Estaba echando las últimas cartas de mi casillero a aquella bolsa tan pesada, de lo cual por fin pude soltar un suspiro de alivio ante aquel día tan revoltoso.
Todo iba de maravilla hasta que Kim So Woo se interpuso en mi camino.
– Jung Kook.– su voz a comparación de la de Kim Tae Hyung, era demasiado dulce y delicada.
– No me llames así, apenas y te he visto un par de veces.
– Jeon Jung Kook, ¿así está mejor?
– Por supuesto.
– ¿No vas a preguntar por qué estoy aquí?
– ¿Debería de preguntar e importarme?– le hacía un nudo a mi bolsa para evitar que se salgan las cosas.
– Claro que debería, vengo a pedirte un favor.Mi lengua chasqueo dentro de mi boca por la parte superior de esta e intrigado me dirigí una mirada fija.
– ¿De que favor se trata? – la castaña entro a mi área personal, parándose de puntas para llegar hasta mis oídos, soplando un poco causando que mi piel se erice en una pequeña cantidad.
– Quiero que me enseñes matemáticas.– aquella se separó dando unos cuantos brincos y ladeo su cabeza de lado al notar mi cara perdida en el horizonte.– ¿Jeon Jung Kook?
– ¿Ah? Sí, está bien.– mi respuesta fue por inercia, no algo planeado, que inclusive me seguía cuestionando la razón por la cual reaccione de esa manera, no era algo común de mí.
– ¡Excelente! Entonces vayamos a mi casa.No me di cuenta cuando está envolvió su brazo con el mío y me dirigía como un perro con correa, mientras que yo cargaba la bolsa negra y pesada con mi mano disponible.
Habíamos parado frente a una clase de residencia, cuanto está presionó un botón del interfono, a la cual le respondieron abriéndole al instante.
Nos introducimos al lugar hasta llegar a una puerta de madera color chocolate, la abrió y el contenido del lugar se miraba muy acogedor.– Toma asiento en lo que me cambio.– se iba desabrochando el moño de su uniforme mientras caminaba a alguna de las habitaciones de la casa.
Yo me senté en el suelo a causa de que la mesa estaba muy pequeña, era una de esas que se ponen en la sala.
Saque algunos apuntes y el libro de matemáticas.
Me entro la curiosidad de todo, así que husmee un poco a mi alrededor con solo mi vista. Cuadros de diferentes tamaños portaban fotografías y pinturas, pero lo que más me llamaban la atención eran las fotografías. Los dos hermanos: Kim Tae Hyung y Kim So Woo, posaban en demasiadas de estas. Algunas eran de cuando estaban en sus cumpleaños, otra cuando se graduaron de la escuela secundaria, inclusive una donde eran bebés.
– ¡Listo!– grito desde un rincón, corriendo en mi dirección y posicionándose en el piso de madera.
Vestía una ramera de color gris y larga, junto a unos pantalones flojos, que a simple vista se le notaba que no le quedaban.
Iniciamos con unos problemas sencillos, unos problemas con los cuales no tenía dificultades en las ecuaciones ni fórmulas. Al poco rato de resolverlos, la dificultad iba en aumento. Ella se concentraba mucho en aquellos pedazos de hojas, realizando su manía de meter el lápiz a la boca y mordisquearlo un poco. La mire un poco más a detalle teniéndola más de cercas, se veía muy linda. Su cabello alborotado caía por sus hombros y topaban en la mesa, generando pequeños espirales en esta, sus pestañas (como ya lo había mencionado antes) eran muy largas, sus ojos de color azul y destellos de un tono verde me atraían mucho. Sus pequeños labios rojizos en forma de corazón, eran muy llamativos. Inconscientemente de mis actos, con mi mano paso un mechón de su cabello por detrás de su oreja, volteándome a ver ella y después regalándome una reluciente sonrisa mientras yo lo analizaba todo en cámara lenta.– ¿Sucede algo?– dijo ella intentando dar con mi mirada que yo evitaba apenado.
