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Despierto cuando alguien me avienta un vaso de agua a la cara, abro mis ojos con mucho trabajo y entonces lo veo; Vladimir me observa con esa sonrisa maliciosa.

Mi primer reflejo al verlo es alejarme de él, pero yo estoy en una esquina del cuarto y no hay hacia dónde ir.

-Tranquila nena, no te haré daño... por ahora - dice cínico cuando ve que intento huirle, yo solo abrazo mis piernas sin contestarle nada, en este momento no quiero verlo o escucharlo, o sentirlo cerca de mi. Me ha quitado lo último que era solo mío: mi virginidad, mi dignidad. Ahora me ha dejado marcada para siempre .

-¿Estás sorda o qué? Por lo menos di buenos días inepta - dice apretando mi mandíbula para que lo vea a los ojos

-Bu-buenos d-dias - digo con la voz quebrada, al ver el miedo que tengo se ríe mientras rueda los ojos.

-Ven aquí, necesito entregarte unas cosas para la cena de hoy - dice y sale de mi habitación, yo me pongo de pie con cuidado envuelta en la cobija, camino al baño para llenar la bañera y poder asearme, pero Vladimir me interrumpe - ¡No estupida! No tengo tu tiempo, dije VEN AQUÍ y debes obedecer, yo tengo mucho que hacer hoy y tú tardas como si fuera tu tiempo el que se desperdicia - me grita mientras me toma del brazo y me arrastra a la sala.

-Ten, es tu atuendo para la cena de hoy - dice y me entrega una bolsa, la abro para ver qué usaré.... ¿Qué es esto? Saco un traje de sirvienta o algo parecido, estoy muy confundida.

 ¿Qué es esto? Saco un traje de sirvienta o algo parecido, estoy muy confundida

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-Pero.... es un uniforme de sirvienta, yo no entie- hablo dubitativa.
-Obviamente sé lo que es, yo lo compre estupida - responde sin dejarme terminar, yo solo asiento y espero callada a que me de las indicaciones - Este socio es muy importante y no puedes arruinarlo. Primero que nada, tu no eres nadie más que la empleada y te llamas Lourdes, no vives aquí ni mucho menos. Segundo, me deberás hablar como "señor" y de usted. Tercero, quiero la casa, la mesa y la cena IM-PE-CA-BLES... Necesito que limpies todo, que pulas la vajilla y que arregles tu habitación porque parece un desastre y así no luce bien la casa, ¿Entendido? - dice mirándome a los ojos, yo lo escucho atentamente, no quiero cometer errores.

Cuando termina de hablar asiento con la cabeza y él se aprieta el puente de la nariz - ¡Te pregunté algo idiota! ¡Respóndeme cuando te hablo! - me grita jalándome el cabello.

-¡Si! E-Entendido - digo con lagrimas en los ojos y él me suelta, toma su saco y camina a la salida,

-Y tapa esos morados, luces asquerosamente horrible, te veo más tarde - dice para caminar a la salida y cerrar la puerta con llave.

Me levanto con mucho cuidado y camino hacia mi habitación, mi cuerpo duele como el infierno, mis partes íntimas están peor aún. Entro al baño y pongo a llenar la bañera, dejo la cobija que llevo simulando un vestido en el piso y me observo en el espejo.

La Katerina en el espejo luce peor que nunca, tengo moretones por todo el cuerpo incluyendo mi cara, lo más inquietante es mi cuello, puedo ver sus dedos marcados alrededor de mi garganta.

KaterinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora