Solos tú y yo •••Damirae••• [EDITANDO]

Capítulo 34

pv's Rachel Roth

Con Damian después de las fiestas nos fuimos a un hotel en Hawái... si Hawái , ni yo me lo creía, jamás había estado tan lejos de mi "hogar". Y el collar que me dio es maravilloso. Me sentí abrumada tantos regalos pero el ama así, y yo lo amo a él.

Falta poco para noche vieja, y hemos aprovechado de recorrer gran parte de este lugar. Las playas, buceado y he caminado como nunca. También he podido conocer gente nueva, gente más grande que nosotros y gente de nuestra edad que viene con su familia. Damián se ha divertido como nunca con todas las actividades que hay para hacer y se ha cansado como nunca también, llegamos al hotel a ducharnos y dormir.

Falta muy poco para el fin de año, pasaron tantas cosas... tantas cosas que me llevaron a estar aquí con el, disfrutando y riendo, viviendo y amando. Mientras miro por la ventana viendo cómo organizan los fuegos de artificio que están a las doce para festejar el nuevo año, no puedo parar de pensar en lo que se viene... mi asunción como princesa de las tinieblas y el golpe para matar a Trigon... mi padre.

En las noches mientras Damián duerme he tenido que ir al infierno para ver cómo los demonios se organizan para esto. Tuve que someter a las almas en desgracia a tantas pruebas de torturas para poder asegurarme que no están bajo el control de mi padre aún. Tuve que márcalos para asegurarme su lealtad y saber yo que tengo solo a los demonios más fuerte y sinceros a mi lado. Tuve que usar mucho de mi poder y energía para hacerlos guerreros fuertes que mi padre no lograse matar con un simple gesto, y eso me costó días de fatiga.

Planeo decirle a Damián todo, pero sé que él se querrá involucrar en la pelea, y no puedo dejar que eso pase... es un humano, morirá con solo estar ahí y si pasa eso, no queda nada por lo que pelear.

-¿Qué piensas tanto?- Dice Damian tomándome por la cintura.

-En lo mucho que te amo- Dije mientras me daba vuelta para besarlo e irnos a desayunar.

-¿Segura?- cuestiona él mientras escogemos la comida en un amplio buffet.

-Mmm...también en lo mucho que me duelen las caderas de anoche y del día que anduvimos en bicicleta, son súper duras aquí.

-Por mi que te duelan las caderas siempre por mi culpa y el mundo sepa a quien le pertenezco- Me responde el a lo que yo me atraganto con la frutilla del desayuno.

- ¡Damian! cállate, no grito tanto, creo...

-Vamos al jacuzzi un rato ¿le parece bella dama? Así relaja sus musculosos para esta noche- Su lasciva sonrisa me dice todo lo que tengo que saber, asiento con mi cabeza mientras termino de comer y él pide al mesero otro café.

Luego de un tiempo de pasear por la playa a lo lejos veo un montón de gente alrededor de algo... o alguien. Con Damián nos acercamos a mirar y resuelto ser un conocido... un demonio... Leviatán, la envidia personificada. Suspiro al recordar cuando éramos unos críos y él llegaba a matar a los demás para tener que el ellos tenían. Trato de darme la media vuelta para evitar hablar con el, más frente a Damián, digamos que él no le importa nada el género de la persona si es que le gusta, pero lamentablemente Damián quería saber más...

-Siglos sin saber de ti, princesa de las tinieblas... o debería decir reina de las tinieblas y el infierno, debido a que destruirás a tu padre o... ¿me equivoco?

-Leviatán, veo que sigues igual de entrometido que siempre y sin saber cerrar la boca- Dije mientras me sostengo fuerte del brazo de Damián. El no me da miedo, me da miedo que robe a Wayne...

Se ha vuelto alto, su cabello es azul claro como el agua del mar, sus ojos azules también pero oscuros... son ojos que demuestran misterio. Su cuerpo va con el, marcado y tonificado, de piel morena... sin duda despierta envidia en los demás hombres que lo miran, pero no en Damián.
Suspiro al acordarme las infinitas veces que me ayudó a salir de las garras de mi padre, es mucho mayor que yo y como es una especie de pecado vive en el humano humano... era mi salida de infierno cuando era más joven.