– Ah, no. Nada.El momento se rompió cuando una voz ronca aparecía por aquella sala.
– Oye Woo, ¿has visto mi ropa? Juro haberla dejado en alguna parte de la casa.
Yo voltee a buscar la persona aún sabiendo de quién se trataba, asombrado por ver a Kim Tae Hyung recién bañado; alborotándose el cabello húmedo con un ceño fruncido, mientras pequeñas gotas de agua escurrían por su marcado abdomen; llegando a parar a la toalla que poseía en sus caderas, sosteniendo está con su mano izquierda; dando al descubierto la mayoría de su tez un poco bronceada.
Él al notar mi presencia intento cubrirse al menos un poco más, en cuanto a mí; yo me giraba para no verle semi desnudo. Para ser un inútil e incompetente, debía de admitir que tenía una buena figura, pero no tan buena como la mía.– Vamos, ambos son hombres. ¿Qué acabo de pasar?– soltó una risita la única chica del lugar.
– ¡Tú! Maldita enana, ven para acá.– el chico alto se había volteado, pero no antes de agitar su mano para dar a entender que se acercara.
– ¿Qué sucede, Hyung?– Kim So Woo se levantó de su lugar hasta llegar a donde se encontraba su hermano, para ser arrastrada a una esquina de la habitación.
– ¿Qué está haciendo él aquí?– intentaba hablar en voz baja, sin embargo aun así alcanza a percibir sus murmuros.
– Vino a ayudarme.
– ¿En qué?
– Matemáticas.
– ¿Te quiere enseñar matemáticas? ¿Por qué no me lo pediste a mí? Yo también fui seleccionado para ayudarle al maestro con otros grupos.
– Lo sé, pero tú eres Kim Tae Hyung y él es Jeon Jung Kook.– su tono de burla hizo que su hermano sacara un pequeño quejido.
– ¿Y qué haces con mi ropa?– dijo aquel apenas captando lo que llevaba puesto su hermana.
– Me la encontré y me la puse. Es muy cómoda.
Kim So Woo apareció frente mío, asustándome por sacarme de mis pensamientos.
– No le hagas caso a mi hermano.– retomó su lápiz y comenzaba a escribir.Por mucho que lo pensara, ellos dos no se parecían en nada a simple vista, uno era muy bajo y de tez clara, con ojos de color y voz dulce. Mientras que el otro era muy alto, la tonalidad de su piel es más bronceada que la de su hermana y sus ojos eran un color más común. Era normal que la gente pensara que eran novios y no hermanos. Lo único que les hacía ver similar, son sus manías y los labios que formaban corazones.
– No se parecen.– comente aún observando mi libro.
– ¿En verdad? Muchos nos dicen eso. De hecho, la mayoría piensa que somos todo menos hermanos.
– Lo supuse, eso es porqué no tienen casi los mismos rasgos.
– Que desperdicio.– dijo ella ahogando un suspiro.
– ¿Por?
– Nacimos el mismo día... Se podría decir que somos gemelos, pero en realidad él fue hombre y yo mujer.
– Entonces son mellizos.
– Oh, ¿cómo lo sabes?
– Una vez lo explicaron en la clase de biología... Sobre la división del ovulo fecundado, se trataría de gemelos; pero tu caso es diferente.
– No esperaba menos de Jeon Jung Kook.– sus palabras me halagaban demasiado que solo le dedique una sonrisa, sonrisa que se esfumó por un par de libros y cuadernos que cayeron en el vidrio de la mesa. Kim Tae Hyung se sentó molesto y sin apartar la mirada de mí; como si estuviera desconfiado, aunque yo tendría que estar en ese papel por haber ido a la casa de un par de locos que apenas conozco.
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Cambio de decisión
FanfictionJugar con cartas al azar es un poco convencional; teniendo miedo a perder todo lo que posees e inclusive cambiar tu posición de victoria para siempre. Hacer jugadas a veces no es lo mejor. Creer que tienes todo para que al final lo tumbes por la bor...