Más pumas

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Entonces ayer también te vigilaron, neee, deben de ser paranoias tuyas -dijo Daniel, con un tono de burla

De hecho... -comenzó a hablar Fernando - ayer  yo también tuve una sensación parecida, pero sólo fue un pequeño momento, no fue mucho.

Verdad que se siente bien culero -dije

Tal vez serán niños que quieren jugarles alguna broma, aventarles un huevo o algo - comento Daniel

Si tal vez, bueno hay que seguir entrenando -comenté

Siguieron un buen rato entrenando, yo mejoraba el uso de mis hebras de agua, Daniel solo jugaba con su fénix, y Fernando, el solo se sentaba y se relajaba, debido a su poder no podía hacer nada grande ya que llamaría la atención. Seguían entrenando, sin preocupaciones, hasta que escucharon algo,  un crujido, algo o alguien estaba cercas.

¿Escucharon eso? -pregunté

Si, si lo oímos ¿que habrá sido? -preguntó Fernando

-No se pero hay que investigar-

Buscamos a los alrededores y cual no sería nuestra sorpresa ver dos pumas comiendo lo que parecía ser carne molida con uno poco de especias, un cebo vaya.
Al momento en que nos vieron se abalanzaron sobre nosotros, pero Fernando reaccionó rápido y los paralizó lanzandoles una pequeña cantidad de energía dejándolos en el suelo, después yo los deje colgando en una especie de trampa tipo red.

¿Quien habrá puesto esto aquí? -Preguntó Fernando

Seguro fue su alimento que cazaron -comentó Daniel

!Simon!, viejo pendejo, la carne esta molida, además de que tiene algún tipo de especia o algo que atrajo a los pumas a nuestra ubicación -le contesté

No se pero alguien sabe que nosotros estamos aquí -dijo Fernando

Y si mejor nos vamos y nos juntamos después cuando se calmen un poco las aguas-dijo Daniel

Si yo opino lo mismo, suelta a los pumas y vámonos -indicó Fernando

Si esta bien, vámonos -dije mientras volteaba al lugar donde deberían de estar los pumas

Para nuestra sorpresa la red seguía colgada, sin ningún agujero, pero los pumas no estaban, sólo quedó de nuevo un pequeño resplandor, al igual que la vez que me escondí en el callejón

Woow! Que pedo, ¡desaparecieron los hijos de su puma madre! -exclamé

Se escuchó una risa de fondo, una risa femenina, alguien estaba ahí y había escuchado la pendejada que había dicho.

¿¡quien anda ahí!? -gritamos

Buscamos, lo que nosotros pensamos sería un pequeño momento, que en realidad fue más de una hora, junto con la ayuda de nuestras mascotas, pero nada, nadie estaba cerca.
Decidimos dejar de buscar e irnos cada quien a nuestras casas.

Después de que cada quien tomó el camino a su casa, yo seguí el camino a mi casa, pero por una ruta distinta a la que siempre seguía. Todo iba bien no pasaba nada esta vez nada me vigilaba, ni sentía una mirada en mi.

A unas cuadras de mi casa una persona, una mujer, vestía lo mismo que yo, una sudadera, un pantalón de mezclilla, y unos converse, todo color negro, además que de la capucha salía un mechón de cabello del largo de su cara. Desde el momento que me vio hizo una pequeña sonrisa y cuando estuvo a mi lado me murmuró: -buen trabajo con los pumas-

La rebelionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora