K I R I S H I M A.

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10. Eijiro Kirishima.

Lo tenía claro, Kirishima no era un objeto ni nada de eso, pero probablemente era lo único que sinceramente pudo hacer que las cosas anteriores le hicieran realmente feliz.

Ni siquiera le importó que sus profesores leyeran eso, mucho menos de lo que pudieran pensar, su felicidad extrema era Kirishima y nadie tenía derecho a negarle lo contrario.

Después de escribir aquellas palabras alzó su mirada, buscando los ojos rojos de lo que probablemente era su primer amor, y al momento de encontrarlos, sintió paz, se sintió valiente, lo suficiente como para levantarse luego y tal como la lista estaba fue a entragarla.

— Te tardaste mucho.

— Al menos la entregué.

Ni Aizawa iba a lograr ponerle de mal humor si luego de entregar la maldita hoja del demonio Kirishima le mirara con una amplia sonrisa y el pulgar alzado hacia arriba, demostrando que lo hizo bien a pesar de la dificultad. Fue a sentarse luego.

Se acabó la clase pueden irse.

La primera vez que se devolvieron a los dormitorios fue la primera vez que Kirishima entrelazó sus manos.

Espero no te moleste, desde lo que pasó en Kamino creo que necesito saber que estás aquí.

Esa fue la excusa que le dio, pero si no le hubiera dicho ninguna tampoco abría apartado la mano. Se sentía tan bien que daba miedo.

Y lo peor, ¿o mejor? es que no fue la última vez que Kirishima lo hacía.

Cuando estaban solos solía hacerlo, cuando estudiaban decía que necesitaba apoyo. A veces solía entrar por el balcón a su habitación, con rostro somnoliento diciendo que había tenido la pesadilla. Esa pesasilla donde Bakugo no podía alcanzar su mano. Entonces le pedía acostarse a su lado y que tomara su mano, el rubio por más sueño que tuviera jamás se lo negaba.

Se había dado cuenta de que Kirishima de una forma u otra se estaba volviendo dependiente de él. Pero no es como si lo necesitara para todo lo que hacía, sino para que lo viera y pudiera sentirse orgulloso. Kirishima hacía que notara que eran iguales, que merecía ser un amigo. Que merecía apoyarse en él.

Blasty, estoy empezando a enamorarme.

— ¿Y qué?

— Que no estoy seguro de si declararme o no.

Bakugo mordió con fuerza la mejilla interna, evitando soltarle un "no, toma solamente mi mano", pero se limitó a encogerse de hombros y mantener su mirada seria como siempre.

¿No dices que eres tan varonil? Declararse es de hombres.

¿Tú te declararías a la persona que estás enamorado?

— Si supiera que no me va a rechazar, sí, pero sinceramente espero que la persona que quiero sea lo suficientemente inteligente para saber que lo hago.

— ¿Cómo te declararías tú?

— ¿No es algo que tú deberías pensar?

Eso había sonado más brusco de lo esperado, pero se supone que en ese momento habían ido a tomar un café para pasar tiempo juntos, no para hablar de chicas.

Pero, Bakugo, eres la persona más masculina que conozco, ¡debes aconsejarme!

— Ugh.—decidió ser sincero.— yo prefiero las cosas simples y directas, no haría nada tan preparado porque las cosas especiales no deben hacerse con una excusa, sino porque se quiere, si yo me declaro lo haría un día común y corriente, me aseguraría que estuviéramos la persona y yo solos y lo diría.

— ¿Ni siquiera en un lugar especial?

— Cuando te declaras, cualquier lugar se hace especial.

Soltó un suspiro, odiaba aconsejar a la persona que le gustaba para irse con alguien más, pero había entendido que no podía ser egoísta, mucho menos con Kirishima que merecía algo diez veces mejor que él.

— Pueden irse.

Las palabras de su profesor hicieron que sus pensamientos se evaporaran, vio cómo todos salían rápidamente para llegar a los dormitorios y hacer los deberes correspondientes o ver la televisión. Sin embargo, Bakugo se quedó unos segundos más. Se levantó con lentitud y tomó su bolsa para cargarla en su hombro, de reojo logró ver el llavero de All Might, haciéndole sonreír internamente mientras salía de la sala.

— Bakugo, hombre, hoy andas muy lento, llevo casi cinco minutos esperándote.

— Nadie te lo pidió, cabello de mierda.

Y ahí estaba, Kirishima le esperaba con su mochila a un lado de sus piernas, esperando con paciencia a la misma vez que Bakugo ignoraba su existencia para seguir su camino a los dormitorios.

Kirishima no tardó en alcanzarle.

— ¿Qué pusiste en la lista?

— Cosas.

— ¿Sí pusiste las que te dije?

— No me importaba mucho entonces lo puse.

— ¡Bien! ¿Y qué más pusiste? Porque con las que te di daban seis solamente.

— Héroes, el rojo y la noche.

Se encogió de hombros levemente mientras salían de la academia a paso lento.

— ¿La noche? Eso suena muy oscuro, Blasty, ¿te has estado juntando con Tokoyami?

— No me compares con el parajo, simplemente me gusta la noche y lo puse con el resto.

— Pero eso de todos modos hacen nueve, ¿cuál es el décimo?

— No recuerdo.

— ¡Mientes! ¡Tienes una memoria excelente como para que se te olvide algo que pasó hace menos de diez minutos!

— No es de tu incumbencia, bastardo.

— ¿No quieres saber las mías?

— Apuesto que toda tu lista resumida es "cosas masculinas, crimson riot y salidas con amigos".

— Me conoces mucho.—Al decir eso Kirishima lucía ligeramente orgulloso. — ¿Quieres saber mi décima?

— Me vale mierda tu décima.

— ¡Eso me suena a que sí quieres!—el pelirrojo soltó una risa, en especial al ver el ceño fruncido de Bakugo, por lo que detuvo su caminar para posicionarse frente a él.— ¿te digo entonces?

— A ver, ¿qué ridiculez pusiste?

Bakugo cruzó sus brazos sobre su torso, queriendo lucir desinteresado y aburrido. Cosa que no parecía molestar a Kirishima.

— A ti.

— ¿Huh?

— Tú eres mi décima.

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Queda un extra y se acaba esto, pero hoy mientras pensaba me pregunté por qué no hacer una segunda parte de esto, o mejor dicho la lista de Kirishima.
Peeero no sé si les gustaría, diganme qué opinan, si les muestro la lista o lo acabo aquí y ya.
byebye.

10 Things that makes me happy || KiriBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora