Conociendo el pasado

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Sintió escalofríos por todo el cuerpo, estaba seguro que lo había tirado.

–Ya te diste cuenta que tus opciones son limitadas –Le dijo una voz conocida en su cabeza, una voz que cambiaba de tono. No podía moverse, no lo podía creer. Se desvaneció y cayó al piso. Despertó sentado en su sala de estar; tenía un periódico en la mano, estaba cerrado y en primera plana aparecía "¡Caníbal sube receta a internet, policía inicia su búsqueda!" No lo leyó y lo dejó sobre un sillón.

–Veo que ya despertaste. –Norman estaba sentado en su comedor; leyendo un periódico igual al que él había dejado de lado.

–¿Qué haces aquí? –Dijo Damián

–Unos ajustes en tu realidad son necesarios para llevar a cabo tu tarea, vamos, te acompaño. –El viejo respondió, al momento que chasqueaba sus dedos.

Las paredes comenzaron a verse de una manera extraña para él, parecían ser distorsiones típicas de una película de cinta antigua. Su visión le comenzó a fallar; cuando su vista retornó todo en su casa tenía aquella extraña textura sepia, pero ya no eran sus cosas las que estaban ahí; había muebles con diseños muy antiguos y fotos de personas que no conocía.

–Te traje al pasado. No podemos interactuar demasiado porque si no podríamos desviar el tiempo. –Dijo Anderson

–¿Qué rayos eres?

–Tan sólo un mortal privilegiado –Su voz ya no le parecía que cambiaba de tono, incluso le comenzaba a parecer agradable. –Iremos primero por la del este, sígueme –Norman salió de la casa, todo tenía la textura idéntica a la de la casa. En efecto, los automóviles que ahora circulaban por las calles eran muy antiguos. La calle que marcaba en la lista era "Río Durazno #82" conocía la calle a la perfección, la había frecuentado cuando iba a visitar a una ex novia de hacía ya mucho tiempo, pero la numeración sólo llegaba hasta la casa numero setenta. Fueron caminando hacia esa dirección.

–Damián, mires lo que mires, son sólo recuerdos, las personas aquí no pueden vernos, si ves algo que no tenga la textura de todo lo demás, empieza a correr, hay personas que nos quieren ver fallar.

–¿Pero qué importancia tienen estas runas?

–Con ellas podemos viajar a cualquier época pero de una forma definitiva, podríamos interactuar con todos y todo.

–¿Eres del gobierno?

–No, trabajo para un hombre, su nombre es clasificado. Créeme que él las ocupa más que el gobierno

–¿Por qué yo debo ayudarte? Sigo sin entender ¿por qué yo? Si hay tantas personas en el mundo me tuve que ver involucrado contigo.

–Él te eligió, yo sólo cumplo con lo que me pide, pero la tarjeta que te entregué es porque no quiero ver más gente inocente involucrada en esto. No dejaré que alguien te dañe, porque para mí eres inocente.

Damián no supo con qué contestar, se limitó a callar hasta que llegaron a la calle indicada, en efecto la numeración por alguna razón se había extendido; la casa que se indicaba era grande y en la actualidad ya no existía o se había convertido en parte de alguna otra construcción. Entraron.

–Las personas que habitan aquí no notan siquiera que la puerta se abrió, para ellos siempre estuvo cerrada. –Dijo Norman a la vez que subían las escaleras–. Comenzaremos por el segundo piso, lo que buscamos es un símbolo grabado en una piedra, la piedra no tiene un color definido, éste puede variar. Tú ve por aquella habitación yo buscaré en esta.

–Está bien, si encuentro algo te llamaré de inmediato.

Damián entró al lugar que se le había asignado. Parecía pertenecer a un joven o niño, o al menos eso creyó por el carácter de las pertenencias. Buscó con hastío, sin resultados. En el pasillo que había justo afuera de la puerta notó que había una compuerta que conducía a un ático. Subió, al parecer el dueño o uno de los integrantes de la familia era coleccionista de rocas; había exhibidores con toda clase de ellas, además de éstas había también minerales pero fue sencillo dar con la runa que buscaba, la tenían en su propia vitrina. Estaba pintada de manera hermosa sobre una roca escarlata; tenía una forma similar a una letra "S" no conocía la historia completa acerca de ésta pero tiene un origen nórdico y significa viaje.

–¡Señor Anderson! –Gritó, no obtuvo respuesta. Bajó y se paseó por el corredor. Lo llamó severas veces pero no hubo contestación. Miró por una ventana y había una anciana sentada en una mecedora, se encontraba en el patio trasero de la casa a espaldas de la cual se encontraba la runa. Ella le mostró una sonrisa, la cual él por reflejo contestó y que lentamente se borró, no debía ser capaz de verlo, un disparo le hirió el hombro, rompiendo el vidrio al instante, la sangre le brotó de inmediato, de un color tan rojo como la portadora de la runa. Un hombre subía las escaleras, no tenía la textura que debía; los colores en su ropa eran los correctos. Sacó una pistola de su funda y le apuntó. Se sentía atrapado, no podía moverse con facilidad a causa del dolor de la herida. Norman no se veía por ningún lado.

–Por favor, yo no tuve opción al venir aquí –dijo en un intento desesperado por conservar su vida.

El extraño no contestó, pero sí se acercó hasta que sentía sus respiraciones reunirse. Damián sacó la runa de su pantalón con un movimiento lento, tratando de que su perseguidor no notara lo que se proponía. Lo logró y golpeó con toda la fuerza que pudo la cabeza de sujeto.

Un disparo sonó, la sangre sobre el piso se hizo presente...

Las Runas Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora