14🔞

7 0 0
                                    

Mi corazón late frenéticamente, voy dando pasos hacia atrás cuando él avanza hacia mi amenazante, él me observa con diversión, como un gato mira a un ratoncito indefenso.
- Por favor, por favor, por favor no me lastimes, por favor - le suplico y comienzo a llorar.
- Si tú no me desobedecieras no tendríamos que pasar por esto, creí que sería suficiente con lo qué pasó hace unos días pero ya veo que no; por eso te castigaré de nuevo y esta vez espero que aprendas la lección - me dice muy serio y cada vez está más y más cerca de mi, entro en pánico y comienzo a correr, sé que correr empeora las cosas pero no puedo evitarlo, tengo mucho miedo y mi cerebro me indica que debo correr.
- ¡POR DIOS TONTA! ¿A donde vas a correr? Aquí no puedes esconderte de mi, recuerda que es mi casa - me dice mientras camina tranquilo hacia mi, de verdad le divierte esto.

Corro a la puerta pero está cerrada con llave y yo no tengo una, corro a mi habitación para encerrarme y m encuentro con una sorpresa; ni mi puerta ni la puerta del baño tienen la chapa para cerrar con seguro, ¿En que momento me hizo esto? Salgo del cuarto y no sé a donde ir, él me observa desde una esquina riendo.

- Ríndete linda, no podrás evitarlo - Yo niego con la cabeza y entonces se me ocurre una idea, corro como puedo a la terraza, ahí están las llaves pegadas, rápido las tomo y salgo a la terraza, cierro por fuera con la llave y lo veo, esta parado ahí, muy serio observándome hasta que gira y regresa a su cuarto, yo respiro tranquila y siento las frías corrientes de aire contra mi, genial, justo hoy que me pongo una bata delgada me pasa esto.

Me siento en uno de los sillones que están afuera y me abrazo para mantener el calor, cierro mis ojos y comienzo a dormitar, por lo menos los sillones me cubren del frío y ya no siento que me congelo.

Estoy ahí con mis ojos cerrados pensando en qué hacer porque no podré quedarme toda la vida en la terraza, no sé qué haré con mi vida, cuando cumpla 18 obviamente me iré de esta casa, pero ¿a donde? No tengo dinero, no tengo nada más que la casa de mis padres, pero ahí tengo que pagar los servicios y no tengo dinero. Mierda, mierda y más mierda.

Estoy tan metida en mis pensamientos que no escucho nada a mi alrededor, hasta que siento una mano en mi hombro y me congelo, no puede ser, yo me encerré con llave, mierda.

Volteo lentamente y veo a Vladimir mirándome furioso, comienzo a sentir el miedo hasta en los huesos, mis manos sudan y de manera involuntaria mi cuerpo tiembla.

-¿Tu crees que no tengo un repuesto de llaves de cada puerta en la maldita casa? De verdad que eres estupida y gracias a eso hiciste tu castigo peor, yo solo iba a hablar contigo y tal vez te habría dado una bofetada... pero decidiste correr como si te fueras a salvar de mi. Lo que te voy a hacer a continuación es nada más y nada menos que las consecuencias de tus acciones - dice con ese tono de voz "tranquilo", es como la calma que viene antes de que una tormenta eléctrica caiga sobre ti. Comienzo a llorar, pero no digo nada, la he cagado y no puedo remediarlo.

- Levántate - dice duro, yo sé que si no lo hago me irá peor así que lentamente me pongo de pie - Ya sabes lo que sigue, quítate la ropa - Yo lo miro perpleja, no puedo hacerlo, porque no llevo nada debajo para cubrir mis pechos, niego con la cabeza y él comienza a enojarse más.

- No, no puedo, Vladimir, enserio no puedo - le digo con miedo - Es que yo... no llevo bra debajo - digo mirando al suelo y es cuando todo empeora.

-¡NO ME IMPORTA PERRA! ¿NO LO HARÁS POR LAS BUENAS? ENTONCES SERÁ POR LAS MALAS - dice para comenzar a tirar de mi bata, yo le digo que pare, le ruego que no lo haga pero me ignora; de un tirón rompe mi bata y la tira al piso, en este instante cubro mi pecho con los brazos y el comienza a mirarme con descaro - Vaya, vaya... Si tu ya no eres ninguna niña, te haz vuelto toda una mujer y eso me da gusto, ya no habrán pretextos de niña estupida, ahora será diferente - dice mirándome a los ojos y todo lo que veo en él es una mirada lobuna llena de oscuridad y deseo; ahí me asusto aún más, qué tal si él... me toca o me viola.

KaterinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora