Nuevos vecinos.

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Después de llegar de la escuela, un alboroto se formó en el vecindario.

Al parecer, hoy llegarían los nuevos vecinos que habíamos esperando desde hace meses — y si, leyeron bien, meses —. Algo me decía que conocía ya a los vecinos, sonaba raro — y es porque es raro — pero era cierto, algo me decía que no sería una gran sorpresa para mi.

Sin embargo, no le di importancia y después de comentar con mi mamá ese tema, subí a mi habitación.

Tire mi mochila en algún lugar y me lancé a la cama, mi hermosa camita.

Tome mi celular y entre a algún red social a curiosear un poco.

Nuevo mensaje de Klein.

NO ME VAS A CREER - Klein.

¿Qué? - Alessia.

LeBlanc será tu vecino - Klein

Espera que, ¿qué carajos?

Baje de mi habitación y corrí hacia la sala, sin decirle nada a mi madre, salí de la casa y me dirigí al patio trasero y en efecto, ahí estaba el.

Estaba dirigiendo la mudanza y separaba algunas cajas que — por lo que pude ver — llevaban su nombre en ellas.

Genial, ahora lo veré todos los días a todas horas — pensé.

Me acerqué un poco más a la cerca que dividía nuestro patio y lo admiré de cerca.

Me permitiré destacar a Adonis: llevaba una camisa de manga corta roja, sus jeans y unos clásicos tenis Nike. Sus marrones ojos y su bonita tez morena, resaltaban con la luz.

Alessia, ¿que tal? - dijo llamado mi atención.

Mierda, me había pillado mientras le veía — pensé — ¿qué irá a pensar ahora? ¿Qué soy una maldita acosadora? O aún peor, ¿qué me gusta?

Sonreí algo incómoda ante la situación — Hola Adonis — dije, tratando de ocultar la vergüenza que recorría mi cuerpo de extremo a extremo.

Vecinos, ¿eh? - sonrió mientras se acercaba a la cerca, asentando levemente sus brazos sobre ella.

Asentí con la cabeza mientras retrocedía sin que lo notara o al menos, según yo, así era.

Vamos a ser grandes vecinos, ya verás — sonrió.

Asentí con la cabeza.

Tienes grandes problemas, Alessia Hidalgo — pensé — y más te vale hallar una forma de resolverlos antes de que seas el pececillo que se ahogo en su propio mar de dudas.

Sonreí un tanto avergonzada para no decir que más de lo que ya estaba. Así que, como buena lectora de mi fiel y amado Wattpad, decidí seguir uno de los consejos básicos: huir.

Si mira, estem — mire disimuladamente la puerta entre abierta de la casa — será mejor que yo entre, tengo, tengo, yo tengo — tartamudeé mientras pensaba que inventar — tengo un pez y se llama Carl y Carl odia estar solo y yo pues yo — dije mientras retrocedía de espaldas, Adonis me miraba un tanto confundido — no le gusta esta solo y pues ni modos, hasta luego — y sin dejarle decir nada, corrí a encerrarme a mi habitación.

(...)

Ya era tarde y yo aún no terminaba mi tarea, ni siquiera había bajado a cenar y es que moría de hambre.

Me faltan unas cuantas ecuaciones para poder terminar y por fin, lanzarme a mi cama y ser feliz.

Trata de pensar en la respuesta y sin querer mi vista se posó en la ventana de en frente mío.

La habitación era color gris, decorada con varios discos de vinilo y muchas fotografías de creo yo, fútbol americano.

Parecía la habitación de un chico, esperen, ¿y si es la habitación de Adonis y me descubre espiándolo y comienza a pensar que soy la loca vecina que se está loca porque tiene un vecino extremadamente caliente?
Dios mío, ni me escuches.

Cerré la cortina un tanto aterrada y dejé en paz mi tarea, mañana la terminaría.

Ahora si, puedo ir a tomar mi merienda como dios manda.

Hey tú, rómpeme el corazón. ©️| Terminada✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora