Un Extraño Funeral

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Capítulo V

Un Extraño Funeral

Perdí de vista a mi hermano después de que la familia terminara de dar sus palabras, no conozco a nadie entre los presentes, la ceremonia acabo hace unos minutos y tampoco veo a la dama de rojo desde aquella extraña conversación

- Disculpe joven, ¿relleno su copa? – ofrece el bar tender, y ya con todo lo

que había pasado hasta ahora no se me hizo nada extraño cuando me dijeron que habría barra libre, es más lo agradecí, necesitaba un trago que me ayudara a sobrepasar este día.

-Creo ya he bebido demasiado – por un momento creí ver a un hombre recogiendo su mano y colocarla en el brazo, seguramente solo se le ha caído el guante – Muy bien Cameron, ya debes irte, busca a tu hermano y a casa – pienso y me pongo en acción inmediatamente, acomodo mi corbata – Venga, no seas paranoico – me aliento en voz baja, al sentir todas las miradas de las presentes puestas en mí – solo es el alcohol, no entres en pánico – ignoro mis palabras y acelero el paso, a lo lejos logro ver el inconfundible vestido escarlata, allí esta ella, se ve aterrada, mirando entre la multitud a un punto fijo, que no logro ver que es hasta que esta frente a ella

- Mierda... Tiene un arma – grito como maniático – ¿Qué no me oyen imbéciles? ¡Ese hombre le está apuntando! – nadie se inmuta, todos siguen teniendo conversaciones casuales entre sí, riendo y ... - ¿Bebiendo copas vacías? - Ese pensamiento no tiene tiempo de formarse porque se ve interrumpido por el sonido de un disparo, parezco ser el único en notarlo, esto ya es demasiado extraño y sé que tengo que salir de aquí, - ¿Dónde estas John? – voy abriendo paso entre la gente llamando a mi hermano

- John tenemos que salir de aquí – digo apresurado, pero él no se mueve un milímetro – No estoy bromeando hermano, acaban de matar a alguien frente a mí, larguémonos de aquí antes de que pase otra cosa – John me toma la muñeca y de manera inexpresiva me dice – No Cameron debemos quedarnos, debemos evolucionar – intento soltar su agarre, pero me es imposible – ¡Deja de joder, tenemos que irnos ahora! - grito desesperado

- creo sino me equivoco Cameron, que tu hermano ha dicho que no quiere irse, y así tú lo quieras tampoco te iras – veo como se acerca el hombre que apretó el gatillo hace unos instantes, está vestido totalmente de blanco hasta su sombrero, parece cojear sobre un bastón, esto explica porque no le he visto antes, su vestimenta se camufla a la perfección con la nieve – no trates de huir, será más doloroso si lo haces, para ti claro – está aún lejos y no alcanzó a distinguir su rostro, sin embargo escucho su voz a centímetros de mí, volteo para encontrar a uno de los asistentes al funeral con la boca abierta de forma antinatural, y lo que parece una especie de altavoz salir de ella – estas rodeado, hazlo más fácil para todos – suena a través de la bocina pero estoy seguro de que la voz es la del hombre del sombrero blanco, volteo para correr me importa una mierda si viene John o no, halo con todas mis fuerzas y su mano se desprende del brazo para dejar a la vista un sistema complejo de cableado - ¿Pero que carajos? – todos los asistentes giran su cabeza hacia mí, algunos rotan su cabeza hasta doscientos setenta grados.

- ¿Te vas a quedar mirando el espectáculo o podemos a empezar a correr? – alguien me toma la muñeca y tira de ella, no lo pienso mucho y corro guiado por quien sea que me esté tirando, puedo ver la figura de una chica y su cabello castaño ondeando al correr, luego de lo que parecen kilómetros, me giro para ver si algo nos persigue, dos Toyota fj cruiser blancas aparecen en el horizonte

- ¡Mierda! No lo vamos a lograr – le digo a la chica quien todavía tira de muñeca, parece ignorarme y sigue corriendo - ¿Sabes si quiera a donde vamos? – parece que esta vez sí me escucho porque da un giro brusco para entrar en un callejón, hay una pared en el fondo, si nos vieron entrar aquí estamos atrapados, ella entra en una destartalada cabina telefónica londinense y se gira

- Soy Amy, y necesito que por lo que más quieres entres ahí, yo te sigo – dice agita mirando al suelo y con las manos en las rodillas en posición de descanso - ¿Qué esperas? ¡Adentro! – levanta la cara y me empuja con ella dentro de la cabina

- Tú, no puede ser, teacabo de ver morir – no lleva su vestido rojo, está más que claro que es lachica del funeral, pero mucho más joven, es más creo que es menor que yo ahora    

La Sociedad de Terrestres AtemporalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora