˗ˏˋ d r a b b l e s ˎˊ˗ JINNAM

n u e v e.

—¿NamJoon?, ¿dónde estás, amor?— sonrió levemente el mayor.

Al no recibir respuesta comenzó a buscar por todo el departamento.

Nada.

Silencio era lo único que había.

SeokJin pensó en que el moreno le estaba jugando una broma saliendo de su hogar un rato para después llegar y tal vez pegarle un buen susto.

—¿Amoor?~— sonrió ladino suponiendo que su "esposo" ya hubiese llegado. Y, según él, escuchando la puerta ser cerrada.

¡Bajó corriendo las escaleras y...!

Nada.

Silencio era lo que reinaba en ese momento.

Y en ese momento la realidad lo golpeó cruelmente.

NamJoon ya no estaba a su lado... Desde hace diez meses...

Pero aún seguía ahí su hermosa voz llamándolo.

Sus hoyuelos cuando le sonreía al despertar.

Sus largas manos cuando acariciaban el rostro del mayor.

Sus labios tan suaves cuando lo besaba.

Su dulce voz cuando lo escuchaba tratar de cantar.

Su risa al oír que su voz desafinada no quedaba con la canción.

Y...

Sus lágrimas.

Sus lágrimas de cuando se enteró que él y SeokJin serían padres.

La felicidad era lo único que se notaba en su rostro.

Sus risitas que soltaba cuando Jin comenzaba a hablar con él o la bebé que vendría o cuando acariciaba su vientre.

Y el otro mar de lágrimas que había derramado al enterarse de que SeokJin le había sido infiel.

En una noche de fiesta todo pasó.

NamJoon había estado muy preocupado al no saber nada de Jin, por lo que él mismo quiso ir a buscarlo. Era muy riesgoso salir a altas horas de la noche, pero estaba realmente preocupado.

Tal vez algo le había pasado y el no sabía nada de eso.

Recordó la dirección o al menos la casa que le había dicho SeokJin que sería la fiesta, una "pequeña" fiesta.

Llegó y lo primero que hizo fue tocar aunque fue en vano ya que estaba abierta, el lugar estaba repleto de gente por lo que comenzó a buscar lo más rápido que le fuera posible.

Preguntó por SeokJin y le dijeron que había subido a las habitaciones.

Y grata fue su sorpresa al encontrarlo en una de estas embistiendo a un chico de cabellos castaños.

Se quedó ahí parado un rato por el shock de la situación y Jin al notarlo parado en la puerta se trató de separar del chico aunque tarde fue, habían llegado ambos al orgasmo.

NamJoon no dijo más y salió de aquella casa directo a la suya.

Haría algo, no quería discutir con SeokJin a altas horas de la noche pero tampoco se quedaría de btazos ceuzados.

Decidido tomó sus maletas y las llenó con todas sus prendas de vestir, claro que no llevaría nada de SeokJin, dejaría todos los cuadros, accesorios y ropa que le pertenecían a él, no quería saber nada más.

Tomó todas sus cosas y dejó una nota en la mesa de centro que tenían.

Tomó la perilla de la puerta dispuesto a salir pero SeokJin lo detuvo estando en la puerta.

—Yo... Nam, yo puedo explicarlo— titubeó sintiéndose ansioso por abrazar al pequeño cuerpo de su esposo tratndo de relajarse le sonrió.

—Jin, si ya no querías estar conmigo me lo hubieras dicho, lo hubiera entendido... No hacía falta que me hicieras esto...— sonrió sin fuerzas y se soltó del agarre del mayor.

—Namjoon no piensas dejarme, ¿no?, Estás esperando un hijo mío, no te puedes ir así— rió con nerviosismo y cierto enojo ante la repentina decisión de Namjoon.

—Claro que puedo hacerlo SeokJin, al verte en tal situación no creo que te preocupe nuestro hijo y el ambiente en el que crecerá, ¡Puede que ese chico quede preñado por tu maldita culpa ¡¿y todavía crees que me quedaré?!... Adiós, por favor no me vuelvas a buscar— sin más tomó más fuerte sus maletas tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir.

Y ahí estaba SeokJin, pensando en cómo detenerlo y hacer que vuelva, pero le ha sido infiel.

Infiel a su esposo, infiel a su rayito de sol, a su todo.

Un jodido egoísta.

Se acercó hasta el sofá que estaba en su lugar de estar y tomó asiento suspirando con frustración.

Vió la nota y con desánimo la tomó entre sus manos.

"¡Amor!, La primera ecografía de nuestro bebé, es pequeñísimo. Ya quisiera tenerlo entre nuestros brazos y mimarlo hasta el cansancio. Es el fruto de nuestro amor, ¿cierto?, no tienes ni la menor idea de cuánto te amo.

Y con eso jamás volvió a saber algo de Namjoon y su hijo o hija.

Ahí estaba SeokJin llorando y odiándose con toda el alma.