La Mujer de Sombrero Azul

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Capitulo II

La Mujer de Sombrero Azul

-¿Alguna vez soñaste con matar a alguien?- me pregunta el hombre gordo de traje negro.

- No ¿por que lo haría?- respondo

-Oh vamos, todos lo hacen -comienza el hombre alto de gabardina beige- en algún momento de nuestras vidas, todos pensamos, o fantaseamos con la muerte de alguien, el ventilador del techo del salón de clases, cayendo sobre algún profesor molesto o los bullys del curso un accidente en la cocina de la vecina que pone música alta, empujar al tráfico concurrido unas cuantas personas que caminan lento por la acera interrumpiendo el paso-

- Esas son las peores-dejo escapar una sonrisa, relajo mis hombros un segundo antes de que se me vuelvan a tensar cuando mi manía de acomodarme el cabello regresa e inconscientemente trato de llevar mi mano a mi cabeza , pero siento el metal frio de las esposas de nuevo, intento halar tratando de al menos separar las esposas de la mesa, pero me doy por vencido cuando mis muñecas arden rojas

-Tranquilo chico- dice la voz de una mujer detras mio, intento verla pero esta oculta entre la sombra en la esquina de la habitación, lo unico que veo es el vapor del cigarro que esta fumando, no veo el cigarro, pero el olor a tabaco inunda todo el espacio

- Claro, esto es como un spa, siempre quise ir de vacaciones a un cuarto interrogatorio- digo con sarcasmo y me recuesto en la silla hasta que la longitud de mis brazos lo permite, cierro los ojos y sonrío- aunque si te parece muy tranquilizadora mi situación podemos cambiar de lugares.

Escucho sus pasos acercándose, el sonido de los tacones se detiene para convertirse en ruido que hace una silla al arrastrarse, lo siguiente que se es que tengo un dedo frio en mi quijada que hace una caricia y me invita a bajar mi cabeza y abandonar  la posición  de relajación fingida que he mantenido hasta ahora.

Cuando abro mis ojos tengo sentada frente mi a una mujer con sombrero azul de ala ancha, tan ancha que cubre su rostro y solo deja ver sus gruesos labios pintados de azul - ¿Ni en este momento te has imaginado la muerte de tus captores y una heroica escapatoria?- se levanta y puedo ver un escotado vestido azul ceñido a su figura, paso saliva con dificultad y ella camina hasta que esta a mi espalda, sientosu respiración en mi oido - Espero verte pronto niño- dice, escucho sus pasos alejarse y el ruido como timbre, que indica que la puerta puede abrirse

-Eh...pe...pe...pero si tengo diesci...nueve-digo y luego la puerta se cierra, veo como el hombre gordo y bajo de traje negro y el hombre alto y delgado de gabardina beige se ríen a carcajadas, ahora solo estamos los tres, encerrados dentro de estas cuatro paredes de concreto, aunque claro, ellos dos pueden salir cuando quieran, yo soy el único esposado a la mesa metalica, ademas de la mesa hay 3 sillas de madera, una la ocupo yo y las otras dos vacías, una lampara de una luz tan tenue que solo alumbra el centro de la habitación y deja los rincones totalmente ensombrecidos, cuelga del techo tan bajo que creo que si mi silla estuviera treinta centímetros mas adelante podria tocarla con mi cabeza, aun estando sentado.

¿Por que razón una persona mata a otra? - pregunta el hombre alto y delgado y se sienta en la silla en la que estaba la mujer de vestido azul y sombrero de ala ancha

-Por amor, ira, odio, pasión- respondo con desdén mientras miro una mancha en el techo

-Venganza- dice el hombre bajo y gordo de traje negro con una amplia sonrisa, se sienta en el asiento restante pone los codos sobre la mesa, entrelaza sus manos y pone su quijada sobre ellas, aun con la sonrisa en el rostro, pero no me mira a mí, observa la puerta con notoria ansiedad

-Emociones en general, cualquiera de ellas- me encojo de hombros

-No podría estar más de acuerdo- suelta con cierta nostalgia el hombre alto y delgado de gabardina beige con la mirada perdida en alguna de las paredes

- ¿Alguna otra pregunta? - miro a las esposas que rodean mis manos

- Oh si, una más- dice el hombre gordo y bajo de traje negro- ¿Estás listo? – su mirada sigue fija en la puerta y su sonrisa se expande

- ¿Para...-

No termino de formular mi pregunta y soy interrumpido por el ruido que parece timbre y que indica que el bloqueo de la puerta fue desactivado seguido por el sonido de la puerta abriéndose y unos pasos pesados acercándose, giro mi cabeza solo para ver a dos enormes siluetas bajo el marco de la puerta, antes de que todo se convierta en oscuridad...    




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