12."Tú decides."

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Jayden's P.O.V

Lunes, posiblemente el día más odiado por la sociedad estudiantil, ya que es un constante recordatorio de que hay que volver a la carcel estudiantil -o instituto, como prefieras llamarle- y también que aun tienes que lidiar con las hormonas y otras cosas.

Termino de enviarle un mensaje a Summer en el que le digo en que estoy de acuerdo de una segunda entrevista, ya que en realidad no habiamos hecho mucho en la primera.

Mi parte masoquista me sigue diciendo que me acerque a ella, que la conozca, a pesar de que mamá y papá me aconsejaron -por así decirlo- que me alejara de ella ¿Razón? La desconozco, solo sé que ambos evitaron hablar del tema en cuanto se los pregunté. No se si son esos ojos claros o la ternura de Summer la que me llama a estar con ella, no tengo ni idea, para ser sinceros, pero tampoco me quejo.

Camino por los pasillos vacíos del instituto mientras arrastro mis pies, había decidido saltarme la ultima hora porque simplemente no estaba de ganas para tener que aguantar al viejo del profesor Scott que parece tener un afán con regañarme por cosas sin sentido.

¿Que hace tú lápiz en la mesa, White? ¡Quitalo de ahí o si no te envio a la oficina del director!

¿Esto es una mosca? ¡White esto es obra tuya!

Si vuelvo a conseguir una ardilla en mi silla, White, tú serás el responsable.

Y puras estupideces más, pero tampoco lo culpaba, mamá había sido alumna de él, y por lo que me contó mamá, ella fue muy revoltosa de adolescente.

Me detengo en seco en medio del pasillo en cuanto me encuentro con McKenzie, pero no está sola. El mismísimo Jordy Olson la tiene acorralada contra los casilleros.

Mis pies se mueven solos hacia ellos, pero me escondo cuando escucho mi nombre salir de los labios de McKenzie.

— Jayden no es mi novio.—dice, con el ceño fruncido.

Jordy suelta una ronca risa y analiza a McKenzie de arriba a abajo.

— ¿Y él está enterado de eso?—le pregunta mientras coloca un mechón de su cabello pelirrojo detrás de su oreja.

— ¿Por qué lo dices?—el ceño de Kenzie se frunce más mientras mira a Jordy con total extrañeza.

— Básicamente porque tengo dos ojos, la manera en la que te ve no es de simplemente amigos, básicamente te ve como yo te veo a ti.—una sonrisa torcida crece en el rostro de Jordy y el rostro de McKenzie adquiere un tono rojizo.

¿De que demonios habla?

— ¿Y como me ves tú?—pregunta Kenzie, con intriga en su voz.

— Como la mujer más hermosa de la tierra.—aquello hace que mi estomago de un vuelco, yo no la miro así.

No puedo negar que a McKenzie le sale la belleza hasta por los poros, sus labios carnozos y rojizos, esa melena rojiza que más de una vez la he visto revolver en señal de exasperación, esos ojos marrones que podían transmitir millomes de emociones en cuestión de segundos, un cuerpo que posiblemente dejaría a más de una persona con la boca abierta y un carisma que simplemente te atrapa.

Salgo de detrás de los casilleros en los que me estaba escondiendo y jalo el brazo de McKenzie, haciendola salir del trance en el que la víbora de Jordy la dejó.

Ella me mira sorprendida pero no opone resistencia en cuanto la saco del instituto.

Camino con rapidez hacia mí moto, sí, había decidido sacarla al fin de la cochera de mi casa para poder venir al instituto en ella. Obviamente mamá estuvo en contra, pero al final terminó aceptando.

¡S.O.S WHITE! (SS#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora