Especial de Navidad

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—Vamos Shiro! Sabes que soy su hija, y ademas el no ha causado ningún problema en la cárcel déjame verlo!— Insistías una y otra vez a uno de los guardias que conocías lo suficiente como para pedirle un favor. No querías dejar nuevamente a tu padre solo en navidad, ya había sido suficiente con una fecha sin el, había sido deprimente y solitario por lo que no deseabas repetir un día como esos. No querías volver a perderte su compañía en un día tan especial. —Ni siquiera porque es mi cumpleaños? Vamos si quieres no llevo el pastel pero déjame entrar!— Continuaste con aquel cántico de quejas a lo que el pobre hombre solamente sonrió con un poco de pena ya que no tenia mas opciones. No era su culpa, el no tenia poder sobre la situación. Había recibido ordenes de un poder mas grande que el de el, por lo que no era culpable de los berrinches de la pobre chica de ojos esmeralda.

—Tu sabes las reglas, no hay visitas en 24 de diciembre, tendrás que venir en un par de días— Dijo el mirándote con seriedad y una sonrisa nerviosa. El pobre guardia sabia de lo que eras capaz, por lo que no deseaba meterse con una persona tan fuerte para terminar con una mejilla hinchada por tu enojo. Bufaste mientras continuabas con aquellos quejidos y argumentos bien estructurados los cuales solo eran derribados por un simple "Perderé mi trabajo si te dejo pasar..." del pobre de Shiro. 

Cuanto tiempo habías estado ahí argumentando y dando razones por las que deberían de dejarte pasar? Ya habías perdido la cuenta, tal vez unas dos horas pidiéndoles compasión a todos los guardias que conocías, pero todos siempre te sonreían y decían que no tenían mas opciones al respecto y que por favor te retiraras de la construcción y que no armaras mas escándalo.

Estabas a un punto de desesperación en donde seguramente serias capaz de subirte a el escritorio del alcaide de la prisión para comenzar a gritar y a decir cosas hirientes acerca del sistema y la gente que estaba cercana a ti. Era un punto mas arriba de la irritación. No veías cual era el problema en dejarte pasar a ver a tu padre! Era una petición bastante simple! Ni siquiera podías imaginarte que se suponía que podría pasar, tomarte de rehén? Eso era simplemente estúpido, eras su hija, cuando mucho te pediría a ti que noquearas a los guardias cuando salieras para darle una oportunidad, y ni siquiera eso ya que el estaba consciente de los sueños de su pequeña y no estaba en sus planes arruinarlos. 

Siempre te había dejado muy en claro "Si quieres ser una heroína no me interpondré, al contrario, si quieres patearle el trasero a los malos te apoyare con cada célula de mi ser, pero recuerda que no todo es color de rosas, y que puede ser que algún día me tengas que patear el trasero a mi, tu propio padre, estarías dispuesta a hacer tal cosa?" A lo que tu única respuesta siempre era "Se que estarás orgulloso si te gano en un combate, y en lugar de tener rencor en mi contra estarías mas que feliz, por lo que si lo haría, solo para hacerte orgulloso" 

"Esa es mi chica..."

Eran recuerdos que te llenaban de euforia, pero no podías tener mas de ellos los cuales estuviesen fuera de aquella terrible cárcel. No era un lugar malo, y lo entendías, pero tampoco tenia una buena dicción a tu parecer ya que esas cuatro paredes y rejas atrapaban a la única persona que cuido de ti desde pequeña. 

—Shiro!— Grito una voz femenina. El hombre no tardo en nada para abrir los ojos como platos y abrir la boca de asombro. Esa voz la conocía mas que bien, de hecho, esa voz era la voz mas tenebrosa que había escuchado, incluso cuando era una voz femenina normal. "Dragon Soul... Digo, comandante" Murmuro para si mismo el pobre hombre a lo que la contraria solamente sonrío. 

—Así es escoria, ven aquí tenemos asuntos pendientes...— Dijo sonriendo mostrando un par de colmillos los cuales tu nunca habías visto en tu amistad cercana a ella. Era como ver una persona totalmente diferente. Se encontraba relajada y segura de sus palabras, ademas de que parecía no tener miedo a ninguna autoridad cercana a ella. Tenshi iba detrás de la azabache caminando a pasos rápidos intentando cuidar del carácter de su amiga y sus posibles palabras y acciones imprudentes. —Shiro, haz lo que te dije en esta mañana— Dijo Hikari sin muchos rodeos a lo que el pobre hombre solamente bajo la mirada mientras decía "Lo siento pero me llegaron nuevas ordenes del alcaide y..."

—El alcaide mis cojones, ve y discute mi poder con el, y pregúntale que tal se siente pelarme la...— Comenzó a decir la chica a lo que la pobre de Tenshi no pudo hacer mas que darle un zape en la cabeza a su amiga en un intento de que se relajara y recordara que no era respetuoso y heroico hablarle de aquella manera a alguien que solo seguía ordenes. 

—Recuerda que alguna vez tu también seguiste ordenes, se mas amable— Dijo Tenshi sin muchos ánimos de escuchar a la chica quejarse aun mas con alguien que no tenia la culpa. Su mirada se desvió del guardia sin muchos ánimos y miro fijamente tus ojos. —Pensábamos que era una buena sorpresa el dejarte ver a tu padre en un día como este, digo, sabemos que tan difícil es, ademas, queríamos pasar las festividades contigo!— Dijo la chica mientras te sonreía felizmente de manera comprensiva y amable. 

—Pero que hay de Bakugo y Todoroki? Se supone que deberían de estar con ellos en las festividades no?— Preguntaste volviendo a aquella faceta de pena y ansiedad la cual siempre mostrabas con la gente que lo valía. No tardo mucho para que Hikari sonriera con emoción y felicidad de una manera vigorosa para darte un golpe en la espalda.

—Niña, tenemos toda la vida para quedarnos con ellos en las festividades, ademas de que los vemos a diario, no nos dañara estar aquí para que tu puedas disfrutar de tus amigos y familia plenamente. Ademas que no organice todo con la policía, y argumente contra quien quiso argumentar conmigo para darte el placer de ver a tu padre en un ambiente ameno como el que preparamos!— Dijo la chica sonriendo. Estabas incrédula. No podías creer que te habías conseguido amigas con aquel corazón y confianza en tus palabras para organizar algo de aquella magnitud. No sabias que se suponía que planeaban, pero seguramente iba a ser increíble.

[...]

—Papá?— Preguntaste mientras que el hombre entraba a aquella habitación a pasos lentos escoltado por un par de oficiales. Estabas en una habitación grande, bastante linda, no sabias de donde había salido, o porque habían tantos arreglos y tantas cosas de la festividad en aquella sala, pero era bastante lindo. Había un pino de navidad pequeño en una esquina, una mesa larga de madera oscura en medio de la habitación y una pantalla pequeña con un vídeo de una chimenea encendida lo cual hacia que tuviese un ambiente bastante tranquilo y ameno. Parecía ser un salón principal de una casa de ricos, pero realmente estaban dentro de la cárcel, tal parece que todo esto había sido un plan bien elaborado de tus dos amigas las cuales no podían soportar el verte sola en las festividades, y mucho menos en tu cumpleaños.

—Pulguita!— Dijo el hombre mientras se acercaba a ti y te daba un abrazo. 


La noche paso de maravilla, y finalmente reuniste el valor de presentarle a tus amigas el hombre que te había criado y educado durante años, sin ningún sentimiento de pena o ansiedad al respecto. No recordabas hace cuanto habías estado así de cerca con tu padre, y mucho menos cuando pudieron hablar sin tener un cristal que los divida. No lo sabias, pero tampoco te importaba ahora. 

Fue una gran navidad.   

 

¡Hey, Chico Sonrisas! -- Kirishima Ejirou × TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora