Caótico.

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-Tengo frío.

 El inicio del invierno se suma a la frialdad del sótano, con las cadenas de fantasmas glaseadas atadas alrededor de las muñecas, los tobillos y el cuello. Sus labios se pusieron pálidos, la piel se volvió blanca y la carne atada por el metal se volvió azul.

 Porque lo recordó. 

 El calor. 

Su mejilla se encontraba presionada contra el piso. Mirando al otro lado de la habitación, lo que miraba hacia atrás a través de la oscuridad eran ganchos y cuchillos afilados. Cuerpos adornados para decaer lentamente.

 Pero estaba agradecido de que Yoongi no le cortara la mano. 

 Se vendó grueso para cubrir las cicatrices de las operaciones que realizó para quitar el maldito microchip. Por mucho que sea un prodigio, no pudo tener éxito. 

 29 operaciones continuas. 2 días de una maldición. Todo para satisfacer su sadismo, lo mantuvo despierto todo el tiempo, a pesar de que le inyectaron Procaína, bloqueo de hematoma y anestesia, estaba consciente cuando cortó su piel. 

 Todas y cada una de las onzas de su cuerpo están mortificadas en agonía, de adentro hacia afuera. Porque solo es un humano que puede romper, llorar y gritar cuando tiene dolor. Pero al llegar al punto en que no le molestaron los cadáveres que dormían en la misma habitación, lo asusta lo mucho más muerto que se siente.

 Zumbando una suave canción de cuna, trazó círculos en el suelo con dedos débiles.

 Solo quería el bien para Yoongi, y esa alma solitaria que pensaba que buscaba una ayuda momentánea. Pero Jungkook jugó con su confianza y lo arrojó a la guarida del diablo.

 La amabilidad se ha convertido en una herramienta, y Yoongi dijo que lo traiciono. Si lo hizo. Al tratar de dejar que se aleje de quién es en realidad para alguien que pensaba que era.

 Porque él amo al Yoongi del pasado. 

 Los dos estaban destinados a la tragedia. Un pecado de luto. 

 El aislamiento lo está volviendo loco, no, hablar con su mente lo hace. Manteniendo conversaciones mezquinas, reviviendo la no tan maravillosa vida que tuvo. Comparando el pasado con el presente, chocándolos con lo que contendría el futuro. Las muertes que vio, el dolor que sintio, la empatía de los seres queridos, el calor. Amado último aliento. 

"No solo el pasado influye en el futuro, el futuro también influye sobre el pasado."

Taehyung sonrió. 

 Lentamente la puerta se abrió y la luz entró, una silueta fue todo lo que vio.  

A Yoongi le resultó difícil contemplar su estado lamentable. Se agitó en el suelo como un animal Golpeado. Dio un paso adelante y miró a sus ojos vacíos. Observando cómo Taehyung se sentó obedientemente y se apoyo en la pared.

 Él le dio unas palmaditas suaves en la cabeza y un tinte de su músculo se contrajo en el reflejo.

 Abrió las cadenas una por una. Y cada vez que sus dedos rozan su piel, podía sentir hielo.

 -Había que hacerlo. Ahora, Taehyung, solo sé que eres mío. Te amo tanto, mucho.- habló mientras su pecho se movía hacia arriba y hacia abajo a un ritmo lento.