Pienso que cada persona que existe en el universo tiene una historia más interesante de lo que cree, una historia que si contaran a más de uno le parecería fascinante.
En ocasiones solemos pensar que muy pocas personas son especiales, que nuestra vida es lo más normal del mundo sin saber que de pronto nosotros mismos tenemos una vida de novela, o de libro en mi caso.
Bueno, como podrán darse cuenta, soy escritora, o podría serlo, aún no lo sé.
Me presento, soy Evangeline Mendoza Stewart, más conocida como Evie por mis amigos o la hija de Heather Stewart y Ethan Mendoza, los grandes empresarios y jefes de Evergreen Company, la empresa que más ha ayudado al medio ambiente.
Como pueden deducir, mis padres son ecologistas y aman a la naturaleza tanto como su propia vida, por eso (cuando todavía eran novios) en su juventud atrevida y descarrilada, tan solo con 19 y 20 años, crearon esta empresa.
Para la suerte de los dos esta idea les salió mejor de lo que esperaban, me suelen contar que solo querían poner un granito de arena plantando árboles y flores en parques y lugares públicos donde faltaban, además de salvar esas pequeñas plantas que estaban muriendo regándoles un poquito de agua, suponían que sería sin ánimo de lucro, solo era para ayudar. Pero terminaron creando la empresa internacional cuando Madeline Harrison, vieja amiga que también había estudiado ecología, les ofreció la asociación con Seeds of Life, después de que su padre le cediera el mando.
Cada caja de paquetes de semillas que le compraban a la empresa de Madeline significaba un 20% de ganancia para Evergreen, con los ingresos que fueron quedando de esta alianza compraban terrenos abandonados o casa sin dueño, ya propiedad del gobierno, donde hacían parques o huertas.
Dirán ustedes, ¿Madeline no salía perdiendo? ¿No fue un mal negocio?, pues no, porque Maddie no lo hacía por dinero sino por el favor que les debía a mis padres, lo hizo de corazón y eso por mi está bien.
¿El favor?, ya les contaré después, me cansé de hablar de mis padres, o de Evergreen Company.
Bueno, sé que eso sonó un desagradecido y malcriado, ya que esa empresa me da comida, ropa, estudio y todas las cosas materiales, pero, aunque para mis padres esta locura, que ya lleva 21 años, resultó fenomenal, para mí no fue así, no del todo.
Cuando era niña todavía la empresa no estaba asociada con Seeds of Life y nosotros tres éramos como algunos dirían, la familia perfecta. Solíamos ser felices, ellos la mayoría del tiempo estaban conmigo y me llevaban a su trabajo, es decir, todos los días me llevaban a "sembrar plantitas".
Recuerdo una tarde, tenía 7 años, tenía un vestido rosado de flores y mi cabello iba con el viento, hace algunos días me había caído montando bicicleta y al arrodillarme al lado de donde iban a cultivar me dolió donde días atrás me había raspado.
Entonces yo pregunté un poco enojada - ¿Por qué tenemos que venir a plantar flores? -.
Mi madre sonrió mientras pensaba las palabras correctas, o al menos eso supuse por su mirada y me dijo - Mi niña, la Tierra es como tú, hermosa, alegre y amable pero que cada vez que alguien le quita un arbolito o le tira papeles es parecido a cuando te caes o te sientes triste. ¿Lo entiendes? - De repente mi padre me tomó el brazo, arrodillado en la tierra, y completó - ¿Te acuerdas que cuando te caíste te compré un chocolate para que no te sintieras triste? Lo mismo sucede con el planeta, tenemos que darle un abrazo para que sea feliz; y ese abrazo se lo damos sembrando -.
Con esto me explicaron de una forma muy inocente que plantando una semilla podía ayudar al planeta y con ello también me hacían feliz a mí. Pero yo en mi inocencia, pregunté: - Eso significa que... ¿Tenemos sembrar chocolate para que la Tierra sea feliz? ¿Por qué no lo comemos mejor nosotros? Bueno, pues... ¡Hagamos al planeta feliz! -.
Y terminé, cuando no tenía supervisión de mis padres, sepultando unos 34 chocolates bajo tierra después de eso hasta que cumplí 8 años y me enseñaron en el colegio que se sembraban plantas, no chocolates.
