La Dama de Rojo

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Capítulo I

La Dama de Rojo


¿Sería grosero decir que no recuerdo a quien enterramos aquel día? Porque si soy sincero, no se su nombre, podría decir que era un amigo de mi hermano, pero no tengo la certeza de ello, y no quiero mentir, así que creo que lo correcto será evitar las especulaciones. Nevaba, ya había ocurrido varios días en aquella semana puesto que se formaba una alfombra blanca sobre aquel cementerio, sería incapaz de caer en la palabra desolado para embellecer mis memorias, porque no hay palabra más alejada de la verdad. En aquel solemne sitio se encontraban al menos treinta personas, vestidos como es debido en un funeral, se es bien conocido que el color para la ocasión es el negro y claro, todos íbamos de negro, todos menos ella.

Como ya dije, nevaba, el paisaje era blanco, todos estábamos de negro, cada quien tenía un paraguas, y allí, deslumbrado a los presentes, el Escarlata se hizo presente, la dama de rojo, inevitablemente llamó mi atención, y me fue imposible el no acercarme
-¿Por qué rojo?- pregunté, no saludé, no me presenté sólo pregunté cómo niño imprudente
-¿Por qué negro?- respondió
- Pues...¡ es lo normal!- sorprendido por aquella extraña pregunta
- ¿Y por qué es normal?-
- No sé, sólo es normal, mira a tu alrededor, todos van de negro- dije como si aquella mujer estuviera demente
- Es normal saludar y presentarse antes de hablar con un desconocido, y tú no lo has hecho-
-Lo siento- dije avergonzado- mi nombre es...- me silenció con su dedo en mis labios.
- ¿por qué te disculpas? ¿Está mal no hacer lo normal?-
-Fue descortés, y no lo sé, creo que no- respondí confundido- y como decía me llamo...- otra vez su dedo, reconozco que me irritó aquella acción
- No lo digas, te haría menos interesante y me caes bien, no quiero que se pierda eso, no eres normal y me gusta- volteó y camino hasta que ya no la pude ver, no sin antes decir- no te preocupes, nos volveremos a ver.

***

-Entonces...hoy es el día ¿no? - pregunté con desaliento

- No te desanimes, sólo piensa en la estupenda historia que comenzará - responde Sam, mientras se retira sus preciados googles tipo Steampunk1 que recogió aquella vez que fuimos a la época victoriana.

- ¡en un funeral! -suspiro-

-Ya sabes cómo funciona esto de los viajes en el tiempo, no te quejes

-Solo es injusto ¿sabes?, él no me va tener idea de quién soy, y de lo que hemos vivido

- Vivirán, Amelia, vivirán... o bueno por lo menos desde su perspectiva, sólo piensa en ello- llaman a la puerta-... Hablando del rey de Roma, ¡Voy! - grita Sam mientras se dirige hacia la rústica puerta de madera, que desgarra el ambiente con su molesto sonido al abrirse

- Hola vaquero - le digo a la silueta que atraviesa el umbral, y que se aclara hasta revelar a mi compañero de vida, de viajes y de aventuras

- ¿Que ruedo vendrá para estos forajidos el día de hoy? - dice mientras sostiene la hebilla

de su cinturón mientras intenta fallidamente imitar el acento texano.

-No lo creo, ¿aun usando sombrero?

-sin sombrero no hay vaquero- dice Sam que de nuevo tiene sus Steampunk y se dirige al taller

- ¡NO LO ALIENTES! - grite mientras la puerta se cerraba a sus espaldas

-Sabes que tiene razón Amy- me dice mientras sonríe satisfecho por su victoria

- Y tú sabes que no puedes usar como excusa una frase de Toy Story

- Cuando la frase es sabia no importa su procedencia

- ¿Quién dice?

- ¡Ja! Pues nada más y nada menos que el hombre más inteligente que ha pisado este planeta

-no recuerdo a Einstein decir eso, y fuimos bastante cercanos en su momento

-oops se me olvidó mencionar guapo, el hombre más inteligente y guapo que ha pisado este planeta

- ¿Quién tú? -

-Correcto, una frase recién salida del horno

- ¿sabes que tengo yo? -me mira incrédulo, aunque sabe lo que diré- un arma, y si no te quitas el sombrero lo tiro yo

-Aguafiestas- refunfuña a la vez que se quita el sombrero- ¿Qué tienes para mi hoy pulga?

-En realidad hoy tenemos descanso, parece que todo está quieto por ahora, ¿Por qué no vas a seguir escribiendo en el diario que estás haciendo?

-Que no es un diario Amelia, es una bitácora, mis memorias, nuestras memorias- está enojado, lo sé porque solo me llama Amelia cuando lo está y no estoy de ánimo para discutir por una broma que hice

-Tienes razón, lo siento- me dirijo hacia la puerta y antes de irme le digo-Te amo, lo sabes ¿no?

-Y yo a ti Amy-responde aquel hombre de nobleza extraordinaria solo igualada por su cascaron de extrema arrogancia que opaca la grandeza de su inteligencia

En mi habitación busco alguna toalla, no sé si aún tenga, no uso una desde nuestro viaje a Casiopea II, de donde trajimos las capsulas de lavado rápido, pero hoy no estoy con ganas de eso, quiero tomarme mi tiempo, necesito pensar, nada mejor para eso que una ducha a la antigua, encuentro una foto de hace unos meses cuando fuimos a Venecia en el 83, la felicidad de Cameron aquel día, un amante de cine hasta los tuétanos apunto de conocer a su ídolo, la lagrima que cae sobre la foto me sorprende, me despierta de mi trance nostálgico y continuo mi búsqueda, allí esta, tengo que buscar algo para subir a lo más alto del estante es lo más cercano que encuentro, un banco de madera pequeño de color azul, logro bajar la toalla blanca – funcionará- digo viendo un pequeño orificio casi en la esquina del tela.

Después de varios intentos abriendo y cerrando la regadera, esperando que salga agua caliente - ¡Sam! - grito mientras trato de cubrir mi desnudez con la toalla, pasan nada más segundos hasta que escucho a alguien llamar a la puerta

–Amy ¿estás bien? - cuando logro ajustar la toalla abro la puerta, aun agitada y con un soldador en la mano esta Sam

-Lo siento, no quería asustarte, quería saber si podías echarle un ojo al calentador, llevo media hora esperando por agua caliente- me mira confundida

- ¿le pasa algo a la C.L.R? - pregunta por la capsula de lavado rápido

–En realidad no, solo quiero hacerlo a la antigua ¿puedes revisarlo? -

-Claro, solo dame un segundo y saldrá vapor en vez de agua

-Gracias Sam-

La Sociedad de Terrestres AtemporalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora