10 Things that makes me happy || KiriBaku

N I G H T.

9. La noche.

Sentía que al momento de leer eso, cualquier clase de persona pensaría que es un tipo de emo, señor oscuro que necesitaba la noche incluso en el día. Como Tokoyami.

Pero él no era un adolescente emo con gusto por bandas depresivas. Al menos no para el mundo. Pero bien sabía que podía pasar horas escuchando a My Chemical Romance sin aburrirse por toda la vida.

No era esa la razón de que le gustara la noche de todos modos.

Si no que la noche siempre sacaba el lado más sincero de las personas, y como él sólo podía quedarse despierto para hablar con Kirishima, le gustaba quedarse para hablar con él. Ya sea por teléfono y saliendo a sus balcones.

Kirishima era la única persona que podía decir con total seguridad de que eran amigos con Bakugo, que no era una simple molestia o un tipo de seguidor. Y eso era debido que en varias de las noches que se mantuvieron hablando, Bakugo siempre solía mostrarle su lado calmado, ese lado que nadie nunca había conocido.

— Blasty.

— Realmente quieres morir si me sigues diciendo así.

— Si realmente odiaras el apodo ya me hubieras matado.—puto Kirishina, tenía razón.— aunque no esperabas que sí le tiraras una explosión a Denki por decirte así.

— El bastardo se lo merecía.

— Pero a mí nunca me has tirado una explosión.

— Eres un bastardo diferente.

— ¿Cómo diferente?

Kirishima ladeó la cabeza en dirección al rubio, quien mordió levemente su labio inferior mientras alzaba su mirada al cielo.— tú eres mi amigo, Kaminari es un bastardo.

Katsuki tuvo que fingir que decirle amigo a Kirishima no era doloroso. En especial cuando el pelirrojo le dio una amplia sonrisa.

— ¡Tú también eres mi mejor amigo, Blasty!

— Cállate, mierda, nunca dije que seas mi mejor amigo.

— Pero lo soy.

— Muerete.

No tardó ni dos segundos en escuchar la risa del pelirrojo. Apoyó luego su codo en el barandal mientras su mejilla se posicionaba en su palma, aún con la mirada fija en las estrellas, sonrió levemente.

— Woah, ¿mis ojos me engañan o estoy viendo a Katsuki Bakugo sonreír?

— ¿Mis oídos me engañan o escucho a Eijiro Kirishima siendo el mismo imbécil de siempre?—Bakugo usó un tono seco, pero la sonrisa ladina la mantenía en su rostro, pero no duró mucho hasta que escucho las siguientes palabras del contrario.

— Me gusta cuando dices mi nombre completo, suena lindo.—esas palabras bastaron para que soltara una explosión y dejara de sonreír, estaba avergonzado.— ¡Ya! ¡no hace falta que me amenaces, no lo diré de nuevo!

— Tch, si quieres que te llame por tu nombre, quizá debas llamarme por el mío.

El rubio cruzó sus brazos sobre el barandal y apoyó su mentón sobre ellos, sin decir nada más. Kirishima por su parte se limitó a sonreír levemente, apoyándose igual que Bakugo, con la diferencia de mantener su mirada fija en él y no en el cielo.

— Katsuki.

— Eijiro.

Bakugo ladeó su cabeza para poder mirar de frente al pelirrojo, el mismo le dio una amplia sonrisa que intentó devolver, falló obviamente. Kirishima soltó una risa que no le molestó.

— Katsuki, ¿cómo fue tu infancia? Yo siempre te cuento de la mía, pero tú nunca sueles decirme de la tuya.

— ¿Para qué quieres saber de esas cosas?

— Las fotos que me muestra tu madre cuando voy a tu casa me dan curiosidad de escuchar tu versión de tu infancia.

— Esa maldita bruja.—gruñó entre dientes, antes de soltar un suspiro.— no era muy diferente a como soy ahora, siempre tuve mucho ego y era malo con la gente, la gente me temía a la vez que pensaba que era el mejor, peleaba con la vieja bruja, hacíamos llorar al viejo, todo normal.

— ¿Y nunca te sentiste mal por hacer que la gente te temiera?

— A veces, pero no soy una persona que cambie, además cuando quería decir algo relativamente bueno, terminaba haciendo que me temieran todavía más, así que dejé de intentarlo.

— ¿Y qué hacías cuando pasaba eso? ¿te frustrabas?

— Por supuesto que sí, pero no lo demostraba.—Bakugo nuevamente miró al cielo.— nunca me esforcé tampoco, a veces pensaba que la persona que quisiera estar a mi lado se iba a esforzar para aguantarme.

— ¿Como pareja o como amigo?

— Nunca pensé en tener pareja, me decía "ni siquiera puedo hacer un amigo, mucho menos podré tener pareja".

— ¿Y nunca te gustó alguien?

— Puede ser.

— ¿Cómo era ella?

Se quedó callado por unos segundos, no sabía qué responder realmente, "ella" era un "él", y ese mismo él era Kirishima.

— Es una persona muy fuerte.—comenzó a narrar con duda.— muy linda y no me teme, eso es lo más importante.

— ¿Y cómo fue que te gustó?

Relamió sus labios antes de hacer contacto visual con Kirishima.

— Porque esta persona me prometió que sería fuerte a mi lado y jamás me ha roto la promesa.

— ¿Entonces sigues viéndola?

Estuvo tentado en soltar una risa, pero se limitó a levantarse correctamente, Kirishima imitó su acción para mirarle frente a frente, siendo separados solamente por la diferencia entre sus balcones.

— Eijiro, esta persona es tan fuerte que no es capaz de romper una promesa, pero es tan tonta como para entender que estoy enamorado de ella.

Fue lo último que dijo antes de meter las manos a los bolsillos de su pantalón y se dio media vuelta para volver a entrar a su habitación.

— Buenas noches, Kirishima.

— Bakugo, tienes diez minutos.

No supo cuánto estuvo recordando aquello, soltó un gruñido y asintió mientras miraba la lista, aún con el recuerdo de su semi declaración hacia Kirishima sólo unas noches atrás.

Pero si lo pensaba bien, la décima cosa que le hacía feliz era más que clara a pesar de que no era una cosa realmente.