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TaeHyung sentía las palmas de sus manos sudar con notable nerviosismo, JungKook le había pedido que se arreglará ya que en unos minutos debían irse si no querían hacer esperar a los demás, así que obediente fue al baño y tomó una ducha, luego busco su ropa pero apenas se la puso y miro en el espejo las inseguridades lo azotaron como el frío de invierno.

Vio su delgado y frágil cuerpo en el espejo, no era un chico con músculos, sus brazos eran realmente flacos, tenía una pansita de bebé y además sus manos eran en exceso grandes, y trató de sonreirse, darse ánimos, pero pasó todo lo contrario. Su sonrisa era muy rara, ¿Por qué no pudo nacer con una sonrisa normal? Es decir, porque tenía que ser así, de forma rectangular, eso era raro, raro y desagradable. Se deprimio casi al instante y sus ganas de salir, que al principio tampoco es que fueran muchas, se desvanecieron como sal en agua. Era mejor que se quedase, asi los amigos de JungKook no pasarían un mal rato, y JungKook no tendría que excusar su ida, dios, de seguro y a JungKook le avergüenza el tener que llevarlo.

-Tal vez no deba ir...- susurró cabizbajo en la soledad de su habitación.

Si, claro. Soledad.

-¿Qué acabas de decir? Arrepiéntete ahora mismo, Kim TaeHyung- dijo JungKook entrando a la habitación y sobresaltando al rubio.

-Eh...y-yo...quiero quedarme...

-Oh no- sonrió ladino y se acercó a él más detuvo cualquier intención de bromear, sabía que Tae podía llegar a sentirse mal por cualquier nimiedad- ¿Qué pasa? ¿Algún problema?

-E-es que...no creo agradarles a tus amigos- confesó apenado de soltar sus estúpidos pensamientos depresivos.

-Aww, eres tan adorable- sonrió enternecido y tomó sus lindas mejillas entre sus dedos- Todo estará bien, ¿Si?

El menor asintió algo inseguro ante las palabras de JungKook.

-Si me das un momento más para arreglarme...e-es que no me s-siento presentable...- la pequeña risa de JungKook le hizo parar- ¿De que te ríes, idiota?- gruño.

-TaeTae- dijo terminando de soltar las últimas risas- Eres mucho más hermoso que cualquiera de mis amigos, ¿Entendido? Además ese jean negro te queda muy bien, no te dejaré cambiarlo.

TaeHyung rio levemente y le sonrió a JungKook agradecido, Era sorprendente como el castaño podía causar ese efecto en el rubio, ese de protección pero también de calidez, y amor.

Con una gran sonrisa por haber logrado su cometido JungKook sale de la casa tomando la muñeca de Tae ya que decía que se sentía incómodo que lo tomarán de la mano. Ambos subieron al auto y como era un viaje corto pusieron sólo unas dos canciones que Tae cantó muy feliz.

-Baby tell me when you ready, im waiting- cantó Tae siguiendo la melodiosa voz de Shawn Mendes.

Cuando llegaron al centro comercial Tae no veía a nadie que pudiera estarlos esperando, hasta que escuchó un fuerte grito resonar por todo el establecimiento llamando la atención de más de una persona.

-¡JUNGKOOK!- grito un pequeño pelinaranja corriendo a brazos de su JungKookie y abrazandolo, fruncio el ceño al ver que este correspondía el abrazo gustoso.

Seguido del pequeño, un chico alto y moreno con el cabello castaño muy oscuro casi negro, otro con el cabello rosado, el siguiente venía con una gran sonrisa y tenía su pelo rojo, y el último venía con el rostro neutro pero una pequeña curva casi imperceptible estaba en sus labios y su cabello era tan oscuro como el carbón y hacia contraste perfecto con su blanca piel.

Todos los chicos saludaron a JungKook y Tae se sintió pequeño al no ser notado. Tenía razón debió quedarse.

Y si que debio hacerlo, porque ese chico rubio estaba abrazando en exceso a JungKook. Si asesinaba a una persona sin alguna razón aparente, ¿Iría a la cárcel? Esperaba que no porque eso estaba en su lista de cosas que hacer en los próximos cinco minutos.

Déjame Cuidarte ·|KookV Omegaverse|·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora