Capitulo ocho

15 1 0
                                    

– Joder – Jimin dijo para si mismo mientras descargaba su ira golpeando una piedra que saltó varios metros lejos. Llevó sus manos a sus ojos para cubrirlos y se quedó de esa manera por un corto instante hasta que el tono dulce de su celular sonó y debió bajar una mano para ver quien había emitido la llamada, sintiéndose repentinamente más desesperado pero, aun así, contestando – ¿Hoseok?

En el momento que el nombre sonó la mente de Taehyung pareció hacer un click. ¿Acaso Jimin estaba tan mal a causa de alguien más de quien nunca le había hablado? Si bien no le prestó demasiada atención al estar inmerso en sus pensamientos, lo siguió desde lejos en su caminata lenta e insegura como si en cualquier momento estuviera por voltearse y dar marcha atrás, tan temeroso por algo que no podía comprender y eso le frustraba porque creía que era su mejor amigo y ¿qué había pasado para que eso cambiara? Ninguna idea aparecía en su cabeza.

– ¡Jimin! – Taehyung se detuvo apenas escuchó esa voz, concluyendo que ese era el tal "Hoseok" quien inmediatamente abrazó al rubio con fuerza, como si temiera que escapara pero este tan solo se dejaba hacer como peso muerto – Lo siento, realmente lo hago.

– Por favor – Su tono se había hecho aun más duro que antes – No hablemos de eso y solo caminemos.

El más alto se separó, mirándolo con resignación y algo de decepción – Oh, claro. Vamos a comer algo.

[ POV Taehyung ]

Las preguntas en mi cabeza cada vez eran más. ¿Quién era él? ¿Qué era de Jimin? ¿Por qué, si a Jimin no parece agradarle, sigue ahí? ¿Por qué, si se siente herido por Jimin, no ha dicho nada? Todo era tan extraño y yo no me iba a ir hasta saberlo todo.

Agradecí llevar lentes oscuros y ropa de cambio porque pude sentarme bastante cerca de su mesa y Jimin no me notó. Ellos pidieron unos cafés mientras que yo pedí un chocolate y, ya que estaban en silencio, me dediqué a ver al extraño hombre.

¿En dónde veías a alguien con piel más blanca que la de Yoongi y ojos de un rojo profundo que llevara un paraguas negro cuando estaba casi despejado? Definitivamente su compañía era un gótico o un otaku, cualquiera de los dos. Con razón Jimin llevaba puesto unos lentes oscuros, seguramente le avergonzaría su compañía.

Apenas llegaron sus tazas inició la conversación. La atmósfera definitivamente no se había hecho más pesada y era obvio por las respuestas cortantes de Jimin. "¿Por qué no te vas, niño idiota?" pensaba decirle pero tenía que seguir siendo invisible para conseguir respuestas que, aun habiendo estado veinte minutos ahí, no recibí. Solo presencié una discusión que no comprendí y Jimin se fue sin ser detenido. 

Desde esa vez en la que lo seguí hasta que entró a su casa, no lo volví a ver. Dejó de ir a la universidad, dejó de contestar mis llamadas y mensajes –Porque, mientras a mí me ignoraba, a los demás hacía como si no existieran– y se volvió invisible incluso para su madre que solo veía llorar porque no salía de su cuarto.

A pesar de todo esto dejé transcurrir dos semanas y no me rendí aunque me ignorara cada vez que tocaba su puerta, a pesar de que me gritó muchas veces que me fuera hasta que tenía que hacerlo para que no se alterara de más. Habían sido dos semanas terribles en las que los almuerzos en la universidad se hicieron silenciosos, las conversaciones lentas y un tema de conversación se hizo recurrente. Siempre era Jimin y era frustrante porque sentía que nada podía hacer por él.

A pesar de que iba contra mis principios, me mantuve en el límite que mi mejor amigo me puso y esperé pacientemente una muestra de confianza que nunca llegó. Lo esperé, lo esperé de la manera que él mismo me pidió hasta que llegó el día en que todo se derrumbó. Ese día la madre de Jimin me llamó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 30, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

R.A.WDonde viven las historias. Descúbrelo ahora