Cap 6
Citrus, The End?
No paraba de dar vueltas a fuera de mi habitación, la voz de Matsuri haciéndome ver que Mei estuvo más que enterada de las intenciones de Nana desde el comienzo, que estuvo observándome para ver cómo reaccionaba a las provocaciones de otra mujer, me estaba volviendo loca.
¿Como rayos iba a manejar esa situación? Debía entrar y decirle; hola cariño, que crees, nada es lo que parece, Nana no intento seducirme ayer y adivina que, yo no la mire, ni fantasee con ella ni un segundo. Que se supone que debía decir, es Mei de quien hablamos, ella es muy perceptiva y con su mirada puede quebrarme o volverme a armar en un segundo.
Debía armarme de valor, debía ser honesta con ella y tratar de hacerle ver que ella lo es todo para mi, que...
La puerta de abrió, aunque no tenía un espejo en frente de mi, sabía que mi cara se puso pálida, el frio que me recorrió la espalda me lo hizo ver sin necesidad del espejo.
- H-Hola Mei, vas a algún lado?
- Yuzu, voy a tomar un baño, imagino que ya debe estar libre.
- Ah, umm sí, ya no hay nadie allá, Mei, quisiera hablar contigo.
- Bueno, ven conmigo, bañémonos – acababa de tomar un baño, de hecho Matsuri me sacó a rastras de el. – Vienes?
- Ah, claro.
Al llegar Mei entró primero que yo, cuando me dispuse a entrar Matsuri se interpuso en mi camino.
- Mas te vale arreglar las cosas, yo las cubriré, nadie vendrá a esta área por un buen rato, ok?
- Gracias – Le dedique una sonrisa, Matsuri sin duda es una amiga como pocas – Gracias de verdad.
Cuando entre, Mei estaba desvistiéndose, sigue siendo igual de hermosa, con su piel blanca y suave, y su cabello negro que adorna su rostro. Me quede ahí, observando a mi esposa, como si fuera la primera vez que la veía, lucia perfecta, como solo Mei Aihara puede hacerlo, solo ella puede verse así de sexy sin siquiera intentarlo. Se giro y me observó, ladeo un poco la cabeza, como preguntándose si me pasaba algo, sonreí, negué por lo bajo y comencé a desvestirme.
El baño era grande, pero Mei y yo solo ocupamos una esquina, sentadas, apoye mi espalda en sus pechos y ella me abrazó, jugó con mi cabello, y deslizo sus dedos desde mi mano hacia mis hombros suave y lentamente, enloquecí.
- Mei...
- Lo sé Yuzu.
- L-Lo sabes?
- Nana no ha parado de hablar de ti, Himeko me lo advirtió desde el primer día. Le causaste una gran impresión según parece y además, he visto como te coquetea.
- Por qué no dijiste nada – di media vuelta, quería verle a la cara mientras hablábamos.
- Necesitaba saber – Hizo una pausa que sentí eterna - Necesitaba saber, si aun sientes lo mismo por mí.
- Mei... Yo
- Sabes que siento yo? Me siento como la niña que una vez se citó con un desconocido en navidad, solo para tratar de entender que sentías. Siento el mismo miedo que sentí ese día, temía que nunca aparecieras en mi rescate. Así me siento, estoy aquí con mi esposa y con miedo de lo que sea que tengas que decirme.
- Te amo – Dije al fin.- Te amo Mei, siempre lo he hecho, creo que lo hice desde que te vi por primera vez. Nana es solo una niña que nos tomo como un juguete en este paseo. Yo solo puedo pensar en ti, siempre en ti, sin importar que.
La bese, intentó zafarse, pero tome su rostro con mis manos y la bese, la seguí besando, poco a poco dejo de forcejear conmigo y nos fundimos en un beso tan dulce que sentía sus labios como miel.
La ame aun mas esa noche, Mei se dispuso a controlarlo todo, soltó mi cabello y lo admiro un segundo, con sus manos recorrió mi cuello, las llevo a pasear por mi espalda hasta los muslos, me halo hacia ella y empujo su pelvis contra la mía, sentí como sus besos fueron cambiando de intensidad, mordió mi labio inferior fuertemente, en ese momento lo sentí como reprimenda, pero me gusto. Con sus dedos se abrió camino en mi, beso mis pechos, lamió mis pezones y me hizo supremamente feliz.
Al terminar nos fuimos a la habitación, no dormimos en toda la noche, intercambiamos roles infinidad de veces, nos amamos intensamente sin pensar en nadie más que en nosotras mismas.
Al despertar, había llegado la hora de irnos a casa, salimos al encuentro de las chicas, Matsuri me dedicó una sonrisa triunfal. Himeko y Nana nos habían tomado la delantera, salieron más temprano debido a que Himeko tenía cita con el diseñador de su vestido de bodas, así que me sentí aliviada al no tener que verle la cara.
Nos despedimos, de camino a casa decidimos que las próximas vacaciones volveríamos al caribe, desde nuestra luna de miel no visitábamos ese mágico lugar donde todo esta locura de ser esposas empezó y donde nos hicimos una promesa, que lo nuestro de verdad sería eterno.
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Gracias por leerme, creo que hasta acá dejare la historia de Citrus (o no?), escribir este fanfic ha sido muy gratificante y ha sido espectacular poder compartirlo.
Quizá escriba algo totalmente nuevo, espero poder compartirlo pronto.
Hasta la próxima.
Besos...
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Citrus - Fanfic (En Proceso)
RomanceYuzu y Mei viven nuevas aventuras como pareja, su relación como adultas nos trae nuevas experiencias y complicaciones.