Sentí como sus alargados dedos envolvían mi brazo y me jalaban fuera del instituto. Ya estando unas tres cuadras alejados de aquel perímetro, se dispuso a soltarme mientras que yo reacomodaba la bolsa en mi espalda.
– Pareces un ladrón.– escupió al fin con su voz que era jodidamente ronca, de lo cual solo suspire exhausto.
– Parecer o no, son cosas que se me obsequiaron. Sería de mal gusto dejarlos ahí, sería como ignorarlas y se sentirían tristes.
– ¿Ahora sí te fijas en los sentimientos de las personas? Ladrón de corazones.– ¿Qué le pasaba? Parecía que le calaba en las situaciones que me encontraba.
– Por supuesto, no aceptaré sus sentimientos, pero al menos me doy la tarea de entenderlos.– mencione con asidero.
– Maldito bastardo.– Kim Tae Hyung empuñaba su mano con intenciones de soltarme un gran golpe en mi cara.
– ¿Qué? ¿Qué tiene de malo que me ponga a leer y guardar todas las cosas que me hacen? Y a todo esto... ¿A ti qué te importa? Yo sabré qué hacer y que no.
Él ya no tenía nada que decir o por lo menos eso parecía, así que me di media vuelta y emprendí vuelo a mi destino. Ya había avanzado aproximadamente 7 pasos cuando su voz volvió a resonar a mis espaldas.– Yo ya sabía que mi hermana estaba tratando con un bastardo.– pare en seco, ¿su hermana? ¿Quién era su hermana? ¿Hiromi y Tsubaki? No... Ellas apellidan de diferente forma.
Ahí fue donde me cayo el pensamiento de que su apellido ya le había escuchado en el baño. Hice un vaivén en mi memoria y di con lo que necesitaba, para que pudiese darle cara nuevamente a aquel hombre tan insistente.
– Yo no mandé a que tu hermana se enamorara de mí.– dije irónico y con muecas de triunfo para que al final esbozara una sonrisita.No me di cuenta y mucho menos reaccione al puñetazo que me dio en el rostro. Aquel me fulminaba con su mirada, se le notaban las grandes ansias de matarme a golpes desahogando así su ira.
Yo solo sobe mi quijada y la meneaba de un lado a otro para asegurar que no fuera un daño grave, él se veía tan osado, hasta que rompió el ambiente quejándose de que le dolió el golpe que me dio; agitaba su mano y soplaba como si se hubiera quemado, creando expresiones de dolor.– No eres lo que aparentas, raro.
– No me digas raro.
– ¿Por qué no? Primero apareces en el baño de hombres, después te aplastas en mi área de estudio, para que al final me arrastraras hasta acá, echándome pleito de algo que yo ni siquiera decidí, dándome un golpe "triunfante" para que al final te vieses vulnerable ante el enemigo.Kim nomas se quedó pensativo ante las palabras que le dije, y antes de que me reclamara algo más yo ya me había ido.
La bolsa pesaba como si cargase piedras y yo ya quería estar en mi cama acostado. Cuando abrí la puerta de mi hogar, mi hermano mayor salto a molestarme.– Oh, tenias que ser el gran Jung Kook, rompecorazones.
– ¿Podrías callarte? Estoy harto de esa palabra el día de hoy.
– Tranquilo, el culpable aquí eres tú por no tener una novia definida. Ya deberías de conformarte con alguna chica de tu instituto, porqué pides mucho de tu pareja ideal, pero realmente a este paso no encontrarás a nadie y te quedaras solo. Sería desperdiciarte.
– Lo sé, lo sé. Es molesto aceptarlo, pero tienes razón, creo que pronto encontrare a alguien que por lo menos me haga creer que los estereotipos no existen en una relación.
- ¡Eso es todo!
– Aja.Ya estaba tumbado en mi cama, por fin sentía que mi batería aumentaba, y pasado de unas cuantas horas de sueño, me senté en la orilla de esta, sacudiendo un poco mi cabello, alborotandolo y haciendo notar más que me quede plenamente dormido, después vi la bolsa de plástico gigante y la arrime hacia mí para leer todas las notas y cartas que había.
Me gustaba leer las cartas anónimas, me recordaban a mí cuando iba en la secundaria, tan tímido y torpe.
La letra de las niñas eran realmente lindas, pero esa noche una sola me llamó la atención. Su estilo era algo peculiar, no parecía tan afeminado pero tampoco tan fea como solemos escribir los chicos, era algo muy neutral, y aunque ya tenía identifica el tipo de caligrafía de las notas que me llegaban, esa era completamente nueva; es decir, que se trataba de una persona que jamás antes me había escrito.
La nota decía lo siguiente:
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Cambio de decisión
FanfictionJugar con cartas al azar es un poco convencional; teniendo miedo a perder todo lo que posees e inclusive cambiar tu posición de victoria para siempre. Hacer jugadas a veces no es lo mejor. Creer que tienes todo para que al final lo tumbes por la bor...