Capitulo dos

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El cielo era oscuro, de un tono azul marino casi negro. Las nubes se dispersaban cada vez más despejando así el cielo para exhibir la blanca luna y, alrededor suyo, un montón de estrellas. El completo silencio de la ciudad hacía el paisaje aun más cómo de apreciar, claro, si no fuera por un agudo grito que despertó a más de una persona.

- ¡Silencio! Silencio - La voz del desconocido se escuchó por primera vez, que tapaba la boca del rubio que poco a poco bajó el volumen de su voz mientras lo miraba con sus ojos muy abiertos - Bien, así... - Sonrió más tranquilo y fue alejando poco a poco su mano, cuando el chillido volvió a sonar - ¡Joder! ¿¡Por qué no te callas?!

- ¡No me mates!

- ¿Qué? ¿Matarte? - Sonrió enseñando sus afilados colmillos que se encogieron hasta volverse unos normales - ¿Estas loco? ¡No podría!

Mientras que el pelinegro sonreía como si fuera lo más normal del mundo, el más bajo estaba cada vez más confundido. Ante su desconcierto decidió explicarle.

- Entre los nuestros no nos podemos hacer daño, ¿no es así? Sobretodo porque es la primera vez que veo a uno de mi misma especie, ¡seamos amigos!

Jimin se sentía tan confundido ante cada palabra que el vampiro pronunciaba. ¿Será que el maquillaje y el traje fueron tan realistas? Si vender el computador para comprarse todas esas cosas le salvó la vida, vendito sea este.

- Mi nombre es Hoseok, ¿cual es el tuyo?

- Um... Jimin.

  - Bien, Jimin - Soltó la camisa del menor y empezó a caminar hasta el final del pasadizo, sin dejar de mirarlo por un segundo, con una alegre expresión - ¿Quieres ir a mi casa a sentarte y tomar algo? No falta mucho para que salga el sol. 

Apenas Hoseok se apartó de él, llevó una mano a su pecho para dejarla descansar ahí, esperando de esa forma calmar un poco su acelerado corazón. Sin embargo, esto era inútil ya que el pánico aumentaba mientras caminaba tras el hombre.

Estuvo apunto de ser mordido por un vampiro, ¡un vampiro! Además estaba siguiéndolo hasta su casa, mala idea. Estaba acompañando a un vampiro que creía que él tambien era uno. Peor idea aunque esto era lo que lo mantenía vivo.

Pero, ¿cómo demonios fingiría ser un vampiro? ¿Estaba listo con solo el maquillaje o tenía que decir algo, hacer algo? Solo había visto Crepúsculo y el vampiro frente a él no se parecía demasiado al de la película. ¡Su piel no brillaba fabulosamente con la luz!

"Edward Cullen, me has fallado. Ya no eres nadie para mi" pensó Jimin mientras gruñía, llamando la atención de Hoseok.

- ¿Qué te ocurre? ¿Tienes hambre? Si es así puedo darte un poco de sangre que tengo guardada.

Oh, definitivamente todo eso fue una mala idea.



- A mi me gustan los colores vivos, ¡sobretodo el verde! ¿Y a ti?

Si, el pelinegro seguía con él. Si, ahora estaban en su casa. Si, Jimin había permitido todo eso y solo quería morirse por lo mismo.

Estaban sentados uno frente al otro sobre un sofá blanco y cada uno llevaba una copa llena de sangre en sus manos. Mientras que la copa de Hoseok estaba casi vacía, la de Jimin estaba aun llena. El contenido disminuía cada vez que el mayor se iba para ser tirado sobre un macetero.

Jimin bostezaba cada pocos segundos mientras que Hoseok tenía sus ojos bien abiertos y no dejaba de moverse. "O es hiperactivo o no duerme" pensó Jimin.

- ¡Eres un hombre tan interesante, Jimin! Me agradas cada vez más. Incluso eres guapo, muy guapo.

La voz se hizo cada vez más ronca mientras decía la frase la cual Jimin respondió agradeciendo tímidamente. El más alto empezó a acercarse a él, olvidando por completo lo que era el espacio personal. Su expresión era sugestiva y por el miedo el rubio no se movió un centímetro con miedo de ser atacado si se resistía.

- ¿Y eres soltero? Porque eso sería muy extraño viniendo de alguien tan bello...

Los largos y delgados dedos bajaron hasta su muslo y empezaron a subir a un ritmo lento, mostrando claramente sus intenciones. En ese momento Jimin olvidó el miedo y lo apartó antes de que continuara con su recorrido.

- Olvídalo - Dijo este con su voz dura y fría - No estoy soltero, tengo una novia.

- ¿Novia?

- Si, una novia. Y no me metería con alguien que no fuera ella - Se levantó dejando la copa a un lado y se dirigió a la puerta a paso acelerado - Y, si me disculpas, debo volver a mi casa. Mañana tengo una cita con ella.

- Como digas... - Su voz sonaba lenta y su expresión mostraba asombro - Cuidado con el... - El portazo que Jimin pegó al irse lo hizo sobresaltarse - ...sol...

Apenas la puerta se cerró, el estudiante salió corriendo en dirección a su casa. Habían pasado tantas cosas y estaba demasiado asustado. Había sido una noche horrenda y solo pensaba en que no volvería nunca más a esa zona de la ciudad y sobretodo a altas horas de la noche.

"Hablando de noche, ¿qué hora es?" Se preguntó, más aliviado al ver su hogar a la distancia. Palmeó sus bolsillos pero no sintió nada en el interior de ellos "¿Y mi celular?... Oh, mierda".

Cubrió su rostro gruñendo de la frustración. A pesar de que era algo peligroso no podía dejar su teléfono, si su madre supiera que lo perdió definitivamente lo mataría. Pero antes debía volver a su casa y dormir antes de caer desmayado por el sueño. Al siguiente día iría a buscarlo.

Mientras tanto Hoseok jugaba desinteresadamente con el teléfono, mirando a un punto a la distancia, pensando en todo lo que había ocurrido. Aunque estaba inocentemente convencido de que Jimin era un verdadero vampiro, su relación con su novia definitivamente lo confundía.

Porque, a pesar de que fue rechazado por el hermoso universitario, eso no era tan sorprendente como saber que un vampiro estaba enamorado de una humana porque las mujeres vampiro no existían y eso lo hacía sospechar de que algo raro ocurría.

- No, los vampiros no pueden confiarse de los humanos. Lo más probable es que ella solo esté pensando en matarlo y escapar. No puedo dejar que eso pase.

El celular se encendió automáticamente mostrando el fondo de pantalla donde aparecía Jimin junto a una chica más baja, sonriendo a la cámara muy pegados. A pesar de que quería investigar y seguir analizando la situación, la hora le preocupaba aun más.

- No puedo creer que sean las seis de la mañana - Corrió a cerrar las cortinas para después ir a su cama - Definitivamente eres un vampiro muy extraño, Park Jimin.


R.A.WDonde viven las historias. Descúbrelo ahora