Capítulo 3

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—Shinso... iré a la Yueii—Dijiste sonriendo, se te había olvidado el hecho de mencionarle al peli violeta esa información. Estabas algo nerviosa, el también deseaba ir, pero tenia el problema de que la prueba no era una en la cual pudiese usar su koseii.

—Enserio?—Pregunto alzando una ceja a lo que sonreíste asintiendo levemente una y otra vez.

Nunca has sido de esas personas a las que les gusta ni resaltar, ni mostrar tus emociones, es algo que tu consideras asquerosamente innecesario, pero esta vez estaba bien para ti, mostrar tu emoción de una manera tan tenue se sentía bien.

—Me alegro, pero tardaste mucho en decirme, no te había visto en las clases...—Dijo el algo confundido, después de todo tu no pasarías desapercibida por sus ojos en ningún lugar.

—Tuve una problema en la inscripción, tenían muchas preguntas acerca de mi padre así que me dijeron que tendría que esperar mas tiempo que un estudiante regular, no me esperaba que fuesen meses, pero por mi mejor, tuve mas tiempo para considerar algunas cosas, preguntándome que tanto deseaba ser una heroína y al final me di cuenta que lo quería mas de lo que lo podría describir, así que fue algo beneficioso—Dijiste pasando una mano por tu cabellera acomodando bastantes mechones. 

—Ya veo...—Dijo el pensativo, preguntándose porque los hijos de villanos deberían de cargar con una reputación tan horrible que ni siquiera es creada por ellos.


—En fin, en que salón estas? Y porque la declaraste la guerra a los del 1-A?—Preguntaste emocionada, el simple hecho de que tu amigo ya tuviese experiencias en la academia era algo que te emocionaba, aun que tu estuvieses a poco de entrar.

—Estoy en el salón 1-C, clases generales, y a los de el 1-A porque son unos bastardos de mierda presumidos, excepto algunos...—Dijo el, su lado competitivo había salido a la luz, siempre que pasaba tenias que tener cuidado con no enojarle.

—Y tu en que salón estas?—Pregunto el, realmente no sabias, no habías tenido tiempo de revisar el E-Mail que el director Nezu, pero ahora que el aclaraba que podías entrar a el departamento general los nervios te consumían.

—Seguramente estas en el departamento general.—Dijo el sonriendo, no creía que tus habilidades fuesen tan grandiosas, después de todo la mayoría de las veces te negabas rotundamente a usarlas, y el cuando mucho te había visto una vez en acción.

—Deja reviso, no estoy segura...—Dijiste sacando tu teléfono, tus manos temblaban, tenias miedo, miedo de no quedar en un curso de héroes.

—Muy buenas señorita Akaguro TN, esperamos que disculpe las molestias de que este vídeo llegue mucho tiempo después de que los estudiantes entren, pero le rogamos comprensión de las circunstancias que la academia Yueii tiene en estos tiempos de crisis, esperamos que el día Lunes xx se presente en las instituciones de la academia a las 8:00, agradeceríamos bastante que llegase tiempo antes del acordado para poder darle mas instructivos, yo personalmente la guiare a el lugar que de ahora en adelante sera su salón de clases, el 1-A.—El vídeo se termino en esas simples frases dejando a ambos adolescentes perplejos.

—Somos rivales?—Preguntaste a lo que Shinso te vio mal.

—Estas en el departamento de héroes?—Pregunto lleno de rabia y enojo.

—Bien... quedaste en el departamento de héroes con esos presumidos... esos que me decían que nunca seria un héroe...—Dijo el, su voz sonaba entre cortada, pero no por tristeza, si no por tanta rabia que podía sentir, el apretó sus puños y se dio media vuelta en un intento de no mirarte a los ojos, pero a pesar de esa faceta a ti no te podía engañar, seguía siendo tu mejor amigo el cual conocías desde años atrás.


Le diste un abrazo desde la espalda.

