R E D.

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8. Color rojo.

Se suponía que era una lista de cosas que le hiciera feliz. Pero Bakugo no entendía por qué no poner ese color, además, no había forma que pusiera "ojos rojos" como realmente quería. Se vería como un psicópata o fetichista. O quizá como un egocéntrico ya que él mismo tenía los ojos rojos.

Pero no. Los únicos ojos rojos que le hacían feliz eran los de la persona que inconscientemente le ayudó a hacer la lista en su escritorio.

Los ojos de Eijiro Kirishima podían hacerle feliz incluso si sólo le miraba por unos segundos.

A esa altura de su vida tenía asumido de que lo que sentía por su supuesto mejor amigo no era sólo amistad. Tampoco era un sentimiento de superioridad.

El sentimiento que tenía hacia Kirishima le hacía sentir que era un igual, un compañero en quien confiar. Kirishima era alguien que le permitía caminar a su lado. Y es que ese pelirrojo teñido realmente le gustaba mucho.

A veces le aterraba pensar que realmente estuviera enamorado porque de ser así no habría marcha atrás. Y todavía no era capaz de aceptar completamente que le gustaba ya que sabía que probablemente nunca sería capaz de declararse.

Porque perder a Kirishima era más doloroso que perder el orgullo. Y eso era algo grande para Bakugo.

Bakugo se dio cuenta de que le gustaba en una de las veces que habían ido a su habitación a estudiar para uno de los exámenes. Kirishima estaba muy preocupado y ya había tomado la suficiente confianza como para pedir ayuda cada vez que sintiera que fuera necesario. Y ni siquiera le importaba que Bakugo le gritara hasta por si acaso.

¡Es la tercera maldita vez que te explico! ¿Cómo mierda no entiendes?

— ¡Es que no sé cómo sacaste ese resultado! ¡Ni de dónde salió ese dos!

— Se llama factorización, pedazo de mierda, ¡lo sabrías si me prestaras atención!

Así fue cómo le terminó por dar un golpe en la cabeza con uno de sus cuadernos. Pero el maldito había activado su particularidad y estaba intacto.

No le quedó de otra que soltar un suspiro, intentando calmarse para luego pasar sus manos por su cara. Se acercó luego un poco más al pelirrojo y llevó su mano a buscar el lapiz, posteriormente, tomó una hoja en blanco.

Si no entiendes ahora vas a conseguirte a otro bastardo que te enseñe.

Sabía que algo estaba pasando en la mente del pelirrojo que le distraía, pero realmente necesitaba que entendiera ese ejercicio antes de que tomara el descanso. 

Le explicó nuevamente con voz suave y calmada, haciendo todo el ejercicio lentamente, paso por paso y explicando todo lo que encontraba necesario. Al terminar, alzó sus cejas en dirección al pelirrojo quien le dedicó una sonrisa.

¡Ya entendí!

— Entonces hazlo de nuevo tal como te expliqué.

Le tendió el lapiz y Kirishima lo tomó con emoción de haber aprendido. No le tomó tanto resolver el ejercicio tal y como Bakugo le había explicado. Por eso decidió dejarle descansar, pero antes de que se pusiera a celebrar le estaba mirado fijamente.

¿Ahora me dirás qué ocurre?

Kirishima se tensó, pero sonrió luego como si nada hubiera pasado.

No sé de qué hablas, estoy perfectamente.

— Te conozco, Kirishima, algo te pasa.

— Bueno...—parecía dudar, su mirada bajó a sus manos sobre sus piernas hechas puños.— es algo tonto en realidad.

— Si te pone así dudo que sea algo tonto.

— Para mí es tonto, yo soy tonto.

— Eijiro.—Bakugo sólo le decía así cuando le sermoneaba.— ya hemos hablado de eso, ¿estás triste de nuevo por no encontrarte suficiente para ser héroe?

En un acto de impulsividad Bakugo inclinó un poco su cabeza de manera que Kirishima pudiera verle directamente a los ojos. Sus manos, por otro lado, buscaron las ajenas para tomarlas entre ellas, apretandolas con suavidad para darle seguridad.

Es algo relacionado con eso.

— Te escucho.

— Últimamente he pensado en temas sobre parejas.—lucía avergonzado de decir aquello por lo que evitaba el contacto visual como sea.— y sinceramente creo que no sería una buena opción de novio.

— ¿Huh? ¿por qué dices eso?

— Es que, antes de entrar aquí, en la secundaria yo iba a la misma que Mina, y ella era genial y hasta podría decir que me atraía un poco.—Bakugo sintió su corazón acelerarse de una manera algo dolorosa.— pero a medida que pasaba el tiempo me daba cuenta de que yo no era suficiente, ella nunca me notó y puedo comprenderlo, no era muy masculino ni tampoco era cool, es por eso que ahora me pregunto si en algún momento alguien se podría fijar en mí a pesar de no ser la gran cosa.—Kirishima se mordió el labio antes de mirar fijamente a Bakugo.— me da miedo nunca gustarle a la gente que me gusta.

El rubio se quedó en silencio procesando sus palabras, de repente quiso soltar las manos de Kirishima para evitar que el contacto siguiera doliendo, pero no podía rechazar su tristeza si en ese momento lo que merecía era felicidad.

Cualquier persona que esté contigo será la más afortunada.—lo dijo de manera lenta, pero manteniendo el contacto visual.— eres el hombre más varonil y cool que conozco, Kirishima, y si la ojos negro de Mina no logró verlo entonces debería ir a médico para revisar si logra ver bien, porque cualquiera que tenga dos dedos de frente es capaz de enamorarse de ti.

Sintió cómo sus orejas se coloreaban del mismo color que el pelo del contrario, estaba avergonzado pero no estaba ni mínimamente arrepentido. Menos cuando Kirishima le sonrió de vuelta y esos ojos rojos le miraron con un brillo especial.

Gracias, Blasty.

Todavía sentía el apretón de manos que le dio después, y no pudo evitar mirarlas, sintiendo que el cosquilleo que provenía de esa zona se expandiera por todo su cuerpo.

De repente sintió una mirada sobre su ser, fue por eso que levantó la vista hasta encontrarse con el portador de sus ojos favoritos. Rojo con rojo se encontraron. Y como siempre, sintió el corazón latir mil por hora mientras se le ocurría la novena cosa que le hacía feliz.

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hello, ¿cómo andan?
yo últimamente no tan bien, pero tengo mi propia lista de cosas que me hacen feliz y escribir kiribaku es una de ellas so no ando mal del todo, gg.
esto es todo por hoy, byebye.

10 Things that makes me happy || KiriBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora