Historia dedicada
Basada en una canción
«sipnosis»
-Estas fechas son para pasarlas en familia.
-Hace mucho que dejemos de ser familia.
[..]
-Papá. ¿Cenaras hoy conmigo?
-No puedo tengo una reunión que no puedo cancelar.
-Otra vez sin nadie con qui...
—¿Chloe quieres que te acompañe al hotel? -dice Félix. Ella sonríe. —Siempre y cuando pueda cogerte del brazo. —No se diga mas señorita. -deja el dinero en la mesa con un poco de propina. Se levanta, dirigiendo el codo hacia ella.
Chloé no quita, la sonrisa en ningún momento. Enredando su brazo derecho con el izquierdo de él. Para salir del establecimiento.
24 de Diciembre. 17:45
En la mansión Agreste:
Se encontraban discutiendo un hijo con su padre.
-Hoy cenaremos con los Dupaing Cheng y tu Félix debes estar presente. -dice Gabriel con toda su autoridad ante su hijo.
-Yo no.. -comenzó a decir
-Estas fechas son para pasarlas en familia. -le reprocha sin dejarle terminar.
-Hace mucho que dejemos de ser familia.
-Hijo por favor..
-De hijo nada, no te importo mandarme lejos, vivir en Los Ángeles lejos de mi hermano y por si fuera poco de mamá.
A lo que Adrien se quedó asombrado, Gabriel le dio una cachetada a su hijo. Félix con la cara roja sale hecho una furia dejando de un portazo, formando grietas en el mármol de la puerta que da a la calle.
En el hotel le gran París:
Chloe llevaba días esperando pesarosa, la llegada de la navidad. Esperaba que su padre, se acordara de ella.
-Ring. Ring. Ring. - suspira
-¿Diga?
-Papá. ¿Cenaras hoy conmigo?
-No puedo, tengo una reunión que no puedo cancelar.
Se le escapa una lágrima de pensar que en ese día, cuando se pasa con la familia y con los seres queridos, él no estará para ella.
-Vale ya veré lo que hago.
-Te quiero cariño.
Mentira quería decirle ya que sí en verdad la quería, cancelaría todo para estar con ella más que sea ese señalado día.
-Ya y yo.
Cuando colgó, ella tiró el móvil a su pequeño sofá de cuero blanco para correr y tirarse boca abajo en la cama, agarrando a su fiel amigo y confidente. Su peluche.
-Otra vez sin nadie con quien pasar las fechas
Chloé Bourgeois se dirige a su armario, cogiendo un abrigo amarillo, bien abrigado con capucha aunque no se cubre con ella, coge su monedero y sale de la habitación.
El frío de una tarde. La tarde de la donde las madres se ponen a preparar la cena para sus hijos que vienen de muy lejos.
Félix, pudo ver como amigos, padres e hijos, se abrazaban entre ellos sobre los grandes ventanales de los hogares y quizás los hogares mas cálidos que él apenas se acuerda de cuando llego ha sentirse así.
Una rubia, caminaba con la mirada algo perdida sin tener un rumbo fijo. Cuando vio a Marinette con sus padres, subiéndose en una lujosa limusina, que ella reconoce a la perfección.
La limusina de los Agreste, estaban recogiéndolos. Chloé al verla tan emocionada con sus padres orgullosos por verla tan feliz, una envidia se le clavó en el pecho mientras en sus ojos, se asomaban lágrimas.
¿Porque la vida era tan injusta? Se preguntaban ambos rubios, apartando la vista y volver a caminar..
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Lamento decirles que se acerca el glorioso final, se acerca el epílogo se despide..
