LA MALA

14 CONFESIONES

14 CONFESIONES

—no sólo quiero tener sexo contigo, quiero una vida contigo pero no siempre soy sincero, debo serlo para que funcione, lo que no me deja dormir...

—¿es el desorden de mi casa?— sonreí abrazada a su cuerpo.
Estábamos acostados en mi cama cubiertos con las cobijas pero sin querer dormir.

—aparte de eso— me devolvió la sonrisa —es lo que tengo con Patricia y Hedwig, los tres somos creyentes de la bestia sabíamos que iba a aparecer como nuestra veinticuatroava personalidad y él es tan salvaje por que trabajamos en ese zoológico, él se alimenta de impuros por eso las secuestro, Casey la chica que escapó con vida, era pura, ha sufrido y por eso la bestia la perdonó pero creo que Kevin sintió algo más por eso no sé qué va a pasar cuando él se cure y nosotros desaparezcamos.

—pero eres una parte de él— tomó mi mano.

—si pero él me creó y puede desaparecerme cuando quiera se supone que debo existir para cuidarlo pero ahora también te quiero cuidar a ti y Patricia no lo acepta por eso me alejé porque te pongo en peligro ella es capaz de muchas cosas.

—entonces yo me comprometo a cuidar de Kevin también y si para ello debo complacer a Patricia y a la bestia lo haré

—no te pido que lo hagas, no tienes...

—sí, si tengo una única razón que eres tú, de cualquier forma mi vida era horrible pero tú me arreglaste y no quiero que te vayas de nuevo. No sin mi.

—puedo perder la luz en cualquier momento y ponerte en peligro.

—la bestia es quien lleva el mando ahora ¿No?— él asintió —incluso Patricia le debe tributos, Hedwig ni se diga...

—¿a qué quieres llegar?— me senté en la cama y él me imitó me puse nerviosa.

—cuando estábamos en la cabaña, la bestia salió te suplantó por unos minutos y me dijo que no eras el único que sentías cosas, lo interprete como que hablaba de mi.

—¿por qué?— sonaba molesto, suspiré.

—lo tengo que decir pero por favor no te enfrentes a nadie— me vió atentamente —cuando él dijo eso me...me to...me

—¡¿te qué?!—cerré los ojos.

—me masturbó— susurré avergonzada —no le dije que parara— aclaré abriendo los ojos lentamente —me enamoré de ti y tu ferocidad y cuando él me tocó así, lo disfruté— Vi su reacción —iré por agua— dije suavemente y salí de la habitación.

Bajé las escaleras pensando la estupidez que había dicho, mi punto era que si la bestia me quería podría protegerme de Patricia y yo hablaría con él de Dennis, que quizás lo único que quería la bestia conmigo era sexo. Llené los vasos de agua y subí lentamente las escaleras hacia mi habitación, toqué con el pie la puerta, tomé los vasos con un brazo y una mano.

—si él siente eso por ti podría protegerte de Patricia pero tengo  que hablarlo.

Asentí con la cabeza y le di el vaso con agua.