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Valentina pdv
Después de haber platicado con Juliana, la chica que conocí, fuimos a caminar por el parque, me agrada su forma de ser, es divertida.

-Últimamente la gente me da mucha flojera.

Juls: No, pues entonces ya me voy.

Me reí y la tomé del brazo.

-No te vayas, de hecho, tú me caes súper bien.

Las dos reímos por eso.

-No, pero es real, la gente prefiere que les mientas a la cara, en vez de que les digas lo que realmente piensas. Y me di cuenta que no tengo amigos.

Juls: ¿Por que lo dices?

-Están cansados de mi, por qué he estado muy deprimida.

Juls: Que mala onda de tus cuates.

Después de un silencio incómodo que se hizo entre las dos, vimos un puesto de hamburguesas.

Juliana pdv
No pude evitar voltear a ver ese puesto de hamburguesas.

Val: ¿Quieres una?

-No, gracias.

Val: Hiciste cara como de baba.

Las dos reímos a carcajadas.

Val: Sabes que, vamos por unas, también se me antojo.

Me tomo del brazo y me jalo para ir al puesto. Pedimos dos y nos quedamos ahí para comerlas.

-Oye de verdad muchas gracias por esto.

Val: No agradezcas.

Ella pregunto cuánto iba a ser por las hamburguesas, pero se quedó viendo su bolso, la chica alegre que había conocido hace unos minutos, se había ido, ahora se había convertido en una chica sería y no entiendo por qué.

-¿Estas bien?

Val:Emm me tengo que ir.

-Yo puedo pagar mi hamburguesa, no pasa nada.

Val: No, no es eso.

Se levanto y se acercó para darme un beso en el cachete. Una corriente extraña pasó por todo mi cuerpo.

Val: Nos vemos.

Volví a la casa donde mi mamá y yo nos encontrábamos viviendo.
La señora que es dueña de la casa, tenía unas revistas, donde salía la chica del parque, la tomé, la llevé al cuarto y empecé a leer.

-Está es la niña del parque.

Eva, Guillermo y Valentina Carvajal, hijos del magnate de la comunicación, uno de los hombres más ricos del mundo, asistieron al funeral de sus padres.

-Es una niña rica.

Seguí leyendo la nota que aparecía en la revista.

Valentina pdv
Al día siguiente quise salir a dar un paseo, pero no podía ir sola, así que le pedí al chofer que me llevara al parque, sin pensar que volvería a encontrarme con la chava de ayer.

-Puedes parar aquí por favor?

El chofer que se llama Jacobo, se orilló y baje del carro.

-Dame un segundo, no tardo.

Fui a saludarla.

-Señorita.

Juls: Ay me espantaste jaja.

-Hola.

Juls: Hola. ¿Que pasó todo bien?

-Mejor.

Juls: Que coincidencia encontrarte aquí.

-Estaba en el coche y te vi y pues quise pasar a saludarte.

Juls: Que bien.

Nos quedamos calladas por un segundo, así que para romper ese silencio, pregunte sobre su bolsa.

-Oye me gusta tu bolsa.

Juls: Neta, te gusta?

-Sí, mucho. De hecho quiero una así.

Me miro por unos segundos y bajo su mirada.

Juls: Bueno, pues tengo que seguir vendiendo boletos. Nos vemos

Se dio la vuelta y camino, pero la alcancé y le dije:

-¿Vamos por un café?

Ella me miró, algo dudosa.

-Por fa. Solo uno.

Juls: Tengo que trabajar.

-Yo se, es más yo te ayudo a venderlos.

Juls: ¿Me vas a ayudar a vender?

-Sí, no es por presumir ni nada, pero soy una gran vendedora. Soy muy convincente, de hecho.

Juls: ¿Neta?

-Ves, te estoy convenciendo.

Y volvimos a reír. Algo tiene esta chica que me hace sentir bien.

Juls: Pero me ayudas a venderlos, neta.

-Sí. ¿Un café?

Juls: Órale va.

-Voy avisar y voy por la bolsa. No te vayas a ir, espérame ok.

Juls: Si aquí te espero.

Me acerqué al carro y le avisé Jacobo que iba a ir a tomar un café con una amiga.

Jacobo: No importa el tiempo que tarde, mientras sea feliz, yo la esperare.

Tome mi bolsa y volví con Juliana

-Conozco un lugar que te va a encantar.

I'm in love with her Donde viven las historias. Descúbrelo ahora