Me hice paso entre la gente que llenaban las habitaciones de la casa de Amanda para poder llegar hasta el baño. El lugar estaba lleno de gente, personas que conocía y otras a las cuales nunca había visto en mi vida, pero que por alguna razón habían llegado hasta la fiesta para despedir el año, y comenzar uno nuevo.
Muchos ven esto como una oportunidad para pasarlo en familia y visitar a quienes no ves tan a menudo. Otros lo ven como la oportunidad de comenzar el año nuevo con nuevas resoluciones, nuevas metas y sueños para sus vidas. El famoso "nuevo año, nuevo yo" ritual. Para mi en realidad es solo una tontería, porque las cosas que te propones el 1 de enero, también te las puedes proponer en marzo, o septiembre y aún así conseguirlo. No se trata de que sea un nuevo año, si no de cuán importantes son esas metas y resoluciones para tu vida. Pero supongo que eso hace feliz a las personas y por eso lo hacen.
–¡Renata! ¡Mira quien ha llegado! –pude a escuchar a Amanda entre la gente.
–¡Realmente necesito ir al baño, espérame que salga! –grité mientras cerraba la puerta.
Realmente debería de controlar un poco más la forma en la que tomo, porque al parecer mi vejiga no tenía espacio suficiente para aguantar todo el líquido que estaba ingiriendo esta noche. O simplemente hacer varios viajes hasta el baño.
–Lo siento, realmente tenia que ir– me disculpé con Amanda
–¿Renata? –al escuchar mi nombre, mire a mi derecha donde parado mirándome sorprendido estaba Caleb. –Por Dios, como has cambiado
Sin pensarlo mucho me abalancé sobre él para abrazarlo. Lo había extrañado demasiado estos últimos años.
–De qué hablas, si eres tú el que está todo cambiado –me separé para mirarlo. –Hasta con barba –ambos reímos. Estoy segura de que le había costado ya que siempre se quejaba de que no tenia suficiente vello para dejarse una barba decente.
–Ni lo digas, que bastante que me costó. ¿Cómo has estado?
–Bien, hace unos meses que estoy viviendo en mi propio apartamento. –Antes de poder terminar de contarle la historia de como mis tíos hicieron casi imposible para mi poder comprar el apartamento por la herencia de mis abuelos, un muchacho que le acompañaba nos interrumpió.
–Gracias por dejarme tirado en el carro. –Giré mi cuerpo para mirar al dueño de la voz, una voz que sonaba cálidamente familiar.
Había imaginado miles de veces este momento, había practicado lo que iba a decir, lo que no iba a decir y como actuar. Pero en ninguna de esas situaciones que había creado en mi cabeza, me habían preparado para lo que iba a sentir cuando lo tuviera enfrente nuevamente. Era como cuando subes a una montaña rusa y sientes que vas a salir volando de tu lugar, y el corazón se quiere escapar del pecho por la adrenalina del momento. Es muy parecido a esa sensación, pero multiplicado por tres. Y de repente, todo lo que había practicado parece haberse esfumado de mi cabeza, dejándome completamente en blanco. Estaba parada mirándolo a los ojos, esos ojos color miel que tanto añoraba, y él me miraba a mi. Ninguno dijo nada por varios segundos, hasta que él habló, liberándome de la tensión de tener que hacerlo yo primero.
–Renata –dijo con una sonrisa en sus labios.
–Hola, Ethan
Podía decirle muchas cosas, pero no lograba reunir todos mis pensamientos en un solo lugar. No sabia que podía o debía decirle. Ni siquiera podía sostener el contacto visual por demasiado tiempo sin sentir unas ganas incontrolables de abrazarlo y no dejarlo ir.
Lo cual sería muy inapropiado dadas las circunstancias.
Cuatro años es mucho tiempo para pensar, crecer y olvidar. Al parecer yo no había conseguido hacerlo. ¿Cómo olvidar a la persona que fue parte de la fase mas increíble de mi vida?
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~Short Stories~
أدب الهواة"No sleep holds secrets... that you have to be willing to find." - a.i