2 BORRACHO

742 62 6
                                    

Capítulo 2 Borracho

-no sabes cuanto me defraudas mamá- dije con un nudo en la garganta -¿qué significan esas cervezas?

-sólo son cuatro no va a pasar nada...- dijo mirando al suelo avergonzada por traicionarme.

-Lexi ya no voy a tomar tanto- Frank habló detrás de mi -te prometo que...

-¡no tienes derecho a prometer nada por que ésta no es tu maldita casa!- grite al borde de la furia por esta estúpida situación -¡NO TE QUIERO AQUÍ!

-NO ME GRITES- Frank escupió con tono amenazante, tome dos de las cuatro cervezas que mi mamá cargaba.

-¡Lexi suelta las botellas de Frank!- Sonreí eufórica.

-estoy cansada de esto- mencione al momento que reventaba una de las botellas contra la mesa derramando todo el líquido dentro.

-¡Lexi no!- mi mamá chilló.

-¡¡¡ya estoy harto de ti puta niña!!!- caminó hacia mi.

-¡anda sí acércate!- dije furiosa amenazándolo con el filo de la botella.

-ayer me medí pero hoy no- dijo lanzandome el control en la cara cosa que me distrajo y qué él aprovechó para quitarme la botella y encajarla en mi pierna por que la alce para protegerme pero esa botella iba a mi cara lo sé. Solté un bufido pues con la adrenalina del momento no sentí más que un leve ardor en la pierna sin embargo me azotó la cabeza contra el suelo mientras yo le atinaba un botellazo en la cabeza con la otra botella que se hallaba en mi mano de puro milagro se la rompí.

-¡Frank ya déjala!- chilló de nuevo mi madre apartando al borracho de mi que ahora al parecer se hallaba desmayado, yo en cambio tenía un tremendo dolor de cabeza.

-¿por qué permites esto?- dije entre dientes con rabia pura -¿por qué? ¡si yo soy tu hija!- ahora sí me puse a llorar.

-lo siento- dijo mirando al suelo mientras lloraba, me dio rabia verla llorar, me dio rabia sentirme tan débil y me arranque las lágrimas con la manga de mi sudadera. Ella intentó acercarse a mi pero la lancé lejos me puse de pie y subí corriendo a mi cuarto pero no pensaba quedarme a llorar encerrada, saque una mochila un cuaderno y mucha ropa rápido mientras lo metía todo, tomé el dinero que en parte gané trabajando y otra parte se la robé al maldito borracho; salí por la ventana, me deslicé en el árbol y empecé a correr a toda velocidad hacia la casa de mi amiga Susy, ya no estaba llorando pero aún así estaba sumida en mi mente cuando choqué contra un hombre realmente alto con mirada perturbadora no sé qué tan rápido venía que lo tiré al suelo.

-lo siento señor- me disculpe, dándole la mano para ayudarlo a levantarse, él la acepto algo confundido, lo jale y pronto se hallaba de pie - lo siento de verdad- él me miraba furioso pero también con curiosidad gracias a mi ojo morado supongo, se...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-lo siento señor- me disculpe, dándole la mano para ayudarlo a levantarse, él la acepto algo confundido, lo jale y pronto se hallaba de pie - lo siento de verdad- él me miraba furioso pero también con curiosidad gracias a mi ojo morado supongo, sentí vergüenza y seguí caminando a paso acelerado recobrando el aliento pero me percate que la casa frente a mi era de Pablo y la fiesta era aquí... -Su-Susy- balbuce viéndola besarse con Samuel, me detuve en seco, no era verdad, negué con la cabeza y presioné los dientes llena de rabia ¿por qué todos me fallan? Resignada volví por donde venía, el hombre de antes ya no estaba allí, seguí mi camino hacia la casa donde acostumbraba a ir a pintar.

Al llegar a la casa lance mi mochila por la ventana y con trabajo entré por ella, ahora la pierna me palpitaba con furia me tiré en el suelo de la que había sido la cocina, mi pantalón estaba manchado de sangre seca pero podía sentir un vidrio, o varios, en mi piel, me quité el pantalón con dolor y temblando tomé los pedazos de vidrio incrustados en mi pierna. -bastardo- me quejé respirando con dificultad -me duele- chillé con enojo. Metí mis dedos en la herida y pronto sentí el vidrio a través de mi piel, lo saque dando un grito que traté de ahogar con la manga de mi sudadera. Sabía que no iba bien lancé con furia el vidrio y golpee con el puño la pared -sólo voy a dormir aquí- Murmuré sintiéndome cansada, mis ojos se cerraron.

Desperté en el mismo lugar pero con la pierna vendada sonreí emocionada -Susy- llamé pero nadie respondió. Ella sabía de este lugar tal vez me ayudo y se fue.

(Dennis)

La chica despertó.

La ayudamos por qué tiene fuerza y es pura, esos golpes en la cara hablan solos y su pierna que tenía vidrios incrustados dicen mucho más, es evidente que ha sufrido pero... lo que en verdad me impresionó fue la fuerza con la que me derribó además de cómo me levanto sin desequilibrarse un poco. Ayer cuando vino a pintar pensaba matarla pero su valentía al buscarme en la habitación y no salir corriendo, me sorprendió sólo un poco pero lo de anoche fue lo que definitivamente me convenció de lo pura y fuerte que es; ella se sacó los vidrios de la pierna y no se desmayó hasta unos minutos después.

Me recuerda un poco a Casey.

No se ha levantado del suelo por lo que estoy dispuesto a mirar.

-oye- me sobresalte un poco al escucharla detrás de mi, giré y la vi ya con el pantalón puesto y manchado de sangre -¿qué haces aquí? ¿Fuiste tú quien me ayudo?

-yo vivo aquí y sí te vende la pierna.

-gracias pero dudo que vivas aquí, ésta casa está abandonada desde hace mucho.

-tuve que irme pero ya regresé.

-bueno- dudó un poco -lamento que los vándalos hayan pintado tu casa- sonrió burlona y se dio la vuelta.

-¿no tienes que estar en la escuela?- pregunté.

-no, pedí unas semanas por discapacidad- mintió bastante segura de lo que decía.

-¿y tus padres?- cuestione con la esperanza de que se fuese.

-no tengo, vivo con mi abuela pero salió de viaje y olvidó darme las llaves- habló ya en la parte de abajo de la casa.

-¿por qué mientes tanto?

-¿Por qué crees que miento?- contestó de inmediato.

-un mentiroso reconoce a otro- dije bajando las escaleras para encontrarla con una lata de pintura en la mano.

LA MALADonde viven las historias. Descúbrelo ahora