Los chicos llegaron a un pasillo con con un elevador. Se miraron entre sí y lo pensaron por unos segundos gracias al miedo, pero a final de cuentas cedieron, ya que era eso o arriesgarse a que lo que los perseguía les alcanzara.
Subieron todos y automáticamente se cerraron las puertas y sin haberlo indicado ya estaba ascendiendo hasta el último piso. Se asustaron al no saber que encontrarían, pero en medio de todo ese terror cayeron en cuenta de algo.
- ¿Y Gloss? - Preguntó Jimin con pánico.
- Lo vi ir por su puerta cuando corría hacia la de Kook - Declaró Jin.
Las puertas se abrieron sin previo aviso. Dando vista a lo que parecía ser un...¿Cuarto vacío?. Lo único presente era una puerta al final, de un aspecto bastante rústico, iluminada por una bombilla la cual se movía, dando la inquietud de que no estaban solos. Todo estaba oscuro a pesar de esa bombilla, pero al momento de cerrarse las puertas del elevador y estar todos en el cuarto, todas las luces se encendieron, dejando ver que las paredes estaban repletas de llaves exactamente iguales, de una estética similar a la de la puerta.
Hoseok fue el primero en acercarse a la puerta, viendo a ver cual llave podría encajar.
- Podemos con esto. - Dijo Jungkook asintiendo, diciéndolo más para sí mismo que para los demás. Fue directo hacia la primera llave que llamó su atención y la mantuvo en sus manos en busca de más. Taehyung por su parte también se dispuso a escoger las que él creía que eran. Jin no se quedo atrás y también empezó a escoger.
Jimin observaba todo, con miedo a accionar y provocar algo con lo que no sabría como lidiar. Vio que en una pared del cuarto había un letrero, estaba desgastado así que era difícil de leer a lo lejos, por lo que se acercó y vio de que se trataba.
Leyó "Para poder escapar, prisa te tienes que dar, porque si te has de tardar, entonces moriras.
El sur es el norte que necesitas para escapar. Cuidado con..."
Su lectura fue interrumpida por el sonido de alarmas que le hacían estremecer y doler los oídos. Miró hacia los demás quienes tenían muecas en sus rostros por la misma razón. Y quienes, para su mala suerte, aún no habían encontrado la llave.
De repente las luces se apagaron y cuando encendieron, eran de color verde. Solo encendían cada vez que sonaba la alarma, que era por un período de 5 segundos. Sabían que algo malo se acercaba así que se dieron prisa, pero ninguna llave tenía efecto.
- ¡Chicos! ¡Aquí hay algo! - Gritó Jimin por encima del irritante sonido señalando el letrero a su lado.
El primero en acercarse fue Taehyung, seguido de Hoseok, Jungkook y Jin.
- El sur es el norte que necesitas para escapar... - Leyó el cartel - ¿Qué se supone que eso significa? - Se quejó Hoseok.
- ¿El norte está...? - Remarcó Jungkook.
- Adelante - respondieron todos al unisono. - o arriba - Completó Jimin.
- Exacto.
- ¿Y el sur está...? - Imitó Taehyung.
- Abajo - Respondieron de nuevo al unísono - O atrás. - Volvió a completar Jimin.
- Bien. Quiere decir que para seguir debemos ir hacia abajo. - Dijo Taehyung.
Éste mismo corrió al ascensor pero este se abrió dejándole ver que no habría opción de que esa fuera la salida. Ya que la máscara se encontraba ahí.
Jungkook al ver que Taehyung corría al ascensor, el corrió en dirección contraria y fue al centro del cuarto donde empezó a buscar. Vio una pequeña cerradura en el piso y se enojó con toda esta situación al darse cuenta de que absolutamente todas las llaves encajaban con esa cerradura. Se volteó emocionado para decirle a sus acompañantes. Pero se quedo mudo al ver que las puertas del asensor de abrían, dejando a la vista lo que había sido su tortura últimamente.
Taehyung al ver esto corrió lejos y fue a donde estaba Jungkook. Jimin y Jin imitaron a Tae, pero Hoseok se había quedado estático y inconsientemente las lágrimas ya rodaban por sus ojos debido al miedo.
Jungkook no se hizo de esperar y abrió la compuerta, la cual daba vista a una escalera de tunel, la cual parecía no tener final. Pero era eso o morir. Empezaron a bajar uno por uno. Con miedo a caer y manos sudadas que les podían hacer una mala jugada.
(...)
Desperté en un sofá, atado de manos pero no de pies. Completamente desnudo y con una gran cicatriz en mi estomago, pero que parecía ser muy antigua. Lo cual me confundió ya que incluso para mi, ya había muerto, pero hace muy poco.
Miré hacia la derecha y vi al imbecil que quise maldecir cuando ¿Morí?
- ¿Qué se sintió morir pequeño Yoongs? - se levantó y acercó a mi.
- ¿No estaba muerto? ¿Cómo volví aquí? ¿Por qué me hiciste esto? ¿Qué es todo esto Namjoon? ¿No que me perdonabas?
- ¿No odias las preguntas? - Preguntó curioso y juguetón - Yo sí. No me hagas matarte de nuevo. Y sí, dije hacerlo, pero tu me fallaste de una manera muy grave, ahora debo hacerte saldar cuentas y así pagarte con la misma moneda. ¿No es lo que siempre dices?. Es gracioso ¿Cierto? Pero tranquilo, tendré piedad contigo y te daré dos opciones.
>> La primera es seas mi asistente y cumplas todo lo que te digo. La segunda es que te atengas a las consecuencias y vivas tu eterna vida llena de desgracias a mi lado, desgracias que me encargaré personalmente de cumplir. Te guarde mucho rencor, por mucho tiempo Yoongi. Podría hacerte sufrir por cada uno de los días que tu lo hiciste conmigo.
Guardo silencio por un momento. Haciendo a Yoongi arder en culpa.
- ¿Recuerdas cuando tu tenías 16 y yo 15? Fuimos a nuestra primera fiesta y decidiste que sería divertido abusar de mi. Nadie me creyó cuando te culpe. Porque tu eras "Yoongi", el chico con problemas, pero artista nato y amable con quien pudiera. Todos tenían una buena imagen de ti, y yo quede como la puta necesitada para todos. Cosa que aprovecharon para hacer lo mismo que tú me hiciste. ¿Nunca te paso por la cabeza por que me mude?
Cada una de sus palabras escupía rencor. Y sus facciones le dejaban claro a Yoongi que ese rencor era grande.
- Creo que es momento de que te enseñe un poco como me sentí yo ¿No? Pero rápido, aun tengo otros asuntos - Le sonrió.
- No, Joonie, por favor, te lo suplico, me arrepiento, te juro que lo hago, por favor - Con las lágrimas acumuladas, Yoongi se revolvía en su asiento, con miedo de saber lo que pasaría y que no podría hacer nada al respecto.