No puedo creer que desperdicie el manjar de los dioses, el chocolate, dándoselo a los gusanos que seguramente murieron, todo gracias a mi hazaña.
Fueron buenos tiempos, pero ahora todo es diferente, mis padres van de viaje en viaje, dando conferencia sobre cómo ayudar a todo y a todos, mejorando el mundo, plantando y mandando a plantar a más de 3500 empleados y dañándome sin saber.
La falta que ahora me hacen mis padres es más grande que todas las operaciones de Álgebra de Baldor juntas, por su trabajo, ahora tenemos discusiones, casi nunca los veo, las llamadas no son tan constantes como antes y no sé si de verdad sigamos siendo una familia porque ya ni mis padres se ven entre ellos. Sé que ellos se siguen queriendo, pero cada vez los veo más distanciados, aunque el amor de ellos es irrompible, créanme.
Dejando a un lado mi familia que en este momento es un caos vayamos ahora a mí, lo que todos gracias a este rollo que ya conté ignoran. Sí, ser hija de personas reconocidas a nivel mundial no es fácil, para nada fácil, a decir verdad.
Tengo 18 años, mañana comienzo a estudiar Periodismo y Comunicación, en WU o Wenstern University y con esto puedes concluir que vivo en London, Canadá y con eso dirán: Es canadiense; bueno si, pero no, es decir, soy colombo-canadiense, mi padre es de Colombia y mi madre de Canadá.
Como podrás ver sí mi vida es una locura y por eso decidí comenzar con esto, bienvenidos a mi blog.
Y ya eso es todo por ahora. Les mando un abrazo invisible amigos. Chaiwi.
P.D: Eso significa posdata, yo tampoco lo sabía.
P.D. 2: Espero que tengan un buen día o que hayan tenido y si no lo tuvieron coman chocolate. Enserio funciona, confíen en mí. ;)
P.D. 3: No sé cada cuanto suba esto, solo es una loca idea de mi loca vida. Y ahora sí, chaiwi.
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Terminé de escribir la entrada de mi nuevo blog, aunque no sé qué tanto me dure la fiebre con mi idea porque me la paso olvidando que tengo que hacer todo el tiempo, pero que tanto cuesta intentar ¿No?, bueno, me siento muy exhausta y ya que hoy mi perro me cayó como media tonelada apenas llegue a casa me duele todo el cuerpo.
Mañana comienza todo y no sé cómo sentirme, si feliz porque comienzo la universidad, o enfadada porque ya no podré ver Netflix en la mañana como siempre lo hago.
La frase que definiría el día de hoy sería: "Vivamos y que pase lo que tenga que pasar"...
No me convence...Que tal: "No hay nada mejor que llegar a tu casa y que tu perro te salte encima."
Reprimo una sonrisa al recordar que por poco me rompe un hueso y borro esa frase de mi mente.
Tal vez la gente no entienda el por qué defino mi día en una frase, es una vieja costumbre. Una costumbre que me enseñó mi abuelo, ahora todos los días la realizo, es como si de alguna forma fuera parte de mí.
¡Creo que ya tengo la frase!, era una que mi abuelo solía decirme:
"La vida no es perfecta, pero tiene momentos maravillosos y llegan cuando menos los esperas."
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Notita de Autora:Holiwi!!!
Cómo están? Bueno, llego con una historia nueva, este es mi nuevo proyecto y la verdad siento que este si va a resultar (Ignoren todas las veces anteriores que he dicho eso).
Como pueden ver este capítulo es para que conozcan un poco a Evie y no es muy emocionante, pero para eso no falta mucho.
Esta historia no va a ser el típico cliché pero si va a contener algunas cositas porque pues soy yo, aquí toda romanticona jajajaja.
Confíen en esta historia, los va a sorprender, eso espero.
Por cierto, díganme que les parecío, ¿Que le parece Evie?.
Sin más que decir:
¡Los amo y gracias!
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Siempre Contigo
Teen FictionUna chica con imaginación y una vida que a manos de una empresa familiar no ha sido sencilla, está cansada de ello. Algo ocurre, y ella no entiende cómo. Cada persona es un mundo nuevo, comúnmente pequeñas y sencillas, y otras tan complicadas como e...