1 PROBLEMAS

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Capítulo 1 Problemas

Apenas había llegado a la escuela y ya todos me miraban con repudio, claro, con un ojo morado es inevitable que no lo hagan. A lo lejos distinguí a mi amiga más preciada Susy Sanders, con un vestido de flores, tacones rojos, su cabello rubio ondeandose al caminar, maquillada muy leve pero notable y con su alegre sonrísa que enamoraba a cualquiera pero su rostro cambió al ver mi cara, caminó apresurada hacia mi y me llevó a un banco para saber que le ocurrió a mi ojo.

—el imbécil como siempre llegó borracho y golpeó a mamá, no deje que se fuera limpió esta vez, di pelea, ¿sabes? hasta me siento orgullosa terminé ahuyentándolo

—Lex deberías denunciarlo, mi papá podría ayudarte, te quiere y no dudaría en hacerte ese favor— Susy me abrazó con cariño —mira como te dejó ese malnacido— miró mi ojo morado.

—lo hubieras visto a él mi ojo es lo de menos con un poco de pomada desaparece en unos días— sonreí pero mi sonrisa desapareció al ver acercarse a otro estúpido que odio.

—Susy— Samuel estaba frente a nosotras ya —¿quieres ir conmigo a la fiesta de hoy?— ¿no puedes largarte? Maldito idiota, lo mire con disgusto para que se fuera.

—como si tomar fuera divertido— hable molesta por su presencia al notar que no se iría con mi sola mirada.

—cállate lesbiana— dijo mirándome con burla.

—lesbiana tu puta madre pendejo— respondí con una furia tal que...

—Lexi basta— Susy me miró con molestia —y tú, Samuel, no la llames así.

—es que no entiendo por qué te juntas con ella, sé que eres una gran persona pero no tienes que estar cerca de ésta sólo por lástima— mi estómago se revolvió y unas intensas ganas de partirle la cara se apoderaron de mi.

—en realidad, Samuel, quien me da lástima eres tú por eso te iba a decir que sí pero ya que lo dices tienes razón mejor no, no quiero ir contigo a esa estúpida fiesta, por favor retírate.

—¡¿por qué defiendes a esta estúpida?!— se fue furioso.

—gracias— sonreí y tome su mano ella la aparto.

—Samuel es un baboso pero no puedes ahuyentar a todos los chicos que quieren una cita conmigo Lexi...— la miré con cara de ¿en serio? —lamento lo que ocurre en tu casa pero no puedo solucionarte todo sé que suena mal pero eres muy posesiva conmigo y te quiero pero sólo como amiga.

—yo no te veo como otra cosa Susy únicamente te quiero proteger de...

—de qué eh ¿de tener oportunidades con chicos? ¿de disfrutar mi juventud?— empezó a alzar el tono de voz.

—¡no! De lo que me pasó a mí porque yo sufro acoso por culpa de Samuel

—se lo que ocurrió pero no sólo fue su culpa tú permitiste que...

—¡¿de verdad crees que es mi culpa que me hayan tomado fotos desnuda?! Que todos los imbéciles de esta escuela hayan tratado de acostarse conmigo por que ese maldito de mierda me drogó y tomó las fotos!!— ella bajó la mirada —¡Entonces sal con él que te pase lo mismo que a mi!— me levanté molesta —suerte— dije entre dientes y me fui no sólo del patio sino de la escuela para caminar por un edificio abandonado que siempre se hallaba solo.

Me quedé sentada en las escaleras que daban paso a un segundo piso pensando en como arreglar todo lo que le dije a Susy por que ella era mi amiga siempre me ayuda y ahora que pienso bien tiene razón soy muy posesiva con ella. Subí dando pisotones en las escaleras para pintar algo en la pared con los aerosoles que llevaba en la mochila, pero algo me hizo parar, una sombra que pareció esconderse en una de las habitaciones me dejó de pie al borde del largo pasillo lleno de latas de cerveza, tomé una lata de pintura y me dispuse a averiguar lo que había en la habitación, tomé el pomo de la puerta y la empujé dejando ver la nada más que una ventana abierta. —sombras— dije riendo y cerré la puerta, seguí viendo lo que era mi lienzo esperando ser dibujado, y pensando que hacer me puse en marcha. Me tarde como tres horas dando retoques a una mujer asiática que se veía muy bien, me sentí orgullosa de ver mi obra terminada —espero que no te rayen los imbéciles de por aquí— algunas latas que aún tenían pintura las guarde mientras que las otras las dejé allí y me marche para comer algo en mi casa.

Al llegar la tele estaba encendida en el programa que más odiaba, el que veía Frank el borracho que golpeaba a mi madre, estaba sintonizado, con algo de miedo me adentré para hallar al holgazán acostado en el sofá. —¡¿y tú que mierda haces aquí?!— dije empezando a enfurecerme.

—tu mamá me dejó pasar— dijo como si nada —¿quieres ver la tele conmigo? Este programa es perfecto— comenzó a reír —¿lo ves?— señaló la pantalla.

porque...— intente preguntarme en voz baja cómo mi mamá perdonaba a este pedazo de mierda, me percate de que estaba dejándole ganar y no iba a ser así —¡Quiero que te vayas!— exigí autoritaria.

—¿qué?— dijo sentándose en el sofá.

—que quiero que te vayas— repetí sabiendo que estaba en terreno peligroso.

—ya arreglé las cosas con tu mamá— dijo poniéndose de pie dándome la cara por fin, uno de sus ojos se hallaba morado e inchado como el mío, el puente de su nariz estaba con una curita y su frente tenía unos tres puntos por que ayer le abrí con un tenedor. —Lexi lamento lo que ocurrió ayer, sé que no debí tomar tanto, lo siento.

Abrí la puerta para arrojarlo fuera de mi casa pero me encontré a mi mamá cargando cuatro cervezas, mi corazón se hundió en mi pecho pude sentir las lágrimas amenazandome con salir pero lo evite mirando al techo, di una sonrisa socarrona demostrandole cuanto me dolía lo que hacía.

LA MALADonde viven las historias. Descúbrelo ahora