lo disfrutaba mucho más.
Tom trataba de imitar mis pasos, pero no podía. En algún momento me acercaba a él más de lo normal.
Minutos más tarde paramos un poco de bailar, ya que necesitaba tomar un poco de agua.
- Vaya, es increíble - dijo mientras tomaba su copa.
- ¿Qué?
- Bailas mucho mejor cuando estas ebria - sonrió.
- ¿Acaso nunca habías notado mi talento?
- Claro, pero nunca te había visto tan sexy.
- ¿Sexy? - pregunté mientras servía una copa de Margarita.
- Muy Sexy - tiró de mí hacia él.
- ¿Cuánto has bebido niño caliente? - lo empujé entre risas.
- Demasiado - guiño su ojo.
Nuevamente reí al ver su sonrisa, ¡Mierda! El alcohol era lo peor, ¿Cómo podía sentirme atraída por mi mejor amigo?
- Deja de hablar tonterías.
Tomó mi mano y me llevó de regreso a la pista de baile. El ambiente estaba de lo mejor; Nathalia y James compartían besos y caricias mientras bailaban, al igual que Yisell y Sebastían. Mientras que Stacey se encontraba bebiendo y riendo con el apuesto chico
- Todos muy romanticos ¿No crees?
- Sólo faltamos tu y yo - se acercó a mi con una sonrisa seductora.
- ¿Tu y yo? - me burlé - Ni pensarlo Tom Morgan.
Lo aparté de mi, despistando un poco la situación incómoda, y lo conduje hasta los bancos del bar, de nuevo.
- ¿No te cansas de beber?
- No, aún no - rió.
- A mi sinceramente ya me dió sueño.
- ¿Quieres que te lleve al cuarto?
- Vaya, que perverso eres - bromé.
Me alejé un rato del bar para buscar a Nathalia, pero no la encontré. Necesitaba ir al baño, pero no iría sola, tenía la opción de ir al servicio de la habitación, así que avisé a Tom que me quería largar de ahí. Necesitaba dormir, estaba realmente ebria y apenas podía caminar.
Me llevó a la habitación, pero al momento de entrar tropecé con la alfombra.
- Dios que ebria - exclamó Tom, deteniendome de la cintura.
- Y dime Tom, ¿Dónde está el "Cuidaré de ella" que prometiste a mis padres? - reí.
- ¿Cuándo dije yo eso?
- Hoy en la mañana.
- ¿En serio? - volvió a repetir aún mientras sontenía mi cintura.
- Si. Ahora maldito ebrio quita tus manos de mi - bromé.
- Claro hermosa - me soltó de sus brazos.
Luego de ir al baño, me dirigí hacia la sala de estar, donde se encontraba Tom. Estaba viendo su programa de televisión favorito, Friends, mientras sostenía una botella de cerveza. Tiré el resto de la bebida y ayudé a Tom a levantarse del sofá.
Casi una botella de Champán, tres mojitos y dos margaritas fueron suficientes para hacer que los dos cayeramos en un estado de mierda.
- Debo ser el peor amigo de la historia.
- ¿Por qué dices eso?
- Yo debería cuidar de tí, no tu de mí - acarició mi mejilla - Gracias princesa.
- No importa - me acerqué más a él riendo levemente.
Tom mostró una sonrisa de vuelta, y me ofreció su mano para acercarme más a él. Tomó mi cintura, acarió mi mejilla nuevamente, y mi mundo se detuvo al momento de sentir chocar mis labios contra los suyos. Deslizó sus brazos hasta mis muslos, indicadome a que lo rodeara con ellos. Lo hice.
- He esperado mucho para esto - susurró con la respiración entrecortada.
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Last Night
RomantikElla lo llama un error, él lo llama una estupidez. Una noche, unos cuantos tragos, y la estupidez más grande de su vida. Su amistad será totalmente destrozada. Pero, ¿Que pasaría si realmente se dieran cuenta de sus realidades?