—Se que tu seras un héroe no importa lo que ellos digan, tu seras un héroe.—Repetiste, intentando ayudarle en ese momento tan difícil para el, no te gustaba verle triste, después de todo era casi hermanos.

Prontamente las lagrimas comenzaron a venir, sus ojos repletos de lagrimas y sus mejillas mojadas, se sentía terrible consigo mismo, tu lo sabias, con sus inseguridades las cuales había desarrollado en su pasado no lo hacia muy favorable.

—Todo estará bien, se que te veré en el salón de héroes dentro de poco, yo confío en ti.

—Porque tu pudiste entrar, lo taruga nadie te lo va a quitar, ademas eres mas gorda que yo! y pesas mas que una ballena—Chillo el chico intentando hacerse sentir mejor y reír.

—Oye imbécil no te pases!—Gritaste para darle un pequeño golpe en la cabeza.

—P-Pero porque no pude entrar?—Pregunto el tartamudeando.

—Podemos hablar con el director.

—No... probare que desde abajo puedo convertirme en un héroe, como lo eh hecho toda mi vida—Dijo el, dedicándote una mirada llena de determinación a o que tu sonreíste con arrogancia.

—Equipo Ultra!—Dijiste sonriendo, el correspondió el gesto y se limpio las lagrimas, eso te encantaba de tu amigo, que siempre se enfrentaba a sus problemas de frente, algo que en la mayoría de las veces era muy difícil para ti.

—Vamos a por un helado! eso se merecen los héroes!—Gritaste sonriendo a lo que el asintió lentamente. Si, eras una taruga, pero para el eras mas que eso, eras la taruga que le hacia el día, y la taruga que le invitaba a comer, quien no aprovecharía eso?

—Bien, vamos...— Dijo el mas calmado volviendo a poner esa mirada neutra de siempre, esa faceta que le mostraba a los demás, pero que de vez en cuando retiraba cuando estaba contigo.

—Los héroes nos merecemos un descanso!—Comenzaste a canturrear y a hacer estupideces mientras caminaban a la heladería, todos los que pasaban cerca de ti no se daban siquiera cuenta que eras la hija de un villano tan reconocido.

Al llegar ambos pidieron un helado de su gusto, que en el caso de Shinso fue de pistache, y se retiraron al parque, claro no sin antes dar las gracias al señor de los helados.

Al llegar al parque Shinso se sentó en la banca que había en el centro mientras tu jugueteabas por los atrás con mariposas, se podría decir que eras realmente inofensiva para ser la hija de tal villano, y ademas muy inmadura y aniñada cierto?

Realmente no. Una manera de no dañarte es ocultar bien la manera en la que eres.

Una manera de dejar las cosas atrás es concentrarte en otras.

Una manera de formar amistades siempre sera un hola y varias cosas en común.

Una manera de ser tu era ocultarte y ser distintas personas con los demás.

Con tus amigos de confianza eras fría y tímida, con tu familia eras una inofensiva niña de cinco años, con la gente que no conocías eras una persona con poder y arrogancia, con la gente aun mas lejana eras el mismo diablo si querías, era como una cadena que próximamente verán mas a detalle.

—Estas nervioso?—Preguntaste comiendo tu helado, aun jugando con una mariposa.


—No, ye eh estado por meses en la Yueii... y tu?—Pregunto burlón a lo que lo viste mal, claro que si, el día siguiente seria la primera vez que empezarías de cero, algo que para ti seria un alivio.

—Claro que si... no quiero tener los mismos problemas que antes, que tal si descubren que soy hija de mi padre, me harán lo mismo que antes, no quiero eso...— Dijiste nerviosa.

—No pasara nada malo te lo aseguro, ahora vamonos vecina, tendrás que despertar temprano mañana.—Y con esas palabras se retiraron del parque.

Seguramente seria un día pesado.



¡Hey, Chico Sonrisas! -- Kirishima Ejirou × TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora