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TaeHyung formó una sonrisa casi imperceptible mientras veía a JungKook cocinar para él. Cuando llegaron a casa lo primero que hizo el rubio fue comer, y luego se durmió junto al castaño, pero al día siguiente JungKook se metió en la cocina a preparar la mejor y más grande comida que TaeHyung a probado jamás.

Y Tae sentía felicidad por eso, por ver las atenciones que JungKook le otorgaba, le hacía sentir querido.

Una semana después aún le dolía recordar todo, cosa que hacía mucho últimamente, pero trató de concentrarse en lo mejor que la vida pudo darle, ese ángel llamado Jeon JungKook que cuidaba de él todos los días, en definitiva tenía que mejorar, por JungKook y por el mismo.

Cuando JungKook puso el plato frente a si lo devoró con gusto, dios, no sabía el hambre que tenía hasta dar el primer bocado.

JungKook por su lado le miro sonriente, enternecido por la dulce mirada del rubio hacia su comida, y sus mejillas rellenas de esta haciendolo ver demasiado adorable. Era imposible no sentir algo por este chico, cualquier sentimiento lindo y sincero era lo que provocaba TaeHyung en las personas.

Una vez el menor terminó de comer fue junto con su mayor a la sala donde se recostaron a ver televisión, TaeHyung estaba sentado a un lado de JungKook con su cabeza reposando en su hombro y soltó un suspiro al sentir el suave tacto de JungKook sobre su cabello, masajeandolo de forma circular, luego descendiendo hasta su nuca acariciando su piel lo cual lo hizo tensarse, pero luego la mano de JungKook volvía a sus cabellos y se relajaba nuevamente.

TaeHyung relamio sus labios indeciso ante una idea que se presentó en su cabeza, eso no era algo que los amigos debían hacer, y ellos eran amigos. Cerró sus ojitos deseando no darle más vueltas al asunto, ya había pasado aquello una vez ¿Qué de malo tenía repetirlo? Sin querer pensar más TaeHyung alzó su rostro en su rápido movimiento desconcertanto a JungKook y dejándolo sorprendido cuando el rubio depósito un beso en sus labios.

De inmediato las mejillas del contrario se tineron de un rosa al separarse, no debió hacer eso.

-Tae- dijo JungKook con una sonrisa y tomandolo del mentón para que alzará su vista.

Una vez se miraron a los ojos el mayor soltó una risita antes de volver a besar a TaeHyung, pero esta vez no de pico, si no un verdadero beso.

TaeHyung había escuchado que cuando besabas a una persona que quieres tu estómago siente mariposas y te sientes feliz, pero TaeHyung tenía más bien rinocerontes allí dentro, y no se sentía feliz, se sentía eufórico. Sus labios se movían torpes sobre los de JungKook, tenía nervios, y se notaba en el temblar de su boca, por otro lado JungKook se movía experto sobre los labios de TaeHyung tomando así control del beso, que empezó siendo totalmente inocente pero comenzaba a subir de tono.

Inconsientemente TaeHyung se había montado sobre el regazo de JungKook poniendo una pierna de cada lado, el castaño lo tomo de la cintura pegándolo a si mientras lo besaba. Después de minutos conteniendo el aire sólo separándose por pequeños períodos, ambos se miraron a los ojos con las respiraciones erraticas.

-Kookie...

-Eso fue genial, TaeHyung- soltó con una sonrisa.

Tae no sabía que era lo que estaba sintiendo, tenía una sensación de cosquilleo en su vientre y algo electrizante recorriendo su cuerpo, además que su corazón latía con fuerza viendo al chico sobre el que estaba sentado, sentía la enorme necesidad de estar con JungKook a cada segundo, y al mirarlo lo único que quería era besarle, besarle hasta que sus pulmones necesitasen aire y sus labios estén cansados, justo como acababa de hacerlo. No sabía que era lo que sentía por JungKook pero si sabía que estaba cerca de ser amor, y quería más.

Déjame Cuidarte ·|KookV Omegaverse|·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora