Buenas noches mis preciosas criaturas! Ya estamos llegando al final de la MakoRin Week, mañana se publicará el último fic de esta semana especial! Sinceramente no creí que podría cumplir todos los días, pero me he esforzado y me alegra.
Muchas gracias por todos sus comentarios, me animan y alegran la vida.
La flor de hoy es, el Lirio, que significa, matrimonio! a estas alturas mi vista ya está muy cansada, así que si ven muchas fallas me disculpo.
Espero les guste!
Perdonen todos mis errores!
Disfruten de su lectura!
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Makoto miró asombrado el anillo frente a él, en su vida había pensado que le pedirían matrimonio y mucho menos Rin. Bueno quizás era normal, pues era su novio hace siete años. No mentiría, quería llorar en ese instante, no demoró un segundo en aceptar. Era demasiada la felicidad que sentía en ese momento. Rin por su parte, sí lloró, estuvo meses pensando en cómo dar aquel importante paso, hasta que se atrevió una noche en donde la luna radiaba más que el sol, ambos viviendo juntos en Tokio, a punto de graduarse de la universidad, se decían que eran muy jóvenes, pero no les importaba, no les afectaba en sus vidas ni en sus carreras.
La noticia se esparció rápidamente, se casarían en un mes, ambos decidieron que volverían a Iwatobi, en la ciudad en la que se conocieron. La ansiedad era grande, en espera del gran día. Las madres de los dos muchachos se ofrecieron a hacer los preparativos para la boda, estaban entusiasmadas, sus hijos mayores se casarían, no era para menos.
—¿Quién es la novia? —Ran preguntó a su hermano, quien estaba en la sala de estar de su antigua casa viendo unas revistas que le había entregado su madre.
—¿Eh? —El chico de hebras olivas se le quedó mirando pensativo, ambos eran hombres, así que no había novia como tal— Bueno... Ninguno de los dos seríamos la novia —Explicó amablemente.
—¿Entonces ninguno llevará el ramo? —Preguntó nuevamente.
—Supongo... —No sabía muy bien cómo funcionaría la boda.
—Makoto llevará el ramo —Interrumpió la madre de ambos, sentándose al lado de su hijo— Pues fue a ti a quien le pidieron matrimonio —Le sonrió dulce, Makoto sólo pudo sonrojarse— Hablando de flores, Me gustan estas para la decoración, ¿Qué te parece? —Dijo mostrándole un catálogo de distintas flores.
—Querida, es Makoto quien se va a casar, no tú —Decía el padre que se encontraba leyendo el periódico.
—Sólo lo estoy ayudando, ¿Y bien Makoto? ¿Cuál prefieres?
—Bueno... —Miró las flores que le mostraba— Me gustan estas —Señaló la imagen de unos lirios.
—Son bonitas, bien usaremos estas para la decoración... —Dijo anotándolo en una lista, estaba muy feliz por todo este acontecimiento. Makoto sólo sonrió.
Después de ver muchas revistas y elegir cosas, pudo librarse un poco para dar un paseo, caminó recordando todos los momentos vividos en su ciudad natal, la nostalgia se podía respirar en el aire. Se detuvo a ver el mar, que nunca cambiaba.
—Sabía que te encontraría acá —Se volteó a mirar a su futuro esposo, no se habían visto mucho desde que habían vuelto a Iwatobi.
—Rin —Sonrió para acercarse y saludarlo con un casto beso en los labios— Te ves algo agotado —Lo miró preocupado.
—Mi madre y Gou me tienen vuelto loco con lo de la boda —Suspiró, sentándose en una banca cercana.
—Mi mamá también está muy entusiasmada —Rio, sentándose a su lado, dejando que Rin descansara la cabeza en su hombro— La verdad es que estoy algo nervioso, sólo en unos días nos casaremos —Entrelazó sus manos, mirándolas con cariño— Me has hecho muy feliz Rin.
—Llevamos mucho tiempo juntos, es un sueño que quería hacer realidad desde hace tiempo —El pelirrojo respiró el perfume de su novio, agradecido de tener a Makoto a su lado, de hacerlo feliz, de otorgarle tantos momentos únicos, y de llenarle la vida de amor— Supongo que te amo —Bromeó provocando una hermosa sonrisa en el de orbes esmeraldas.
—También te amo —Le besó la mejilla, después de la boda, tendrían mucho tiempo para mimos en su luna de miel.
El tiempo pasó más que rápido, tan rápido que el muchacho de hebras olivas aun no asimilaba que estaba a minutos de casarse. Se miró al espejo, con su cabello peinado estilosamente, ayudado por su madre. Respiró hondo, estaba muy nervioso, trataba de colocarse su traje de blanco perfectamente planchado, pero se estaba volviendo muy torpe debido a la ansiedad.
—Makoto, ¿Estás listo? Debemos irnos —Entró Haruka a la habitación, quien traía un traje formal y muy elegante, alzó una ceja al ver el desastre que era su amigo, por lo que cerró la puerta detrás de sí y se dispuso a ayudarlo. Makoto siempre agradecía que Haruka apareciera para salvarlo.
—¿Seguro que me veo bien? —Preguntó inseguro por enésima vez.
—Makoto... Te ves muy bien este día —Le sonrió, terminando de arreglar el cuello de su camisa.
—Gracias por ser el padrino de bodas —Makoto también sonrió, obviamente debía estar su mejor amigo de la infancia presente en aquel memorable día.
—Siempre estaré ahí para ti —Respondió sereno.
Rin miraba el altar maravillado, estaba todo decorado de lirios, la iglesia era pequeña, pero no era necesario más, simplemente todo era perfecto. Poco a poco fueron entrando los invitados, primero fueron la familia de ambos, por una parte, la suya y por otra la de Makoto, miró hacía el gran ventanal que tenía la iglesia en el techo, sabía que su padre también lo estaba acompañando en ese momento. Su corazón se acongojó un poco, no debía llorar, no hoy, pues se casaría con el hombre que más amaba en el mundo, y eso sólo le provocaba una inmensa alegría. Sintió como le palmeaban el hombro, miró a Sousuke quien le entregó una gran sonrisa, miró a su alrededor, estaban todos sus amigos, incluso sus compañeros de Samezuka. Ahogó un suspiro, sólo quedaba esperar a su futuro esposo. De pronto la música comenzó a sonar, la llegada del novio había sido anunciada; Rin se tensó un poco, y se paró firme ante el altar. Por fin estaba sucediendo.
—Rin —La dulce voz lo llamó, a lo que los orbes escarlatas quedaron asombrados ante tanta belleza, y es que Makoto lucía espectacular, ambos con trajes blancos, llevando un lirio en el bolsillo superior de sus fracs, en representación de los ramos que solían llevar las novias.
—Te ves hermoso —Susurró sosteniendo sus manos.
La ceremonia había comenzado, ambos dieron sus votos, todo el ambiente era tranquilo y de felicidad. Haruka le entregó los anillos a Rin, era momento de hacerlo oficial, de hacerle saber a todo el mundo que se habían convertido en esposos para amarse toda la vida. Con delicadeza puso el anillo en el dedo anular de la mano izquierda de su amado chico de hebras olivas, éste hizo lo mismo, ambos se miraron fijamente, perdiéndose en la mirada del otro. Poco a poco, se fueron acercando, hasta llegar al ansiado beso, que plasmaba su amor.
Todos aplaudían, todos celebraban, pero aquellos dos tórtolos enamorados sólo ponían atención en su propio mundo, admirando la belleza del otro, y sintiendo el amor, que era tan fuerte, que se mantendrían juntos, mucho más allá de la muerte.
Porque no sólo ellos estaban enamorados, sino que sus almas también.

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MakoRin Week
RomanceTal como dice el título, esta es la semana MakoRin! en la que durante 7 días, se subirán pequeños fics con la temática requerida, en esta ocasión, la temática son flores. Siete días, siete flores y siete historias de esta linda pareja. Por favor...